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Scherzo. Núm. 46

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DISCOSESTUDIO DÍSCOGRAFICOEl legado de Erich Kleibertnch KletDerNo es fácil conseguir una interpretaciónde altura, redonda, de esta "Comedia enmúsica', de esta extensa y exquisita recreaciónde la Viena de Mana Teresa confeccionadapor el tándem Strauss-Hofmannsthaí.Se requiere para ello la presencia creativa devarios elementos no siempre en condicionesde reunir cuatro cantantes de primerisima(tres sopranos, o dos sopranos y una mezzo,y un bajo de singulares cualidades), unaorquesta de extremo virtuosismo y brillo y,en particular, un director como la copa de unpino, capaz de articular elocuentemente lossonidos contenidos en una partituraespecialmente nca. vanada, alusiva, contrastaday complejísima: un maestro concertadadealtos vuelos, nguroso. de batuta muy claray precisa, estilísticamente depurado, de paletasonora refinada y colorista, hábil en elmanejo y dosificación del arte del rubato, eficazen la aplicación de factores expresivosbásicos en esta música como son las distintasgradaciones dinámicas, las diversas formas derallentando, el portamento y, sobre todo, elglissando.Pocos directores tan aptos para aunartodo ello y para plasmarlo globalmente enuna versión equilibrada, cálida y transparente,concisa, rítmicamenteperfecta -por su norteseguro y su flexibilidadenriquecedora-, elegantementeestilizada, sinexcesos, de tempí justísimos,como Ench Kleiber,vienes de nacimiento,músico extraordmano.artista eminente,que nos dejóantes de morir, enenero de 1956, algunostestimonios discográficosde excepción: unode ellos es, sin duda,este Caballero de laraso, que se nos brindaahora, respetando subuen sonido de origenque aparece exento desoplidos, en soportecompacto. Duranteaños, y aún hoy, estaversión fue pnmerisimaopción. Sigue conservando,frente a otrasque posteriormentehan aparecido en elmercado, una frescura,una gracia yFOTO: DECCA una claridad ejemplares.Todo está-y sin perder ni un átomo de calor oexpresividad- excepcionalmente medidoen la dirección de Kleiber, que sabecrear, del modo más sencillo y natural,tensiones dramáticas partiendo de unfraseo singularmente conciso y ceñido yde una sobriedad acentual proverbial ensu batuta. Las respectivas introduccionesa cada uno de los tres actos encuentranen su mano una reproducción que todavíay a <strong>46</strong> anos vista no conocen nval tales la milagrosa proporción que guardanentre si los planos sonoros que las conforman,¡a meridiana claridad con queunos y otros se combinan y superponen,la justeza de los ataques, la inspiradaelección del tempo de base, el establecimientode un adecuado diseño rttmicoque hace moverse, crecer fluidamente,alimentado por una implacable dinámicainterna, el discurso, en pocas ocasionestan intensamente dramático. Hay quedescubrirse ante la impecable realización,insuperada, del fügato -en ese diabólico 12/8asentado sobre nerviosísimas corcheas- queabre el tercer acto. Y, en general, ante lamágica continuidad que. de principio al fin.tiene esta interpretación en la que nadasobra ni nada faíta, en la que se respira unaire puro -el del arte- y en la que, como nopodía ser menos, las voces aparecen admirablementetratadas e integradas en la corrientedramática de la forma más lógica, prestándoseal juego variadísimo que propone laendiblada escritura straussiana. para la quetodo matiz es poco, y a la férrea conducciónde Kleiber. que no perdona ni una sola anotacióndel pentagrama ni va nunca más alláde lo que éste dice y exige, en un caso particularmenteparadigmático de lo que podríadenominarse objetivismo creativo. Qué dudacabe de que muchas de estas premisas interpretativasfueron recogidas por el hijo deeste impresionante director -de cuyo nacimientose cumple este verano un siglo-, elhoy famosísimo y excéntnco Carlos Kleiber,autor de una versión, en cartel durante añosen Munich, fiel a los postulados paternos,aunque alimentados con un ardor y unromanticismo muy personales.El equipo de cantantes de este clasico deDecca funciona a la perfección aun cuandoquepa hacer determinadas matizaciones.Mana Reming, algo mayor en el momento dela grabación (habla nacido en 1901), muestrauna clase, un saber estar y decir, una eleganciaejemplares, si bien su voz, un puntoopaca, algo apretadilla en ocasiones, no estuvieraya en las mejores condiciones. SenaSeno JurimacfOTO: fAYÉAJurinac resurta modélica en un papel quepaseó por toda Europa. Soprano lírica, de lasllamadas anchas, tiene un timbre cálido y unaespecial sensualidad al frasear Octavian juvenily ardiente que -aunque la escritura no esmuy grave, y por eso suelen cantar la parte aveces sopranos- encuentra oeftos proble-78 SCHERZO

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