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2º semestre - Año XXVI - aespat

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El suicida: ser matado, matarse, morir 339No había razón para creer que tal dinámicafuera sólo el destino de los gemelos.Otras personas pueden tratar de esta manerauna parte de ellas mismas y excluir aun Padre o a un Niño homicidas. Desde entonces,una decisión de no-suicidio puedemuy bien no tener impacto alguno sobre laparte homicida excluida. No hay garantía algunade que no pase a la acción en un momentodado. Es especialmente cierto si unamotivación o una resolución de morir permaneceen las partes no excluidas. Traté ano pocas personas que excluían a su Padre.No encontré exclusión alguna del Niño.Aquí, la entrevista del Padre, que John Mc-Neel puso a punto (1976, Pp. 61-68), se revelómuy importarte. Me permitió abordar alPadre como si se tratara de una personaseparada, lo que corresponde, por otra parte,a la experiencia interna de la persona ya obtener de ella las decisiones necesarias.Ejemplo 2Figura 2El padre de Willy era un tirano. A menudole pegaba, gritando que un día le mataría.En aquel momento, Willy pensaba quesu padre quería realmente matarle. Así incorporóun Padre violento y homicida. Dudabaen tomar una decisión firme de no-suicidio a partir del Niño, pero aceptaba dejarhablar a su padre, «Santiago», que pareceser la causa de su reticencia. Entonces, parecíaque «Santiago» no es duro más quede fachada. En el fondo, tiene miedo de suincapacidad como padre. Pega a sus hijosporque está desesperado. Cree que ésta esla mejor manera de hacerlo cuando se comportanmal. Yo me comprometo con él enuna discusión franca a propósito de los efectosde este comportamiento sobre los niños.Acepta no decir desatinos, se comprometeinmediatamente a tratar a Willy de forma diferente.Toma rápidamente la decisión de nomatar a Willy. Como a veces sus impulsoshomicidas actúan también sobre otros, tomala decisión, más general, de no matar a nadie.Recostado en su propia silla, Willy estáaliviado: su cara se expande en una ampliasonrisa. Dice: «Si Santiago hubiera hecho loanterior un día u otro, no creo que hubierapodido detenerle». Para verificar, yo le digo«Ya sabes, tú habrías tenido que decidir queél se adueñara de la situación». Él responde:«Ya sé, y no creo que le hubiera tenidoporque creí que él era demasiado fuerte».Siguió su trabajo estableciendo un contratoclaro y firme de no-suicidioDe esta experiencia y de otras, concluí quela decisión de no matarse es, a veces, unaetapa necesaria para tratar a una persona potencialmentesuicida. Esta decisión trata de lamotivación o compromiso de una parte dematar a otra. La mayor seguridad parece resultarcuando el cliente especifica en el contrato el nombre del objetivo de su homicidio.Generalmente, esta dinámica se juega entreel Padre y el Niño, pero no siempre, como lomuestra el caso de Susana y Simón. A veces,se trata de diferentes partes del Padre.La decisión de vivirLas personas suicidas manifiestan unmotivación o una determinación de morir.Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008

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