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Lucha de clase, sindicatos y partido revolucionario .02Bismarck [3] en la Alemania de 1879 emergen otra vez: en Letonia, en Polonia y enEslovaquia [4] .Pero nadie podrá negar tampoco que el proletariado se opone a la ola de liberalizacióny al desmantelamiento de las conquistas sociales. Esta oposición sepresenta bajo múltiples facetas, desde la lucha por el mantenimiento del tiempode ducha durante las horas de trabajo en las fábricas con polvo del sector noferroso,como en Umicore (Hoboken) hasta la lucha por el mantenimiento de lapausa del mediodía. Pequeñas victorias en el lugar de trabajo. Pequeñas victoriasde los trabajadores, de los empleados y de sus sindicatos. Y de los comunistasque no dejan las fábricas, sino que consiguen agarrarse a la lucha en los lugaresde trabajo. El número de acciones realizadas en las empresas está en constanteaumento desde los años 90. Se trata de acciones en el terreno, organizadas pordecenas de miles de representantes sindicales, de gente de carne y hueso. Genteque no ha abandonado las empresas.Marx reprochaba a los socialistas utopistas que sólo veían la miseria: «En la miseria,sólo ven la miseria, sin vislumbrar el aspecto revolucionario que pondrá patasarriba la vieja sociedad.» 76 Si Marx y Engels se hubieran limitado a lamentarse antetanta miseria ni la Primera Internacional ni la toma de conciencia progresiva de lossindicatos serían un hecho. Si los trabajadores coreanos, colombianos, sur-africanoshubieran renunciado frente a la miseria y la represión, los recientes movimientosde lucha por la defensa de los derechos sindicales, contra las privatizacionesy contra el Fondo monetario internacional hubieran sido sencillamente imposibles.3 El conde Otto Von Bismarck (1815-1898), canciller de la mano de hierro, es uno de los fundadores de la reunificaciónde Alemania y favoreció la alianza entre la nobleza y la alta burguesía. Estimuló la expansión del militarismopruso-alemán. Entre 1862 y 1871, fue ministro presidente de Prusia; de 1871 a 1889, también cumplió las funcionesde canciller. A él se deben las famosas leyes de excepción anti-socialistas (21 de octubre de 1878) que declararonilegal la socialdemocracia. Se prohibieron los periódicos obreros, sus asociaciones y sus clubs, se incautaron susposesiones y el SPD fue declarado ilegal. Una ola de arrestos y de expulsiones siguió a estos acontecimientos. Apesar de la represión, el SPD siguió organizándose en la ilegalidad en Alemania.464 En Letonia, el Partido comunista está prohibido por la constitución desde 1991. Su presidente, Alfred Rubiks, pasóseis años en la cárcel. Una vez liberado, fundó el partido el Partido socialista de Letonia, actualmente el segundo partidomás grande en la capital, Riga. Rubiks lucha ante los tribunales para obtener el derecho de existencia del Partidocomunista. En Polonia, el Partido de la Unión de los Comunistas polacos Proletariat fue prohibido en 1999, el motivoinvocado era: «lagunas en los estatutos». En Eslovaquia, hacia la mitad del año 2003, se sometió un proyecto de leyque preveía una pena de seis meses a tres años de cárcel en caso de «reivindicación pública a favor del comunismo».

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