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DESCARBONIZACIÓN DE LA GENERACIÓN ELÉCTRICA<br />
tina y el Caribe continúa siendo un líder en licitaciones<br />
de energía renovable no hidráulica.<br />
En América Latina, de 2000 a 2014, la capacidad de energía<br />
instalada para energías renovables no hidroeléctricas<br />
aumentó en un 1300% desde una pequeña base<br />
hasta 13 GW (Enerdata, 2015). ¿Podría continuar esta<br />
tendencia? La respuesta a esta pregunta depende de<br />
la evolución continua de los marcos regulatorios, los<br />
compromisos en materia de política y la competitividad<br />
económica de estas opciones. A continuación la situación<br />
actual de cada una de ellas se examina brevemente.<br />
2.4 EVOLUCIÓN DE LOS MARCOS<br />
REGULATORIOS<br />
Una discusión detallada de la evolución de los marcos<br />
regulatorios en la región rebasa el alcance de este documento.<br />
A manera de aproximación, se presenta un<br />
breve resumen de algunos de los principales desarrollos.<br />
Se han registrado avances notables en la evolución<br />
del marco regulatorio en apoyo a las fuentes de energía<br />
renovables en la región. La Tabla 2.4 resume el estado<br />
actual de un trabajo compilado por REN21 (2015). Según<br />
el citado análisis, la mayoría de los mercados de<br />
energía en la región tienen metas en energías renovables,<br />
políticas de apoyo y, en cierta medida, sistemas de<br />
financiamiento para las fuentes de energía renovables.<br />
En México y Chile se han establecido impuestos sobre<br />
el carbono, y otros países están considerando su posible<br />
uso como un instrumento para promover inversiones<br />
en energía renovable.<br />
A fin de apoyar el ingreso en el mercado, se han establecido<br />
políticas y reglamentos en la región. Por ejemplo,<br />
las tarifas de alimentación (FIT, por sus siglas en inglés)<br />
y las normas de cartera de energías renovables (RPS, por<br />
sus siglas en inglés) han impulsado el mercado para<br />
suministrar electricidad renovable, fijando el precio o<br />
la cantidad de energía. También se han celebrado subastas<br />
en las que una determinada capacidad o energía se<br />
adquiere competitivamente. Las tasas de las FIT se fijan<br />
administrativamente, mientras que las subastas suelen<br />
tener tasas fijas que se establecen mediante la evaluación<br />
periódica de competitividad (Vergara et al., 2013a).<br />
En algunos casos, se han establecido regulaciones para<br />
el auto-abastecimiento in situ o externo que permiten<br />
y alientan a los consumidores a generar su propia electricidad<br />
a partir de fuentes renovables de energía. En el<br />
Caribe, países como Barbados, Granada, Jamaica y Santa<br />
Lucía han introducido diferentes versiones de políticas<br />
de medición neta y facturación neta que permiten que<br />
la generación in situ se acredite contra las facturas de<br />
electricidad del cliente en o por debajo de la tarifa de<br />
electricidad al consumidor.<br />
Se están utilizando otras herramientas para fortalecer el<br />
marco propicio para la energía renovable (por ejemplo,<br />
simplificación de autorizaciones, exenciones fiscales<br />
sobre la propiedad, exenciones de impuestos de importación),<br />
proporcionar apoyo de mercado (difusión,<br />
educación, creación de capacidad, fortalecimiento institucional)<br />
y aumentar la contribución de los NRT para el<br />
desarrollo local. Si bien estas políticas han desempeñado<br />
un papel importante en la promoción del mercado en<br />
la región y aún son muy necesarios, existen evidencias<br />
crecientes de que el cambio en la competitividad relativa<br />
(que se analiza más adelante en este capítulo) está<br />
teniendo un efecto.<br />
2.5 OBJETIVOS DE ENERGÍA RENOVABLE<br />
Se ha progresado en el establecimiento de metas de producción<br />
para las energías renovables, incluyendo en : a)<br />
algunas de las economías con sectores energéticos más<br />
carbono-intensivos en América Latina (Chile y México);<br />
b) algunos de los países con los programas de energía<br />
renovable más ambiciosos y exitosos (Costa Rica, Nicaragua,<br />
Uruguay); y c) otros países con una participación<br />
significativa de energías renovables en su matriz<br />
de energía actual (Brasil, Colombia, Perú).<br />
México y Chile, con algunos de los sistemas de energía<br />
más carbono-intensivos en la región, han establecido<br />
objetivos claros para energía renovable. En<br />
México, su Plan de Cambio Climático (Visión 10, 20,<br />
40) (NCCS, 2013) ha establecido una meta del 50% de<br />
energías renovables en la generación de energía para<br />
alrededor de 2050. Chile ha indicado en su Plan Energético<br />
una intención de contar con un 20% de energía<br />
renovable en la generación de energía para el año 2025<br />
(Del Campo, 2012) y recientemente anunció una meta<br />
del 70% para el año 2050 (EFE, 2015). Dada la estructura<br />
actual de sus respectivas matrices de energía, estos objetivos<br />
representan modificaciones muy importantes en<br />
el uso de combustibles fósiles.<br />
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