DESCARBONIZACIÓN DE LA GENERACIÓN ELÉCTRICA Figura 2.3 – Evolución histórica de la generación total de energía por fuente desde 1971 hasta el 2014 (en PWh/año). PWh/año 2 1,5 1 0,5 0 1971 1976 1981 1986 1991 1996 2001 2006 2011 Producción Total de Electricidad Renovable no hidroeléctrica Producción de electricidad a partir de gas natural Producción Hidroeléctrica Producción de electricidad a partir de petróleo Producción de electricidad a partir de carbón de lignito Fuente: (Enerdata, 2015) Figura 2.4 – Dotación de recursos estimada de fuentes renovables en América Latina. 1990 Geotérmica 2012 2030 2050 Marina Hidroeléctrica Eólica marina Eólica continental Solar fotovoltáica Solar concentrada Residuos de Biomasa 0 10 20 30 40 50 60 PWh/año Fuente: (Ecofys, 2009) 10
CAPÍTULO 2 Tabla 2.3 – Irradiación solar en áreas selectas. Ubicación Tamaño del desierto [Millones de km 2 ] Irradiancia [W por m 2 ] Takla Makan, China 0,27 210 Gran Cuenca, EE. UU. 0,49 220 Sahara, África del Norte 9,06 260 Gran Desierto Arenoso, Australia 0,39 265 Atacama, Perú y Chile 0,14 275 Fuente: (GENI, 2011) atendiendo el gas natural, y desplazar el uso futuro de combustibles fósiles. Afortunadamente, existe una dotación sustancial de recursos de energías renovables en América Latina y el Caribe. Sin embargo, excepto por la energía hidroeléctrica, la mayoría de estos recursos aún no han sido utilizados de manera consistente con su competitividad potencial y relativa. Se estima que la dotación regional de energías renovables es de alrededor de 93 PWh anualmente (Figura 2.4; Ecofys, 2009), con una capacidad máxima nominal correspondiente de 39 TW. Como referencia, la demanda mundial de energía se situó en 19,7 PWh en 2012 (EIA, 2015). Literalmente, la dotación en la región de América Latina y el Caribe podría satisfacer la demanda mundial varias veces. Es claro que nunca se llegará al aprovechamiento total de este potencial, pero de cualquier manera la capacidad máxima teórica ilustra el considerable potencial no aprovechado de los recursos renovables en la región. Si bien la dotación de recursos energéticos renovables es significativa en toda la región, América Latina también tiene focos de intensidad de recursos de escala mundial. Por ejemplo, el desierto de Atacama en el norte de Chile y el sur de Perú tiene una irradiancia de unos 275 W por m 2 , que es la mayor del mundo (el promedio mundial de irradiación es de 198 W/m 2 (Nielsen, 2005)) (Tabla 2.3). Con una superficie de unos 14 millones de hectáreas, la región de Atacama es realmente un recurso solar de relevancia mundial. La alta radiación solar en Atacama invita a la opción de unidades de energía solar concentrada (ESC) con unidades con un almacenamiento importante y un alto factor en línea que inicialmente podría satisfacer las demandas de la industria local 14 y con el tiempo, una vez que la red se extienda hacia el sur, también abordará la demanda en las grandes zonas urbanas de Chile. El desarrollo en gran escala de las aplicaciones de energía solar en Atacama tiene una fuerte justificación económica y estratégica y serían, si todos los demás factores son constantes, el área lógica para realizar esfuerzos de generación de energía solar de gran escala a nivel regional. Otras zonas con una fuerte radiación solar incluyen el nordeste de Brasil y el noroeste de México, entre otros. El potencial de generación de energía solar en América Latina calculado es mayor de 75 PWh 15 (Ecofys, 2009). Los recursos eólicos también son muy extendidos y abundantes. Las áreas que experimentan vientos con velocidades sostenidas de 9 m/s o más incluyen Oaxaca en México, el desierto de la Guajira en Colombia y Venezuela y la Patagonia austral, entre otros. Desarrollos eólicos ya se están llevando a cabo en todas estas áreas con relativo éxito, pero las zonas podrían desarrollar una capacidad de generación de energía eólica significativamente mayor. Las zonas costeras alrededor del continente y en la región del Caribe también muestran regímenes eólicos confiables. El potencial estimado de energía eólica en la región se encuentra en el rango de 11 PWh (Ecofys, 2009; Vergara et al., 2013a; REN21, 2015). Asimismo, la cordillera Americana es un centro natural de exploración geotérmica. Actualmente ya están activos programas de energía geotérmica en México, Guatemala y Costa Rica, y se están planeando desarrollos en Colombia, Perú, Chile y otros. La energía geotérmica podría desempeñar un papel central en América Central, donde los recursos son considerables. Si bien la verdadera magnitud de los recursos geotérmicos no se conoce aún, los países de la región andina han estimado un potencial de generación geotérmica de al menos 100 TWh (Ecofys, 2009; Vergara et al., 2013a), y posiblemente mucho mayor. La energía marina también constituye un importante recurso que solo hasta ahora está siendo examinado para evaluar sus posibilidades de aprovechamiento. Tanto la energía procedente de las olas como la de las 14 Abengoa está desarrollando una central hidroeléctrica, ESC-ESF de 210 MV en el Desierto de Atacama. 15 Esta estimación se basa en el 6% del área disponible para la generación de energía solar (regiones desérticas y semiáridas) en México, América Central y América del Sur. 11