Cómo <strong><strong>con</strong>vivir</strong> <strong>con</strong> <strong>adolescentes</strong>.padres, su necesidad de búsquedase hace perentoria. Búsquedade su propio yo, distinto al yo ideadopor sus padres, búsqueda desu propio criterio, diferente al criterioestablecido por sus progenitores.En definitiva, busca ser lomás disímil posible a lo que antesera.permanece tranquilo y podemosdisfrutar de su calma. Pero llegaun momento en que la marea subey arrasa <strong>con</strong> todo lo que se encuentrapor delante. Necesita demostrarsu potencia, su inmensidad.Echamos entonces de menoscuando la marea estaba baja ypodíamos disfrutar de ello. A veces,esa nostalgia nos empuja apretender <strong>con</strong>tenerla, a ponerdiques que repriman su fuerza.Chocamos entonces, una y otravez, <strong>con</strong>tra las olas, sin darnoscuenta de que mientras luchamos<strong>con</strong>tra la marea, nos estamosperdiendo la grandiosa transformaciónque se está produciendoen el mar.Preguntas para la reflexiónindividual o en grupo:Los padres asistimos a este des<strong>con</strong>ciertoemocional de la adolescencia<strong>con</strong> incertidumbre y recelo.El hecho de que nuestros hijos“decidan” romper bruscamente <strong>con</strong>todo aquello que desde pequeñosles hemos inculcado como mejorsabíamos, nos hace sentir metafóricamentecomo cuando llevábamostoda la tarde haciendo ungran castillo de arena en la playay de repente sube la marea y unaola se lleva por delante toda nuestraobra.Reflexionar sobre la propia experienciade relación <strong>con</strong> los<strong>adolescentes</strong> <strong>con</strong>statando hastaqué punto se están produciendocambios.¿En qué medida las dificultadesque generan tales cambios provocanperderse lo mejor?¿Es el mejor modo de afrontarlos cambios levantar “diques de<strong>con</strong>tención”?Ejercicio:“La marea”La vida de nuestros hijos es comola marea. Mientras está baja, todo37
Principales características de los <strong>adolescentes</strong>.Búsqueda de la identidad.Pienso <strong>con</strong> las ideas de otrosluego no existo.“Comprender a un adolescente nosólo implica re<strong>con</strong>ocerle lo que es.También requiere aceptarle en loque aún no es”Marisa MagañaSegún el doctor Etcheberry 3 , laidentidad es característica de cadaperiodo de la vida y se modificasegún el momento evolutivo. Lameta es el logro de la individuación,es el <strong>con</strong>ocimiento de unomismo, es la posibilidad de seruno mismo en medio de los otros.Las personas adultas, disponemosde cierta perspectiva a la hora de<strong>con</strong>statar las diferencias entre laniñez, la adolescencia y la adultez.Tenemos <strong>con</strong>ciencia de sentirnoscomo adultos porque nos hemossentido niños y <strong>adolescentes</strong>.Los <strong>adolescentes</strong> como tales,carecen de esta perspectiva. Porun lado apenas si han abandonadola niñez, por lo que perciben loslímites de esta etapa muy difusos,y por otro, nunca han sido adultos,por lo que no saben si lo que sientenpuede identificarse <strong>con</strong> esteestado. Erich Fromm lo expresa deesta manera: “si no soy otra cosaque los demás suponen que deboser, ¿quién soy yo realmente?” 4más que manifestar, exhibir que yano son los de antes, que ya nosienten como sentían antes y queya no piensan como antes pensaban,porque ahora disponen “deideas propias”.Hasta aquí todo parece estar enregla. Resulta lógico que cualquierpersona, adolescente o no, luche<strong>con</strong> legítimo derecho por en<strong>con</strong>trarsu lugar en el mundo. El <strong>con</strong>flictosurge cuando después de escuchar<strong>con</strong> mayor o menor composturatodas las quejas y negativasde los <strong>adolescentes</strong> hacia las normasy argumentos que damos lospadres, descubrimos que toda esaclaridad se ofusca cuando se lespide que razonen y argumentenpor qué se oponen a todo lo establecido,y sobre todo, qué otrasalternativas ofrecen.Los adultos, desde nuestra mayoramplitud de miras, estamos en disposiciónde entender que cuandolos <strong>adolescentes</strong> proclaman suoposición a ideas, normas y valores,cuando se definen diferentes,están manifestando un deseo, unanecesidad de ser ellos mismos.Pero esto no quiere decir que ya lohayan logrado.No es extraño, por tanto, que sesientan como verdaderos apátridasde identidad en incesante búsquedade ellos mismos. Por eso, parapoder en<strong>con</strong>trar su propio yo, susentido de mismidad, necesitan3 Cfr. ETCHEBERRY J.B., et. al., “Problemas en la adolescencia, en:http://www.maristas.com.ar/champa/poli/derecho/adol.htm4 FROMM E., “Miedo a la libertad”, citado en COLEMAN J.C., “Psicología de la adolescencia”, Morata,Madrid 19943.38