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Patriarcas y Profetas por Elena White

Desde los tiempos prehistóricos, traza Patriarcas y Profetas el conflicto entre el bien y el mal y su alcance universal. Este libro responde de manera sucinta a las preguntas hirvientes sobre el amor, la naturaleza humana, maldiciones generacionales, bendiciones generacionales y el trayecto de la vida. Llevando al lector detrás de la cortina para penetrar los misterios del pasado que prefigura el futuro, el libro investiga a fondo los caracteres de los hombres y las mujeres nacidos en circunstancias sombrías y probados en crisoles de arduas a través del cual se revelan defectos trágicos y virtudes dignas. Repetidas veces, ha configurado la intervención sobrenatural de forma dinámica sus cursos, mientras que sus opciones, para mejor o para peor, hacen una huella imborrable en su descendencia y sus sociedades. Se distingue a las personas a la espera de una esperanza futura tenazmente abrazando las promesas de cambio de vida ...

Desde los tiempos prehistóricos, traza Patriarcas y Profetas el conflicto entre el bien y el mal y su alcance universal. Este libro responde de manera sucinta a las preguntas hirvientes sobre el amor, la naturaleza humana, maldiciones generacionales, bendiciones generacionales y el trayecto de la vida. Llevando al lector detrás de la cortina para penetrar los misterios del pasado que prefigura el futuro, el libro investiga a fondo los caracteres de los hombres y las mujeres nacidos en circunstancias sombrías y probados en crisoles de arduas a través del cual se revelan defectos trágicos y virtudes dignas. Repetidas veces, ha configurado la intervención sobrenatural de forma dinámica sus cursos, mientras que sus opciones, para mejor o para peor, hacen una huella imborrable en su descendencia y sus sociedades. Se distingue a las personas a la espera de una esperanza futura tenazmente abrazando las promesas de cambio de vida ...

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disponían a emprender su incierto viaje, el anciano padre se puso de pie, y levantando los brazos<br />

al cielo pronunció esta oración: "El Dios Omnipotente os dé misericordias delante de aquel varón,<br />

y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo."<br />

Otra vez viajaron a Egipto, y se presentaron ante José.<br />

Cuando los ojos de éste vieron a Benjamín, el hijo de su propia madre, se conmovió mucho.<br />

Sin embargo, ocultó su emoción, y ordenó que los llevaran a su casa, e hicieran preparativos para<br />

que comieran con él. Al ser llevados al palacio del gobernador, los hermanos se alarmaron<br />

grandemente, temiendo que se los llamase a cuenta <strong>por</strong> el dinero encontrado en los sacos. Creyeron<br />

que pudiera haberse puesto allí intencionalmente, con el fin de tener una excusa para convertirlos<br />

en esclavos. En su angustia, consultaron al mayordomo de la casa, y le explicaron las<br />

circunstancias de su visita a Egipto; y en prueba de su inocencia le informaron que habían traído<br />

de vuelta el dinero encontrado en los sacos, y también más dinero para comprar alimentos; y<br />

agregaron: "No sabemos quién haya puesto nuestro dinero en nuestros costales." El hombre<br />

contestó: "Paz a vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el tesoro en<br />

vuestros costales: vuestro dinero vino a mí." Su ansiedad se alivió, y cuando se les unió Simeón,<br />

que había sido libertado de su prisión, creyeron que Dios era realmente misericordioso con ellos.<br />

Cuando el gobernador volvió a verlos, le presentaron sus regalos, y humildemente<br />

inclináronse a él a tierra. José recordó nuevamente sus sueños, y después de saludar a sus<br />

huéspedes, se apresuró a preguntarles: "¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, lo pasa bien? ¿vive<br />

todavía?" "Bien va a tu siervo nuestro padre; aun vive," fue la respuesta, mientras se inclinaban<br />

reverentemente otra vez. Entonces sus ojos se fijaron en Benjamín, y dijo: "¿Es éste vuestro<br />

hermano menor, de quien me hablasteis? . . . Dios tenga misericordia de ti, hijo mío." Pero<br />

abrumado <strong>por</strong> sus sentimientos de ternura, no pudo decir más. "entróse en su cámara, y lloró allí."<br />

Después de recobrar su dominio propio, volvió, y todos procedieron al festín.<br />

De acuerdo con las leyes de casta, a los egipcios se les prohibía comer con gente de cualquier<br />

otra nación. A los hijos de Jacob, <strong>por</strong> lo tanto, se les asignó una mesa separada, mientras que el<br />

gobernador, debido a su alta jerarquía, comía solo, y los egipcios también comían en mesas aparte.<br />

Cuando todos estaban sentados, los hermanos se sorprendieron al ver que estaban dispuestos en<br />

orden exacto, conforme a sus edades. "Y él tomó viandas de delante de si para ellos; mas la <strong>por</strong>ción<br />

de Benjamín era cinco veces como cualquiera de las de ellos." Mediante esta demostración de<br />

favor en beneficio de, Benjamín, José esperaba averiguar si sentían hacia el hermano menor la:<br />

envidia y el odio que le habían manifestado a él. Creyendo todavía que José no comprendía su<br />

lengua, los hermanos conversaron libremente entre sí; de modo que le dieron buena o<strong>por</strong>tunidad<br />

de conocer sus verdaderos sentimientos. Deseaba probarlos aún más, y, antes de su partida ordenó<br />

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