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67<br />
hacer mal médico? ¿No es claro que el hombre que, en<br />
primer lugar, es médico, y que, en segundo, es buen médico?<br />
Porque es el único capaz de hacerse mal médico.<br />
Nosotros que somos ignorantes en la medicina, podremos<br />
cometer faltas, pero jamás nos haremos malos médicos,<br />
puesto que no somos médicos. Un hombre que no conoce<br />
la arquitectura, jamás se le podrá llamar un mal arquitecto,<br />
porque no es arquitecto, y lo mismo sucede en<br />
todas las demás artes. Esto acontece con el hombre virtuoso<br />
; puede algunas veces hacerse vicioso, ya sea por la<br />
edad, ó por el trabajo, ó por las enfermedades, ó por<br />
cualquiera otro accidente, porque el único mal verdadero<br />
es estar privado de la sabiduría; pero los viciosos no pueden<br />
hacerse viciosos, sin que antes hayan sido virtuosos.<br />
El único objeto del poeta en este pasaje es hacer ver<br />
que no es posible ser yrtuoso, es' decir, perseverar<br />
siempre en este estado; pero que es posible hacerse<br />
ó devenir virtuoso, como es posible devenir vicioso. Los<br />
que más perseveran en la virtud son los que los dioses<br />
aman. Que todo esto se dice contra Pitaco, lo muestra más<br />
claramente lo que resta del poema, porque Simónides<br />
añade: «Esta es la razón, porque no me cansaré en buscar<br />
lo que es imposible encontrar y no consumiré mi vida lisonjeándome<br />
con la inútil esperanza de ver un hombre sin<br />
tacha entre los mortales, que viven de los frutos que la fecundidad<br />
de la tierra nos proporciona; si le encuentro, os<br />
lo diré.» En todo su poema se fija tanto en esta sentencia<br />
de Pitaco, que dice en seguida: «Yo, á todo hombre,<br />
que no comete acción vergonzosa,; de buena gana le alabo,<br />
le quiero; pero la necesidades más fuerte que los dioses<br />
mismos»; todo esto se dice contra Pitaco. En efecto,<br />
Simónides no era tan'ignorante que pudiera achacar estas<br />
palabras « de buena gana » al que comete acciones vergonzosas<br />
, como si hubiese gentes que hiciesen el mal<br />
con gusto. Estoy persuadido de que entre todos los filó-<br />
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 2, Madrid 1871