04. ¿Existe una «tercera vía» entre revolución y reformismo?01.elecciones,equilibrios de fuerzasy política de trastienda«Tenemos que alcanzar el famoso umbral del 5% para las elecciones de 2007.Para poder llevar a cabo esta tarea, es necesario criticar seriamente las concepcionesizquierdistas respecto a la lucha parlamentaria», escribía Nadine Rosa-Rossojusto antes de dejar el partido 223 . A continuación, ponía en pie una nueva plataformapara comunistas (sin partido), plataforma que se termina con las siguientespalabras: «El frente que los comunistas y la clase obrera están construyendo debedesembocar en iniciativas electorales con vistas a modificar los equilibrios de fuerzatambién en este terreno.» 224Modificar «también» los equilibrios de fuerza en el palenque electoral, tal es laconcepción defendida por Rosa-Rosso. Las concepciones que se oponen a éstasdeben ser criticadas como «puntos de vista izquierdistas» sobre la lucha parlamentaria.Friedrich Engels esbozaba el auge y el lugar de los parlamentos situándolos ensu contexto histórico: «Además, en la mayor parte de los Estados históricos losderechos concedidos a los ciudadanos se gradúan con arreglo a su fortuna, ycon ello se declara expresamente que el Estado es un organismo para protegera la clase que posee contra la desposeída. Así sucedía ya en Atenas y en Roma,donde la clasificación era por la cuantía de los bienes de fortuna. Lo mismo sucedeen el Estado feudal de la Edad Media, donde el poder político se distribuyósegún la propiedad territorial. Y así lo observamos en el censo electoral de losEstados representativos modernos. Sin embargo, este reconocimiento político dela diferencia de fortunas no es nada esencial. Por el contrario, denota un gradoinferior en el desarrollo del Estado. La forma más elevada del Estado, la repúblicademocrática, que en nuestras condiciones sociales modernas se va haciendo unanecesidad cada vez más ineludible, y que es la única forma de Estado bajo la cualpuede darse la batalla última y definitiva entre el proletariado y la burguesía, noreconoce oficialmente diferencias de fortuna. En ella la riqueza ejerce su poderindirectamente, pero por ello mismo de un modo más seguro. De una parte, bajola forma de corrupción directa de los funcionarios, de la cual es América un modeloclásico, y, de otra parte, bajo la forma de alianza entre el gobierno y la Bolsa.105
¿Existe una «tercera vía» entre revolución y reformismo? .04Esta alianza se realiza con tanta mayor facilidad, cuanto más crecen las deudasdel Estado y más van concentrando en sus manos las sociedades por acciones,no sólo el transporte, sino también la producción misma, haciendo de la Bolsa sucentro. Fuera de América, la nueva república francesa es un patente ejemplo deello, y la buena vieja Suiza también ha hecho su aportación en este terreno. Peroque la república democrática no es imprescindible para esa unión fraternal entrela Bolsa y el gobierno, lo prueba, además de Inglaterra, el nuevo imperio alemán,donde no puede decirse a quién ha elevado más arriba el sufragio universal, si aBismarck o a Bleichröder. Y, por último, la clase poseedora impera de un mododirecto por medio del sufragio universal. Mientras la clase oprimida -- en nuestrocaso el proletariado-- no está madura para libertarse ella misma, su mayoría reconoceel orden social de hoy como el único posible, y políticamente forma la cola dela clase capitalista, su extrema izquierda. Pero a medida que va madurando paraemanciparse ella misma, se constituye como un partido independiente, elige suspropios representantes y no los de los capitalistas. (…).» 225La manera en la que «la riqueza (…) ejerce su poder de manera indirecta, perotanto más segura» (en palabras de Engels), hoy en día, aparece claramente entodas partes. E inevitablemente en cada una de las campañas electorales y enla influencia de la política de trastienda (como la llaman con tanta pertinencia losgrupos de presión en los Países Bajos) y de los think-tanks del mundo políticoindustrialcomo el grupo Davos, el club Bilderberg, la Comisión trilateral, la Cámarade comercio internacional, etc.La influencia de la industria sobre las elecciones tiene su culmen en Estados Unidos.Los 429 candidatos con las cajas de campaña más llenas se apoderaron delas 429 primeras plazas en el Congreso americano. Únicamente los sillones 430 a469 fueron a parar a candidatos menos «afortunados» 226 . Hablando de situacionessemejantes, Lenin escribía: «En nuestros días no se puede pasar sin elecciones; ninada se puede hacer sin las masas, pero en la época de la imprenta y del parlamentarismono es posible llevar tras de sí a las masas sin un sistema ampliamenteramificado, metódicamente aplicado, sólidamente organizado de adulación, dementiras, de fraudes, de prestidigitación con palabrejas populares y de moda,de promesas a diestro y siniestro de toda clase de reformas y beneficios paralos obreros, con tal de que renuncien a la lucha revolucionaria por derribar a laburguesía.» 227En el 2000, la industria pagaba directamente 696 millones de dólares para que seeligiera a Georges W. Bush a la presidencia de los Estados Unidos. Los principalesindustriales ven en esta contribución una inversión. John Chambers, el gran patronodel gigante de la informática Cisco Systems, inyectó 582.933 dólares en la106
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