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VALENTINA SOFÍA ORTIZ SAINI<br />
mercados (Henderson, 2005; Johanson &<br />
Quigley, 2004, y Pérez et al., 2013). Aquellas<br />
localidades más aisladas tendrían niveles<br />
de pobreza más altos que los oficialmente<br />
reportados., debido a sus mayores<br />
costos de vida.<br />
La actualización metodológica de pobreza<br />
por ingresos que entró en vigencia hace<br />
un tiempo, y que estaba intacta hace 25<br />
años, ha replanteado y actualizado temas<br />
fundamentales. Dado los ajustes realizados,<br />
ha impactado en un aumento en<br />
la línea de corte y en consecuencia en<br />
las cifras resultantes, imponiendo así<br />
“estándares más exigentes como país” y a su<br />
vez, reconociendo que “la pobreza no se<br />
relaciona sólo con la falta de ingresos, sino<br />
también con diversas carencias en otras dimensiones”<br />
(ministerio desarrollo social,<br />
2015). Sin embargo, esta actualización<br />
aún está lejos de poder representar las diferencias<br />
territoriales en sus diversos factores<br />
metodológicos. Por ello, uno de los<br />
puntos en discusión en este artículo es justamente<br />
la posibilidad de pensar en líneas<br />
de pobreza de corte regional, que consideren<br />
las diferencias en el costo de vida.<br />
En segunda instancia, desde una perspectiva<br />
analítica, la pobreza rural aparece hoy<br />
como una de las manifestaciones más<br />
inquietantes de las debilidades de los<br />
modelos de desarrollo (Krugman, 2008).<br />
La población rural, a modo general, se caracteriza<br />
por poseer un trabajo estacional,<br />
mayor dificultad en el acceso a los servicios,<br />
en muchos casos la existencia de grados<br />
de aislamiento geográfico y una baja<br />
diversificación del trabajo, entre otros<br />
factores, que genera presumiblemente<br />
que un hogar ubicado en una zona rural<br />
aumente las probabilidades de ser pobre<br />
(Dirven y Kobrich, 2007). Sin embargo, la<br />
escasa información desagregada sobre<br />
estas áreas han vuelto más complejo sus<br />
estudios.<br />
En este sentido, si bien la nueva medición<br />
de la pobreza multidimensional ha<br />
permitido visibilizar nuevas realidades y<br />
factores que antes quedaban rezagados<br />
y ocultos a las políticas públicas y a las<br />
acciones de erradicación de la pobreza,<br />
aún no se ha logrado cabalmente generar<br />
indicadores o mecanismos de medición<br />
que permitan observar el nivel local y<br />
desagregar ciertos determinantes de esta,<br />
sobre todo en territorios en donde se conjugan<br />
realidades y situaciones diversas a<br />
las áreas más céntricas, como son los territorios<br />
rurales extremos o aislados.<br />
La Fundación Superación de la Pobreza<br />
(2014) señala que existen factores contextuales<br />
o características del territorio, que<br />
hacen más propensos a los individuos y<br />
familias a enfrentar circunstancias adversas<br />
para su inserción social y desarrollo<br />
personal, aumentando el riesgo de empobrecer.<br />
Debido a esto, las características<br />
locales del área de estudio sumadas a las<br />
percepciones de los propios habitantes,<br />
fueron importantes para detectar posibles<br />
falencias o situaciones que estuviesen<br />
agudizando tendencias en pobreza,<br />
que resultaron relevantes para el buen diseño<br />
de políticas públicas (Larraín, 2008).<br />
Lo anterior apoya la nueva visión de Política<br />
de Estado en descentralización y<br />
desarrollo territorial en Chile (Von Baer<br />
y Torralbo, 2012), que busca generar mecanismos<br />
que permitan un desarrollo<br />
equilibrado y más equitativo entre las<br />
regiones, mediante una mayor detección<br />
de las problemáticas sociales. Es por esto,<br />
que el presente estudio propuso además<br />
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