DOSIERLa carencia de ópera en España, género venido amenos a lo largo del presente siglo en nuestro país,ha ocasionado que su renacer en los últimos tiemposencuentre como problema de enorme trascendenciael hecho de que ha de enfrentarse a una infraestructuraobsoleta e insuficiente, pues nuestros teatros -sin excepciones-a comienzo de los años 80 ofrecían un lamentableestado de conservación, siendo incapaces de afrontar condignidad el reto de montar y producir ópera en igualdad decondiciones que las casas de ópera centroeuropeas o amencanasde tradición.Este hecho, perfectamente constatable aún hoy en día, hatenido remedio parcial, considerándose que aún no se harecorrido ni la mitad del camino requerido para llegar a lameta de la adecuación y modernización exigidas, cuya consecuciónpermitiría decir que en España se puede producir yorganizar ópera como en cualquier otro país modélico en elgénero, i.e. Alemania, Inglaterra, ftalia, etc.Y como veremos a continuación, no se trata sólo de ladotación de infraestructura escenográfica y demás equipos ymedios necesarios para el montaje de las producciones operísticas,sino de equipamiento para la realización de escenografíasy el equipamiento extemo ad hoc de los teatros, y laposibilidad de éstos de contar con los medios promocionalesy organizativos que permitan una actividad normal y rentable-en todos los sentidos- de la vida de nuestra ópera. Talcarencia condiciona además la naturaleza de las organizacionesy los sistemas seguidos de cara al público -temporadas,festivales, semanas, etc.- que marcan y determinan el productoservido al aficionado.Nuestros teatros, distribuidos por toda la geografía españolaen casi todas las caprtales de provincia y ciudades importantes,florecieron en sumayoría en la segundamitad del siglo XIX y principiosdel XX, respondiendoa un momentosocial y cultural en el quela ópera era uno de lospocos medios de solaz yde expansión, y de conocimientohumano y derelación con el exteriorpor cuanto como géneroimportado de otros paísespermitía el conocimientode otras costumbres y significabala aceptación deotras influencias.Ciertos números ydatos pueden dar unaidea:De más de 50 teatroscatalogados, sólo uno. elLiceo de Barcelona, hapermanecido constantedesde su construcción al94 SCHERZOLos teatrosservicio principal de la ópera y sólo otro, el Teatro de la Zarzuelade Madrid, se rescató en 1956 para su dedicación anuestro género lírico y posteriormente a la ópera como TeatroNacional.El Teatro Real, en Madrid, es ejemplo de la desidia y deldesinterés que durante largos años han presidido la vida operísticaespañola.No más de 10 teatros repartidos por toda España han conservadoactividad operística esporádica, motivada por diversosestímulos públicos o privados.Sólo un teatro bien equipadoEl Gran Teatro del Uceo, de participación mixta de fondos públicos y privadosSólo un teatro, el Teatro de la Zarzuela, a partir de 1988,está decentemente equipado con medios escenográficosmodernos, lo que no quiere decir que sean completamenteequiparables a otros teatros modernos del extranjero-Todos los teatros, incluido el Gran Teatro del Liceo y loscasi veinte teatros que han integrado el plan de rehabilitaciónteatral acometido -a partir de 1984- conjuntamente por elMOPU y el Ministerio de Cultura, carecen de maquinaria yaparatos teatrales adecuados a la hora presente, pues lainversión realizada en ellos ha sido fundamentalmente arquitectónicay decorativa, y mínimamente afecta a la dotación desus escenarios y su maquinaria, equipamiento eléctricomoderno, etc., y no digamos, a la dotación de equipamientosy medios de almacenaje y talleres habituales en teatros conactividad operística normal.Con el positivo plan de rehabilitación de teatros que se hallevado a cabo parcialmente, como se ha dicho, se ha relanzadola actividad de nuestra ópera, impulsada ahora por fondos
LA OPERA EN ESPAÑAz3El Teatro de la Zarzuela,único decentementeequipado con mediosescenográficos modernos.públicos regionales o municipales, coincidiendo en ciertomodo la renovación de esa infraestructura lírica teatral con íaaparición de una nueva -aunque también incompleta- dotaciónhumana de orquestas y coros que hace quince años noexistían.RelanzamientoEste relanzamiento señalado, exceptuando Madrid y Barcelona,se asienta casi siempre sobre los cimientos de [a actividadprivada de determinadas organizaciones de aficionados(Amigos de la Opera) que bien por su vida actual o bien porquecrearon algún día una afición al género, posibilitan el quela semilla del dinero público (en teatros, orquestas, organizaciones)no caiga en terreno baldío, sino en embriones declientela cuya expansión y aumento son notorios. Sirva elejemplo de Vizcaya, donde los Amigos de la Opera (ABAO)viven y organizan su temporada, y conviven con las produccionesdel remodelado y rescatado Teatro Arriaga y nutren,sin lugar a duda, gran parte de la clientela de este teatropúblico. En cualquier caso, hay intentos de umficación.Pera si hemos calificado de positivo el plan de rehabilitaciónde teatros, también lo hemos llamado parcial, viniendotal calificativo no sólo porque lógicamente -y por diversasrazones- no podían ser todos los teatros de España, sino porque-y esto es lo grave- la puesta al día de esos teatros hasido incompleta ya que insistimos en que no se ha abordadoa fondo la dotación de modernos medios de escenografíacon la maquinaria teatral moderna que los tiempos actualespermiten y exigen. Tal hecho que es subsanable si el esfuerzorealizado no queda a medio camino y de manera global oparticular se pone al día la potenciación escenográfica española,condiciona notablemente el tipo de producción operisticahoy permisible en los diversos puntos de nuestra geografíaen que fructifica esa ópera. Salvando el caso de Barcelona, noexiste en España, ni se vislumbra la posibilidad por ahora, deque exista una temporada de ópera -no Festivaí- a lo largo detodo el año, como ocurre en otros países europeos de condicionesculturales, sociales y económicas similares. El caso deMadrid es aparte puesto que la oferta anual del TeatroNacional Lineo de la Zarzuela se verá reemplazada por loque venga desde el Teatro Real, en fase de reacondicionamiento,si bien se desconocen los esquemas de funcionamientodel mismo.En lo expuesto se apunta ya cuáles son los protagonistasactuales de la organización operística española. Entes públicoscomo el Estado, Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, oprivados, como Asociaciones de Amigos de la Opera, son losque de manera continuada o esporádica ofrecen ópera a suspúblicos respectivos. Caso aislado y único es el Teatro de laZarzuela, en Madrid, como Teatro Nacional financiado íntegramentecon fondo públicos del Gobierno .Central, y tímidasaportaciones pnvadas (patrocinadores) pues significan pocodentro del presupuesto total de Teatro. Este se encuentraapoyado básicamente -en cuanto a público- en una organizaciónprivada de Amigos de la Opera que fue en su día elmotor del renacer operístico de nuestra capital y está llamadaSCHERZO 95