04. ¿Existe una «tercera vía» entre revolución y reformismo?otra manera, Jdanov y Stalin dicen: ‘Vivan los PC italiano y francés que lograrontener el 30% de los electores en condiciones difíciles, abajo la línea oportunistade capitulación ante la presión del imperialismo americano. (…) Esto nos permitepor lo menos meditar acerca de una crítica demasiado simple del revisionismo(y entonces también de las elecciones y de la participación gubernamental) quesiempre estamos transmitiendo a nuestros propios militantes.’» 295Al amalgamar de forma ecléctica dos discusiones diferentes, Nadine Rosa-Rossosimplifica demasiado la discusión sobre este complejo período. Hay, por una parte,un debate sobre la estrategia con vistas a la revolución socialista durante e inmediatamentedespués de la ocupación y en la cual es muy importante determinar elpapel preciso de la participación americana en la guerra. ¿No se puso demasiadoacento en la liberación nacional y, de esta manera, se perdió de vista la preparaciónde un cambio socialista? ¿No se albergaban demasiadas ilusiones acerca del«buen» imperialismo de los Estados Unidos con respecto al «mal» imperialismo deAlemania y de Japón? Tales son las preguntas que emanan del primer debate. Porotra parte, está el balance concerniente al período a partir de 1945-1946, una vezque el período revolucionario se terminó en gran parte y que los carros de combateamericanos, canadienses y británicos están patrullando en las calles de París,Roma y Bruselas. ¿Cómo deben intervenir los comunistas contra el plan Marshally contra las demás propuestas americanas que quieren hacer los países europeosdependientes de los Estados Unidos? Tal es la cuestión del segundo debate.La primera discusión atañe a la designación de las tareas de los comunistas durantela Segunda Guerra mundial. En todos los países ocupados, el partido comunistaes la fuerza motriz detrás de la resistencia contra el ocupante nazi. Tomemosel ejemplo griego: «El KKE entregó a la lucha miles de sus mejores hijos. Dio ejemplosde una actitud vital en medio del heroísmo de las masas, lo que hizo vacilaral sistema político burgués y condujo a los partidos burgueses a la desbandada yal descrédito. 296 » A pesar del heroísmo alcanzado en la resistencia, el Partido comunistade Grecia (KKE) es autocrítico acerca de este período. En mayo de 2005,con la ocasión del sexagésimo cumpleaños de la victoria sobre el fascismo, elKKE publicaba un documento en el cual se puede leer: «Sin embargo, (el KKE) nopudo elaborar la estrategia que habría guiado hacia la solución revolucionaria dela cuestión del poder. Subordinó la lucha a las preocupaciones de la liberación nacional,incluso en el momento en que las condiciones le imponían, particularmentedespués de 1943, plantear el problema de la conquista del poder como resultadode la lucha de los resistentes y la culminación del combate popular...» 297Para Nadine Rosa-Rosso, la «lección fundamental» de este período, es que unaestrategia electoralista y de participación en el gobierno no se puede criticar con131
¿Existe una «tercera vía» entre revolución y reformismo? .04demasiada rapidez. Para el Partido comunista de Grecia (KKE), la cosa es muy distinta.La lucha entre el trabajo y el capital, en otros términos la lucha por el socialismo,también vale en circunstancias de guerra: «La guerra creó las condicionesbajo las cuales las contradicciones interiores en cada país alcanzaban su apogeo.En su estrategia, el movimiento comunista debe tener en cuenta la contradiccióncapital-trabajo que está contenida en el carácter antifascista de la guerra, de talmanera que pueda resolver la cuestión del poder. El desarrollo histórico proporcionóen varias ocasiones la penosa prueba de que, sin destrucción del aparatode Estado por las fuerzas revolucionarias, la posibilidad de la toma de poder se vecomprometida. La burguesía tiene una amplia experiencia en este plano.» 298En el fondo, el mismo debate se planteaba en Italia. Gerhard Feldbauer, quienfuese durante años el embajador de la República democrática alemana en Romay un amigo cercano del Partido comunista de Italia (PCI), cuenta: «El ‘viraje deSalerno’[ [17] ], provocado por Togliatti, creó una base determinante para la contribucióna la victoria sobre el fascismo de la resistencia dirigida por el PCI como componentede la coalición contra Hitler, lo que hizo posible una importante progresióndel movimiento obrero. El lado negativo residía en la ilusión de poder, tambiénen mantener la asociación con ciertos círculos de la gran burguesía con vistasa cambios antifascistas y democráticos y con su contenido social con vistas acambios anti-imperialistas. Sin embargo, esta ilusión no existía solamente en elseno del PCI.» 299La primera crítica del revisionismo no concierne entonces en absoluto a los resultadoselectorales ni a la participación en el gobierno. Se trata de la estrategia de larevolución socialista y de las ilusiones cultivadas acerca del carácter de una liberaciónnacional-democrática. Esto lo formula también con precisión Kurt Gossweiler.En su obra Wider den Revisionismus (Contra el revisionismo), escribe: «El final dela Segunda Guerra mundial no sólo generó más oportunidades hacia otros éxitosdel proceso revolucionario mundial; al mismo tiempo se crearon las condicionesque, de manera absolutamente inesperadas, se revelaron como brechas para lapenetración de la ideología burguesa –sobre todo bajo la forma del ‘revisionismo13217 A mediados de 1943, la burguesía italiana se dio cuenta de que había perdido la guerra. En compañía del rey y delas altas instancias militares, decidió deshacerse de Mussolini. El 26 de julio de 1943, se destituyo a Mussolini duranteuna revolución de palacio «para liberarse de Mussolini y de las personas favorables a los Alemanes, pero conservandoel sistema» (sic). El 8 de septiembre, Hitler reaccionaba por la ocupación de Italia del Norte y del Centro. En abrilde 1944, en Salerno, el PCI entraba en un «gobierno de unidad nacional» en compañía de los cristiano-demócratasy de los liberales. El «viraje de Salerno» es el término medio entre, por una parte, los comunistas y, por otra parte, lamonarquía que, no sólo, había ayudado a Mussolini a tomar el poder, sino que también lo había apoyado duranteveinte años. Después de la toma de Roma por los Aliados, el 4 de junio de 1944, el Comitato di Liberazione Nazionale(CLN) había exigido la supresión de la monarquía. A la iniciativa de Togliatti, se había concluido entonces un segundotérmino medio con el reconocimiento del príncipe heredero Humberto y el reenvío de la cuestión del Estado a unreferéndum después de la guerra.
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