Lucha de clase, sindicatos y partido revolucionario .02Y, en última instancia, estaba la libreta de trabajo tan odiada en la que el patronopodía apuntar unilateralmente sus apreciaciones sobre trabajadores «recalcitrantes».Entre 1830 y 1867, al menos de 1.500 obreros fueron llevados a la cárcel porhaber estado en huelga. 73Estas condiciones, ¿no son «más infernales» que las condiciones actuales en Bélgica?Uno podía perderlo todo: su salario, su comida, su salud y su vida. Y sinembargo hubo una revuelta colectiva. Al principio, se trataba de tumultos del hambre,de ocupaciones colectivas de las tierras confiscadas, de destrucción de lasmáquinas, de incendios de las ricas moradas patronales y de pillajes. Pero, muyrápidamente, esos actos iban a dejar lugar a las peticiones, a las marchas, a lasasambleas, a las manifestaciones y a las huelgas. Bélgica fue uno de los primerospaíses del mundo donde los trabajadores lanzaron una huelga general. 74En su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra, Friedrich Engels describeescenas idénticas que ocurrían en la joven Inglaterra industrial. En 1845, Inglaterray Bélgica eran las dos naciones más industrializadas del mundo. Engels describela misma miseria que la descrita por August de Winne y otros. La diferencia, esque Engels no se contenta con esbozar el cuadro de la miseria, sino que muestratambién la potencial fuerza revolucionaria de la clase obrera. El comunista alemánFranz Mehring [1] testifica: «Engels describía las condiciones de existencia de laclase obrera inglesa en su espantosa realidad, pero típica del reinado de la burguesía.(…) Lo que da al libro su valor esencial, no es el cuadro que pinta Engelsde la miseria del proletariado. (...) Desde este punto de vista, Engels había tenidomás de un precursor. (…) No es tampoco la auténtica rebelión contra un sistemasocial que somete las clases laboriosas a los peores sufrimientos, ni la descripciónrealmente conmovedora de aquellos males, ni tampoco la profunda y sinceracompasión para con las víctimas lo que le confiere a la obra su carácter específico.Su aspecto más admirable y al mismo tiempo más importante históricamente,es la lucidez con la cual el autor, un joven de 24 años, supo captar el espíritu delmodo de producción capitalista y explicar a partir de ahí no sólo el auge de la burguesía,sino también su declive, no sólo la miseria del proletariado, sino tambiénsu salvación.» 75Marx y Engels también pusieron esta concepción en práctica. A lo largo de suvida, ayudaron a la edificación y a la politización de las trade-unions. Tambiéntrabajaron por la edificación de un partido de vanguardia consciente a la cabezadel movimiento obrero.441 Franz Mehring (1846-1919): teórico de la izquierda del SPD (partido socialdemócrata alemán), a inicios del siglo20, formó parte de la oposición revolucionaria a la Primera Guerra mundial. Con Rosa Luxembourg y Karl Liebknecht,fue uno de los miembros fundadores del Partido comunista alemán en 1919, pero murió justo después. Se le debeuna biografía muy elaborada de Karl Marx.
02. Lucha de clase, sindicatos y partido revolucionarioÉsta siguió siendo, después de ellos, la postura del partido comunista. CuandoBélgica cayó sometida al ocupante nazi, cuando las condiciones de trabajo y lossalarios llegaron a su tope, cuando una parte importante de los más importantesdirigentes sindicales desapareció (huyendo a Londres o colaborando con los nazis),cuando la Gestapo procedió a la detención de los delegados, Julien Lahaut [2]no dijo: «La empresa se convierte cada vez más en un lugar infernal donde hastapensar se ha vuelto imposible...» Por el contrario, lideró una de las huelgas ilegalesmás logradas que haya conocido la Europa occidental ocupada. El 10 de mayode 1941, 100.000 siderurgistas, desde Lieja hasta el norte de Francia, se pusieronen huelga. Al cabo de dos semanas, los patronos del acero y el ocupante alemánse vieron forzados a resignarse y aceptar todas las reivindicaciones de los huelguistas.Nadie puede negar que, en estos últimos diez años, las condiciones de trabajo sehan deteriorado. Mientras existió el socialismo en Europa del Este, con seguridadsocial, gratuidad de la salud y la enseñanza, infraestructura cultural, transportespúblicos, pleno empleo, etc., el capitalismo en Occidente no tenía otro remedioque otorgar concesiones al movimiento obrero. Desde que la contrarrevoluciónde terciopelo hizo besar la lona al socialismo, el capital se ha vuelto más audaz.Se vuelven a convertir las fábricas en cuarteles. El estrés ha reemplazado a lasilicosis. Los empleos fijos han sido sustituidos por empleos de media jornada yempleos temporales, los empleos bien remunerados por empleos basura y fuerade los convenios colectivos. La proporción de los salarios en la riqueza globalva disminuyendo. Las antiguas leyes contra las huelgas vuelven a ver la luz, secrean nuevas, se imponen multas. Hasta las leyes anti-socialistas del implacable2 A los 14 años cuando Julien Lahaut (1884-1950) inició su carrera en la fábrica de Cockerill. Muy pronto recibe laetiqueta de «agitador». En 1905, a los 21, funda con Bondas y Delvigne el primer sindicato siderúrgico verdaderode Bélgica. Durante la Primera Guerra mundial, se marcha como voluntario al frente ruso, donde hará suyas lasideas comunistas. De vuelta al país, intenta concretar sus ideales a través del Partido Comunista de Bélgica. En1921, Lahaut dirige la huelga de nueve meses seguida por los 9.000 siderurgistas y mineros de Ougrée-Marihaye(cerca de Lieja). En 1932, Lahaut se encuentra de nuevo entre los hombres destacados de la huelga seguida por200.000 mineros y otros trabajadores que reclaman un aumento de los salarios. Cuando Hitler se hace con el poderen 1933, organiza en Lieja una manifestación que se dirige al consulado nazi alemán. Se retira la bandera nazi yLahaut, elegido desde 1932, la romperá en pleno parlamento pronunciando estas palabras: «Esto es lo que lostrabajadores piensan del fascismo, decidan lo que decidan todos ustedes en el Parlamento». Julien Lahaut sabíaentusiasmar a los trabajadores y levantarles la moral mejor que nadie. Eso fue lo que hizo con sus compañeros deinfortunio en los campos de concentración, donde casi pierde la vida durante la Segunda Guerra mundial. No faltanpues razones para que le apoden «el hombre que llevaba el sol en el bolsillo». Con el «asunto del rey», encabeza lasfilas de manifestantes que se oponen a la vuelta del rey Leopoldo III. Cuando Balduino presta juramento, pronunciaen pleno parlamento las ahora legendarias palabras «¡Viva la República!». Le atribuyen el lema republicano. Apenasuna semana después, es asesinado delante de su domicilio.45
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