BORREGOdermund
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BORREGO : Derrota mundial<br />
general Westphal refiere que después de esa junta Hitler exclamó: «¿Qué clase de<br />
generales son estos a los que hay que empujar a la guerra, en lugar de ser ellos los que<br />
lleven la iniciativa?»[3]<br />
Liddell Hart ha logrado establecer que a raíz de esa conferencia entre Hitler y<br />
sus generales, el general von Brauchitsch, comandante del ejército, y el general Franz<br />
Halder, jefe del Estado Mayor General, «hablaron de la necesidad de ordenar a las<br />
tropas de Occidente que marcharan sobre Berlín para derrocar a Hitler», pero el<br />
general Fromm, comandante de las fuerzas domésticas, hizo notar que las tropas<br />
tenían fe en el Fuehrer y que probablemente el golpe fracasaría.<br />
Este titubeo del general Fromm fue uno de esos insignificantes acontecimientos<br />
que producen gigantescos efectos porque bastó para congelar la académica<br />
conspiración de los generales Brauchitsch y Halder. Los esfuerzos de Canaris y<br />
Schacht para alentar a los conspiradores fallaron una vez más. Un año antes Schacht<br />
había incluso saboteado económicamente el crecimiento del ejército y luego había<br />
pedido a banqueros israelitas británicos que Inglaterra aumentara su presión contra<br />
Alemania, a fin de acosar a Hitler desde fuera y desde dentro. En esos días Alemania<br />
se salvó milagrosamente de un desplome interior, la situación del Fuehrer volvió a<br />
consolidarse y se acataron sus órdenes para lanzar la ofensiva en el oeste. Hitler<br />
había intentado lanzar su ofensiva el 9 de octubre de 1939, pero el mal tiempo lo<br />
impidió. Pensaba entonces que el grupo de ejércitos de von Bock llevara el centro de<br />
gravedad del ataque y que buscara el envolvimiento de los aliados avanzando por la<br />
costa. El grupo de ejércitos de von Rundstedt, más al sur, realizaría la cobertura de tal<br />
operación. Pero después decidió modificar este plan porque ya era del conocimiento<br />
de los anglofranceses.<br />
«Soldados del Frente Occidental: ¡Su hora ha llegado!...» Cien divisiones<br />
alemanas (millón y medio de combatientes) se lanzaron contra los ejércitos aliados de<br />
Francia, Inglaterra, Holanda y Bélgica, con un total de 155 divisiones (2.325,000<br />
soldados).<br />
[1] «El Estado Mayor Alemán visto por Halder». — Peter Bor.<br />
[2] «El Estado Mayor Alemán». — Walter Goerlitz, antinazi. Y «Ejército en<br />
Cadenas», por Siegfried Westphal, antinazi.<br />
[3] Respecto de la aristocracia, de la que ciertos generales eran escrupulosos<br />
representativos, Hitler decía que no debía convertirse en una «sociedad cerrada».<br />
«¿Qué papel puede jugar un país dirigido por esa clase de gentes que lo pesa y lo<br />
analiza todo? No es posible forjar historia con gentes así. Me hacen falta seres rudos,<br />
valientes, dispuestos a ir hasta el fin de sus ideas, pase lo que pase. La tenacidad es<br />
simplemente cuestión de carácter. Cuando a esta cualidad se añade la superioridad<br />
intelectual el fruto es maravilloso».<br />
(«Soldados del Frente Occidental: ¡Su hora ha llegado!...» Cien divisiones<br />
alemanas (millón y medio de combatientes) se lanzaron contra los ejércitos aliados de<br />
Francia, Inglaterra, Holanda y Bélgica, con un total de 155 divisiones (2.325,000<br />
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