BORREGOdermund
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campaña de Noruega.<br />
BORREGO : Derrota mundial<br />
«El golpe más atrevido —dice Churchill en sus Memorias— fue el que se<br />
dio en Narvik. Diez destructores llevaron 200 soldados cada uno, apoyados por<br />
el Scharnhorst y el Gneisenau —cruceros de batalla—; llegaron a Narvik el 9 de<br />
mayo muy temprano. La noche del 7 de abril la RAF denunció tales<br />
movimientos en el Skagerrak. En el Almirantazgo se creía imposible que aquella<br />
fuerza se dirigiera a Narvik».<br />
Churchill juzgó impracticable esa audaz maniobra; tuvo tiempo para impedirla,<br />
pero el arrojo triunfó sobre la fuerza numérica. La pequeña flotilla alemana se<br />
escurrió zigzagueando hasta los puertos noruegos sin hallar más obstáculos que el<br />
destructor inglés «Glowworm» que fue hundido. Días más tarde ocurrió otra batalla<br />
naval en la que fueron hundidos el portaaviones inglés «Glorious», dos destructores y<br />
dos naves pequeñas, cuando los nazis trataban de aligerar la presión naval sobre<br />
Narvik.<br />
Aunque en aquel momento parecía que Alemania desplegaba grandes<br />
contingentes que por su peso numérico estaban imponiéndose en Noruega, y aunque<br />
la propaganda así se empeñaba en hacerlo creer, la verdad es que se trataba de una<br />
extraordinaria lucha en que el arrojo y la sorpresa se imponían sobre enemigos muy<br />
superiores en número.<br />
El general Falkenhorts, comandante de las fuerzas alemanas, inicialmente sólo<br />
disponía de 8,850 hombres, que después fueron reforzados por 10,000 más. El<br />
teniente coronel James A. Bassett[3] confirma que en la operación de Noruega<br />
participaron «poco menos de 20,000 hombres», distribuidos en pequeños grupos a<br />
todo lo largo del accidentado territorio noruego, aún cubierto de nieve.<br />
Setenta y dos horas después de iniciada la invasión alemana de Noruega los<br />
ingleses y los franceses descargaron su golpe, al que Hitler se había adelantado. El<br />
general Auchinleck dirigió la invasión aliada conforme al madurado Plan Stratford.<br />
Los objetivos inmediatos eran Narvik, en el norte, y los puertos de Namsos y<br />
Andalsnes, en la cintura de Noruega.<br />
Los submarinos alemanes recibieron la misión de estorbar el desembarque de<br />
los aliados en Noruega. Varios de ellos lograron burlar los barcos de escolta y situarse<br />
apropiadamente para el tiro, pero luego comenzaron a ver con gran decepción que los<br />
torpedos pegaban en el blanco y no estallaban. El capitán Prien tuvo cerca de Narvik<br />
en posición de tiro a tres grandes transportes de tropas y a dos cruceros, pero la carga<br />
explosiva de los torpedos fallaba una y otra vez. En el mando de los submarinos se<br />
recibían más y más reportes en el mismo sentido. Nueve sumergibles vieron así<br />
invalidados sus penosos esfuerzos para acercarse al enemigo. Prien se quejaba<br />
amargamente diciendo que los habían mandado a combatir con fusiles de palo. Las<br />
fallas de los torpedos ascendían al 66%.<br />
En un principio los técnicos pensaron que el torpedo magnético que estaba en<br />
uso —y que corría a bastante profundidad sin dejar estela delatora en la superficie—<br />
no estallaba porque el magnetismo disminuía cerca del Círculo Polar Ártico. Se<br />
ordenó entonces usar únicamente torpedos de percusión, pero también fallaban. Más<br />
tarde, cuando ya muchas oportunidades se habían perdido, una investigación<br />
descubrió que los torpedos eran entregados por la fábrica con un desajuste que ya<br />
hacía tiempo se había ordenado enmendar, pero que inconcebiblemente estaba<br />
volviendo a ocurrir, ¿Negligencia o sabotaje?<br />
Los contingentes anglofranceses desembarcados en Namsos y Andalsnes<br />
formaban una tenaza que tenía por meta cerrarse en Trondheim y aniquilar a los<br />
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