Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
VANESA GUERRA – OSCAR TAPIA – ÁNGEL VILLAGRÁN<br />
Introducción<br />
El presente artículo aborda la vulnerabilidad<br />
social, a partir de la experiencia<br />
realizada en la ciudad de Arica en el norte<br />
de Chile, con adolescentes usuarios de los<br />
programas PAI y PR2. Estas intervenciones<br />
consisten en programas de rehabilitación<br />
de drogas y centros para el cumplimiento<br />
de condenas por faltas a la Ley de Responsabilidad<br />
Penal Adolescente, que desarrollan<br />
su quehacer por medio de talleres de<br />
Hip-hop. Dichas intervenciones buscan<br />
propiciar el desarrollo de espacios lúdicos<br />
de encuentro con la propia historicidad y<br />
con el otro, en la elaboración de experiencias<br />
de vulneración.<br />
Tras una investigación bibliográfica en torno<br />
al modelo utilizado por la institucionalidad<br />
pública y privada en el trabajo con<br />
niños, niñas y adolescentes provenientes<br />
de contextos vulnerables, aislados, marginados,<br />
e involucrados en infracciones<br />
a la ley y consumo de drogas, se detecta<br />
una historia de carácter castigador, punitivo<br />
y asistencialista en el país (Ramírez,<br />
F, 2009). Estos niños y niñas pasaron de<br />
no tener derechos y ser considerados delincuentes<br />
en los años 20, a ser vistos dos<br />
décadas después como sujetos de derechos.<br />
Esta nueva visión, aunque un avance,<br />
supone una postura pasiva frente a sus<br />
derechos, una pérdida de autonomía y da<br />
origen a una cultura jurídico-social que<br />
vincula indisolublemente la protección<br />
con algún tipo de incapacidad (Ramírez,<br />
F, 2009). Esta problemática comienza<br />
a cambiar 50 años después, cuando en<br />
1990 Chile firma la Convención sobre los<br />
Derechos del Niño (CIDN) y se empieza a<br />
trabajar en dirección a considerar al niño,<br />
niña y adolescente como sujeto activo de<br />
derechos, los cuales el Estado se obliga a<br />
respetar. Este hito es el inicio de la búsqueda<br />
por poner fin a las políticas meramente<br />
asistenciales o de beneficencia por<br />
parte de la institucionalidad pública.<br />
Este cambio de perspectiva es crucial en<br />
lo que respecta a los derechos de los niños,<br />
niñas y jóvenes, pues significa que<br />
comienzan a ser percibidos como agentes<br />
importantes en los procesos sociales, concebidos<br />
con un rol activo y vistos como<br />
protagonistas en la construcción de sus<br />
historias. Cuando esto se considera e integra,<br />
y se involucra a los jóvenes desde la<br />
niñez en dichos procesos, se contribuye a<br />
la creación y al desarrollo de una ciudadanía<br />
más participativa e integral.<br />
A partir de la nueva perspectiva, la línea<br />
de acción de trabajo se torna hacia la reinserción,<br />
rehabilitación y en menor medida,<br />
al castigo punitivo. Sin embargo, este<br />
2<br />
Los programas ambulatorios intensivos (PAI) y los programas residenciales (PAI-PR) abordan casos de complejidad<br />
en adolescentes de ambos sexos, que hayan sido sancionados bajo la aplicación de la ley 20.084<br />
sobre responsabilidad penal juvenil, y que a su vez presenten consumo de drogas perjudicial. Ambos programas<br />
son ejecutados por la Corporación de Formación Laboral al Adolescente (CORFAL), en convenio con el<br />
Servicio Nacional para Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol SENDA).<br />
240