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DESCARBONIZACIÓN DE LA GENERACIÓN ELÉCTRICA<br />
to de 0,4 mil millones de dólares ya se ha completado.<br />
Uruguay ya está interconectado con Argentina. México<br />
también está planeando fortalecer sus vínculos con la<br />
región de América Central. La conclusión exitosa de<br />
estos proyectos en el corto plazo aumentará la probabilidad<br />
del ingreso a gran escala de nueva capacidad de<br />
energía eléctrica renovable y una operación mejorada.<br />
2.7 ENERGÍA DISTRIBUIDA<br />
Los sistemas de energía eléctrica distribuida —esencialmente<br />
la incorporación de pequeños productores-consumidores<br />
de energía, principalmente a nivel doméstico,<br />
pero también de usuarios industriales y comerciales<br />
de mediana y gran escala— se están convirtiendo en<br />
un elemento importante en algunos países de Europa<br />
y América del Norte. Estos sistemas pueden mejorar la<br />
confiabilidad a nivel local y contribuir a reducir las pérdidas<br />
en la transmisión. La energía distribuida confiere<br />
ventajas en las áreas de alta dotación de energía solar<br />
y eólica, donde los costos de transmisión pueden ser<br />
comparativamente más bajos.<br />
Brasil y México han iniciado la implementación de esquemas<br />
de medición neta para permitir el desarrollo de<br />
instalaciones fotovoltaicas distribuidas residenciales,<br />
industriales y comerciales. Chile ha promulgado una<br />
ley y regulaciones para promover la energía distribuida<br />
(Ley 20571 de 2012) 17 . Esto es similar a los sistemas que<br />
ya funcionan en Alemania y en algunos estados de los<br />
Estados Unidos. Concretamente, en México y en Chile<br />
no se existe un costo adicional o una cuota especial para<br />
instalar sistemas distribuidos; la energía excedente se<br />
canaliza hacia la red para compensar por la electricidad<br />
extraída de ella. Sin embargo, los excedentes netos no<br />
son pagados al productor, aunque puede mantenerse<br />
un saldo neto durante un periodo de tiempo (un año en<br />
México y tres años en Brasil).<br />
La medición neta no supone una inversión por concepto<br />
de instalaciones o infraestructura de transmisión adicional<br />
por parte del gobierno. Por el contrario, la aparición<br />
de sistemas distribuidos que contribuyen a la generación<br />
de energía debería reducir la presión para instalar<br />
nuevas unidades centralizadas una vez que estos sistemas<br />
alcancen una escala suficiente. Por ejemplo, México<br />
ahora tiene alrededor de 5 MW de energía distribuida, y<br />
parece haber un potencial significativo para una rápida<br />
expansión.<br />
La combinación de una red centralizada que crea economías<br />
de escala a partir de instalaciones centrales grandes<br />
con las ventajas locales de los sistemas distribuidos,<br />
con todo el conjunto integrado por comunicaciones<br />
avanzadas, daría como resultado un sistema híbrido.<br />
Esta hibridación se aprovecharía de los avances en la tecnología<br />
de redes y tiene el potencial de reducir los costos<br />
globales de la integración de las redes y la transmisión a<br />
través de la optimización a nivel local del balance entre<br />
el suministro y la demanda. Los sistemas exitosos ya<br />
existentes en México y Brasil son susceptibles de ser<br />
replicados en el corto plazo 18 .<br />
2.8 LOS EMBALSES HIDROELÉCTRICOS<br />
REGIONALES COMO UNA INSTALACIÓN<br />
DE ALMACENAMIENTO DE ENERGÍA<br />
El sector eléctrico de América Latina está impulsado<br />
por la energía hidroeléctrica. Hay al menos 38 embalses<br />
multianuales en la región, con una capacidad nominal<br />
de 1 GW o más, que en total representaron 164 GW en<br />
2013 (Enerdata, 2015). La energía potencial almacenada<br />
en cualquier momento dado es enorme. Además, estos<br />
reservorios están ubicados a lo largo de América, es decir<br />
operan bajo diferentes patrones meteorológicos e<br />
hidrológicos.<br />
La integración de la red posibilitaría el uso de estos reservorios,<br />
como centrales regionales de almacenamiento<br />
de energía, disponibles para acumular recursos estacionales<br />
y abordar los impactos potenciales de eventos<br />
meteorológicos severos, tales como sequías prolongadas<br />
y lluvias intensas, en el sistema energético regional. Es<br />
posible visualizar periodos de baja precipitación en países<br />
del Pacífico sur —por ejemplo, bajo condiciones de<br />
ENSO—, como oportunidades para que los sistemas de<br />
energía solar o eólica acumulen un exceso de producción<br />
utilizando los reservorios en los países afectados<br />
o para satisfacer las demandas estacionales. Como resultado,<br />
un sistema energético regional integrado, o al<br />
menos, subregiones que compartieran los sistemas de<br />
la red, se beneficiarían de un aumento en la capacidad<br />
total de la capacidad garantizada de generación.<br />
17<br />
El texto de esta ley puede consultarse en http://www.minenergia.cl/<br />
ley20571/wp-content/uploads/2015/03/Ley20.571.pdf.<br />
18<br />
La República Dominicana y Perú han iniciado recientemente proyectos<br />
de energía distribuida (Renewable Energy World, 2013).<br />
18