30.09.2016 Views

Patriarcas y Profetas por Elena White

Desde los tiempos prehistóricos, traza Patriarcas y Profetas el conflicto entre el bien y el mal y su alcance universal. Este libro responde de manera sucinta a las preguntas hirvientes sobre el amor, la naturaleza humana, maldiciones generacionales, bendiciones generacionales y el trayecto de la vida. Llevando al lector detrás de la cortina para penetrar los misterios del pasado que prefigura el futuro, el libro investiga a fondo los caracteres de los hombres y las mujeres nacidos en circunstancias sombrías y probados en crisoles de arduas a través del cual se revelan defectos trágicos y virtudes dignas. Repetidas veces, ha configurado la intervención sobrenatural de forma dinámica sus cursos, mientras que sus opciones, para mejor o para peor, hacen una huella imborrable en su descendencia y sus sociedades. Se distingue a las personas a la espera de una esperanza futura tenazmente abrazando las promesas de cambio de vida ...

Desde los tiempos prehistóricos, traza Patriarcas y Profetas el conflicto entre el bien y el mal y su alcance universal. Este libro responde de manera sucinta a las preguntas hirvientes sobre el amor, la naturaleza humana, maldiciones generacionales, bendiciones generacionales y el trayecto de la vida. Llevando al lector detrás de la cortina para penetrar los misterios del pasado que prefigura el futuro, el libro investiga a fondo los caracteres de los hombres y las mujeres nacidos en circunstancias sombrías y probados en crisoles de arduas a través del cual se revelan defectos trágicos y virtudes dignas. Repetidas veces, ha configurado la intervención sobrenatural de forma dinámica sus cursos, mientras que sus opciones, para mejor o para peor, hacen una huella imborrable en su descendencia y sus sociedades. Se distingue a las personas a la espera de una esperanza futura tenazmente abrazando las promesas de cambio de vida ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Además de Sara, la esposa de Abrahán, sólo Lot, cuyo padre Harán había fallecido hacía<br />

mucho tiempo, escogió participar de la vida de peregrinaje del patriarca. Sin embargo, fue una<br />

gran compañía la que salió de Mesopotamia. Abrahán ya poseía gran cantidad de ganado vacuno<br />

y lanar, que eran las riquezas del Oriente, e iba acompañado de un gran número de criados y<br />

personas dependientes de él. Se alejaba de la tierra de sus padres para nunca más volver, y llevó<br />

consigo todo lo que poseía, "toda su hacienda que habían ganado, y las almas que habían adquirido<br />

en Harán." (Gén. 12:5.) Entre los que le acompañaban muchos eran guiados <strong>por</strong> motivos más altos<br />

que el interés propio. Mientras estuvieron en Harán, Abrahán y Sara los habían inducido a adorar<br />

y servir al Dios verdadero. Estos se agregaron a la familia del patriarca, y le acompañaron a la<br />

tierra prometida. "Y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron. (Vers. 5.) El<br />

sitio donde se detuvieron primero fue Siquem. A la sombra de las encinas de Moré, en un ancho y<br />

herboso valle, con olivos y ricas fuentes, entre los montes de Ebal y Gerizim, Abrahán estableció<br />

su campamento.<br />

El patriarca había entrado en un país hermoso y bueno, "tierra de arroyos, de aguas, de<br />

fuentes, de abismos que brotan <strong>por</strong> vegas y montes; tierra de trigo y cebada, y de vides, e higueras,<br />

y granados; tierra de olivas, de aceite, y de miel." (Deut. 8:7, 8.) Pero, para el adorador de Jehová,<br />

una espesa sombra descansaba sobre las arboladas colinas y el fructífero valle. "El cananeo estaba<br />

entonces en la tierra." Abrahán había alcanzado el blanco de sus esperanzas, pero había encontrado<br />

el país ocupado <strong>por</strong> una raza extraña y dominada <strong>por</strong> la idolatría. En los bosques había altares<br />

consagrados a los dioses falsos, y se ofrecían sacrificios humanos en las alturas vecinas.<br />

Aunque Abrahán se aferraba a la divina promesa, estableció allí su campamento con penosos<br />

presentimientos. Entonces "apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta tierra."<br />

(Gén. I2:7.) Su fe se fortaleció con esta seguridad de que la divina presencia estaba con él, y de<br />

que no estaba abandonado a merced de los impíos. "Y edificó allí un altar a Jehová, que le había<br />

aparecido." (Vers. 7.) Continuando aún como peregrino, pronto se marchó a un lugar cerca de<br />

Betel, y de nuevo erigió un altar e invocó el nombre del Señor. Abrahán, el "amigo de Dios" (Sant.<br />

2:23), nos dio un digno ejemplo. Fue la suya una vida de oración. Dondequiera que establecía su<br />

campamento, muy cerca de él también levantaba su altar, y llamaba a todos los que le acompañaban<br />

al sacrificio matutino y vespertino. Cuando retiraba su tienda, el altar permanecía allí. En los años<br />

subsiguientes, hubo entre los errantes cananeos algunos que habían sido instruidos <strong>por</strong> Abrahán;<br />

y siempre que uno de ellos llegaba al altar, sabía quién había estado allí antes que él; y después de<br />

levantar su tienda, reparaba el altar y allí adoraba al Dios viviente. Abrahán continuó su viaje hacia<br />

el sur; y otra vez fue probada su fe. El cielo retuvo la lluvia, los arroyos cesaron de correr <strong>por</strong> los<br />

valles, y se marchitó la hierba de las llanuras. Los ganados no encontraban pastos, y el hambre<br />

80

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!