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¿Existe una «tercera vía» entre revolución y reformismo? .04demasiada rapidez. Para el Partido comunista de Grecia (KKE), la cosa es muy distinta.La lucha entre el trabajo y el capital, en otros términos la lucha por el socialismo,también vale en circunstancias de guerra: «La guerra creó las condicionesbajo las cuales las contradicciones interiores en cada país alcanzaban su apogeo.En su estrategia, el movimiento comunista debe tener en cuenta la contradiccióncapital-trabajo que está contenida en el carácter antifascista de la guerra, de talmanera que pueda resolver la cuestión del poder. El desarrollo histórico proporcionóen varias ocasiones la penosa prueba de que, sin destrucción del aparatode Estado por las fuerzas revolucionarias, la posibilidad de la toma de poder se vecomprometida. La burguesía tiene una amplia experiencia en este plano.» 298En el fondo, el mismo debate se planteaba en Italia. Gerhard Feldbauer, quienfuese durante años el embajador de la República democrática alemana en Romay un amigo cercano del Partido comunista de Italia (PCI), cuenta: «El ‘viraje deSalerno’[ [17] ], provocado por Togliatti, creó una base determinante para la contribucióna la victoria sobre el fascismo de la resistencia dirigida por el PCI como componentede la coalición contra Hitler, lo que hizo posible una importante progresióndel movimiento obrero. El lado negativo residía en la ilusión de poder, tambiénen mantener la asociación con ciertos círculos de la gran burguesía con vistasa cambios antifascistas y democráticos y con su contenido social con vistas acambios anti-imperialistas. Sin embargo, esta ilusión no existía solamente en elseno del PCI.» 299La primera crítica del revisionismo no concierne entonces en absoluto a los resultadoselectorales ni a la participación en el gobierno. Se trata de la estrategia de larevolución socialista y de las ilusiones cultivadas acerca del carácter de una liberaciónnacional-democrática. Esto lo formula también con precisión Kurt Gossweiler.En su obra Wider den Revisionismus (Contra el revisionismo), escribe: «El final dela Segunda Guerra mundial no sólo generó más oportunidades hacia otros éxitosdel proceso revolucionario mundial; al mismo tiempo se crearon las condicionesque, de manera absolutamente inesperadas, se revelaron como brechas para lapenetración de la ideología burguesa –sobre todo bajo la forma del ‘revisionismo13217 A mediados de 1943, la burguesía italiana se dio cuenta de que había perdido la guerra. En compañía del rey y delas altas instancias militares, decidió deshacerse de Mussolini. El 26 de julio de 1943, se destituyo a Mussolini duranteuna revolución de palacio «para liberarse de Mussolini y de las personas favorables a los Alemanes, pero conservandoel sistema» (sic). El 8 de septiembre, Hitler reaccionaba por la ocupación de Italia del Norte y del Centro. En abrilde 1944, en Salerno, el PCI entraba en un «gobierno de unidad nacional» en compañía de los cristiano-demócratasy de los liberales. El «viraje de Salerno» es el término medio entre, por una parte, los comunistas y, por otra parte, lamonarquía que, no sólo, había ayudado a Mussolini a tomar el poder, sino que también lo había apoyado duranteveinte años. Después de la toma de Roma por los Aliados, el 4 de junio de 1944, el Comitato di Liberazione Nazionale(CLN) había exigido la supresión de la monarquía. A la iniciativa de Togliatti, se había concluido entonces un segundotérmino medio con el reconocimiento del príncipe heredero Humberto y el reenvío de la cuestión del Estado a unreferéndum después de la guerra.

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