ACTUALIDADMerritt en el liceo. Gran Teatro del Uceo. Chns Merrit^ tenor Hament Lawson-Sain, piano. Obras be Gludí, HSndel,Durante. Bel I mi. Rosan, Dupa/t, Massenet Schumann. Schubert. Braínns y Richard StraJHAl serviciode MozartBarcelona. Palau de la Música Catalana. 14 demayo de 1990 Mozartiana. Luciana Sefra y Soliste deCatalunya bajo la dirección de Xavier GüellChns Merritt en el Teatro de La Zarzuela cantando Enroone en Abril de 1988Después del recital de June Anderson,que no llegó a contentar del todo a losoperistas del Liceu, habla una cierta curiosidadpor ver si el tenor norteamericanoChns Memtt triunfarla en un teatro quelo esperaba con las uñas afiladas. Seguramenteal tenor le habia llegado, por suparte, la onda de que en el Liceu no todosson flores, porque el tenor desde un buenprincipio niíentó ganarse al públicohaciéndose el gracioso, dialogando con elpúblico, haciendo coméntanos sobre elcalor y anunciando la incorporación deuna canción más de las dos que habia deBellmi en el programa El público se mantuvoa la expectativa, ya que el debut deltenor norteamericano habla despertadoun moderado interés centrado, sobretodo, en su bien divulgada capacidad parahacer unos agudos increíbles en las óperasrossinianas y donizettianas. Precisamentefue con "el ana Sí ñamarla io g/uro de LoCerterentota de Rossini, al final de la pnmeraparte, que Chns Merritt consiguió convencerpor fin al difícil público del teatrode que realmente valió la pena habersedesplazado, Sin duda, ya en las cancionesy arias anteriores habla demostrado unabuena calidad de voz y una elegancia enlas frases no siempre típica en los cantantesnorteamericanos, sobre todo, en lascanciones de Bellini y en el ana de Gluck0 del mío do/ce ardor de Pande ed EtenaCanciones francesasEn la segunda parte, las canciones francesasde Duparc y Massenet y los Heder¿emanes de Schumann. Schubert -Lo Trucha,cantada con mucha elegancia-,fOm¡. ALCÁNTARABrahms y Richard Strauss las cantó con ungran gusto, pero el público no volvió aconectar con el tenor hasta que escuchóotra aria de Rossim 0 áo cnide/ de Tancred¡,con unos agudos bien proyectados-cosa que no siempre consigue actualmenteeste tenor-. Acompañado por lapianista Hariet Lawson-Sain saludó repetidamenteal público y finalmente concediódos bises: el primero fue Una furtiva lagrimade L'Ete/r d'Amore que cantó con unasegundad y una calidad interpretativa quehizo pensar que este tenor, si abandonaen el futuro el campo de la exhibiciónvocal, puede continuar en el registro Uncocomo un intérprete más que suficiente. Elsegundo bis fue el que acabó por transformarel recital en un éxito completo: elana de Tomo de La filie du régiment deDonizetti, con sus nueve do de pecho,que Chris Merritt fue saltanejo brillantemente,uno detrás de otro, después dehaberse quitado previamente la corbatade lazo que llevaba para cantar con máscomodidad, finalizando con un espectaculary larguísimo último agudo. El público,que incluso se olvidó de toser durante lasdos últimas propinas, aclamó al tenor quese excusó de no poder ofrecer más bises,ya que, como dijo textualmente, el esfuerzohecho en el ana de Tancredi le habíadejado exhausto.Del recital pueden deducirse dos cosas:que Chns Memtt sigue siendo un tenorde pnmera, y que, a pesar de todas lasprédicas de antaño, el do de pecho siguesiendo la obsesión de los públicos deópera.Francesc X. MatoDentro del ciclo Mozartiana, que tantohace por la divulgación de las páginasmenos conocidas de este compositor, sededica penodicamente una de las sesionesal aspecto vocal, y en esta ocasión hemostenido la suerte de contar con la sopranogeno ve sa Luciana Serra, a la que ya admiramosen su Norina del Don Posqua/edonizettiano la pasada temporada en elTeatro Grec. Especialistas en obras belcanttstasde soprano lírico-ligero, y tambiénde determinadas obras del compositorde Salzburgo. posee una voz penetrante,de bello color, timbrada, homogéneaen todos los registros y una exquisitamusicalidad. A pesar, según se anunció, deno estar en perfectas condiciones, dio unalección de profesionalidad y supo imprimira cada página la versión oportuna. Iniciósu recital con Voi avete un cor fedele K217, en la que demostró su buena técnica,en un ana difícil, siguiendo con A questoseno, donde después de un recitativocon un depurado fraseo resolvió el ariacon sutileza, para acabar la pnmera partecon Misero dove son donde alternaba lafuerza con un fraseo bello y contundente.Inició la segunda parte con Nehmt meinendonk K 383, cantada con estilo sencillo ysobno para terminar con Ah lo previa, K272, que previene en Come scogl/o delCosí fon lurte, interpretada con valentía ybrillantez. Fue la suya una actuación llenade grandes cualidades, correspondida porun público no muy numeroso, pero quesupo calibrar a la artista que actuaba.El resto de la velada se completaba conla Sinfonía núm 6, K 43, y la Sinfonía núm30, K 202. en las que la Orquesta Solistesde Catalunya, bajo la dirección de XavierGüell nos dio de la primera una versiónpoco transparente con una cuerda a laque le faltaba un sonido más sutil, y unmetal falto de un sonido más comparto yredondeado, siendo lo más conseguido elÚrtimo movimiento, características que serepitieron en la Sinfonía núm. 30, y en laobertura de LoAtbert Vilardetl24 SCHEBZO
ACTUALIDADVALENCIARecital de Adolfo BuesoValencia. Palau de la Música 16-5-90. Debussy; Suiíe flefgomosque, Eslampes, Preludios (libro primero)- AdolfoEl joven pianista valenciano AdolfoBueso volvía a presentarse en el Palau trassu actuación en la temporada 1986-87, enla que estrenó en Valencia el Pnmer Conciertopara piano y orquesta de Prokofiev.De repertorio centrado fundamentalmenteen la música clásica y romántica, haabordado en varias ocasiones el impresionismo.El libro pnmero de los Preludios deDebussy ya lo interpretó hace tres añosen el Centro Cultural de la Caja de Ahorros.La superior versión que ha ofrecidoahora en el Palau nos confirma su excelentemomento. El pianismo de Buesosiempre se ha caracterizado por laclaridad expresiva y el cuidado estilístico,apoyados en una técnica suficiente. Suaproximación a Debussy parte de unasensibilidad y una voluntad de claridadmozartianas y de un pulso temperamentalque el pianista valenciano posee sin ostentación.Su interpretación de Debussy,entre el intimismo y el registro vago y laexpresión contundente, tiene siempreperfiles claros y los pasajes más ensimismadosnunca decaen en la flaccidez. Trasadaptar la sonoridad del piano a la pequeña,pero magnífica de acústica, sala B delPalau, Bueso logró progresivamente lapulsación precisa y la contención del pedalrequeridas. Hubo excelentes momentosen la Su/te Bergamasque, como en el Oo/rde /une, y en Estampes, por la regulacióndinámica en La soirée dans Granade, Delos Preludios destacaron la nítida oposiciónrítmica de Serenade interrompue, el adecuadojuego de pedales en Lo vent dans lapíame, la delicada atmósfera conseguidasen Lo filie aux cheveux de Un y en Lo coihédralengloutie y, particularmente, en Despos sur lo neige. La pieza de Satie, ofrecidade propina, nos acabó de confirmar lasolidez de Adolfo Bueso. Y que, como enel caso de otro joven pianista valenciano,Bertomeu jaume, debería prodigarse másen nuestros conciertos. Por ejemplo, enlos ciclos que se preparan para la conmemoraciónmozartiana.Blas CortésBrillantedespedidaValencia. Palau de la r-lúsca. 3-S de junio de 1990.Beethoven: Sinfonía n" ó. en Fo mayor, op 66. 'Postoral'Stravinskr La consagración de lo primovetaOrquesta Municipal de Valencia. Dinsctor Manuel Galduf.Concierto extraordinario.Como colofón del curso 1989-1990,tuvimos un concierto doble repartidoentre una soleada mañana dominical delprimer verano valenciano y un húmedatarde de martes no menos típica. En conjunto,el resultado fue notable, y aunque,en consonancia con el clima, hubo aftibajosy también diferencias entre ambas versiones,nos ratificamos plenamente en laopinión de que a esta formación, con losrecursos humanos con que en estemomento cuenta, lo que le hace falta estiempo y tranquilidad para ensayar seriamentepiezas de repertorio más o menosdifíciles pero hasta ahora pocas vecesabordadas con eficacia, y lo que le sobrason sobresaltos y empresas megalómanas.En general, el empaste fue bueno (destacaremosel diálogo entre el clarinete ylas cuerdas al final del pnmer movimientode la Sexta) y las texturas pulcras. Hilandofino, acaso el domingo Beethoven resultarademasiado crispado en la exposicióndel Allegro festivo y en el final (dondeademás faltó unidad en el tegoto de losviolines. compensado por un curioso ymuy hermoso efecto de eco lejano en lasviolas); por contra, en las dos ejecucionesel bramido de los elementos desatados enla tormenta brilló por su ausencia y elAndante pecó de un exceso de languidezque hizo que por momentos la expresiónse perdiera en la opacidad (tal vez en elpodio debiera habérsele dado más juegoa la mano izquierda). De cualquier modo,quizá no sea justo ser tan puntilloso, considerandode dónde viene esta orquesta,adonde va y con qué paso se desplaza;lento, pero seguro.Con Stravinski pasó algo extraño. Trasun no muy prometedor arranque, en lasdos ocasiones la interpretación fue ganandoen calidad, la orquesta fue afianzándose,guiada por una batuta sobria y clara, ysi el domingo, junto a algunos momentosprevios en que se echó de menos mayoragresividad, ya gustó el crescendo del finalde la primera parte, el martes ese pasaje yel resto de la pieza fueron interpretadoscon una espectacularidad francamentesobresaliente. El éxito de público, notanto de taquilla, fue. con justicia, muycaluroso.Adolfo BuesoAlfredo Rrotóns MuñozSCHERZO 25