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BORREGOdermund

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BORREGO : Derrota mundial<br />

consideración de que el hombre jamás va hasta el sacrificio por esta última, es decir,<br />

que no se muere por negocio, pero sí por ideales.<br />

21. Luchar contra la orientación perniciosa en el arte y en la literatura.<br />

22. Es cuestión de principio que el hombre no vive pendiente únicamente del<br />

goce de bienes materiales. Es posible que el oro se haya convertido hoy en el soberano<br />

exclusivo de la vida, pero no cabe duda de que un día el hombre volverá a conciliarse<br />

ante dioses superiores. Y es posible también que muchas cosas del presente deban su<br />

existencia a la sed de dinero y de fortuna, mas es evidente que muy poco de todo esto<br />

representa valores cuya no existencia podría hacer más pobre a la humanidad.<br />

Estos eran los principios básicos del movimiento «nazi» por lo que se refería a<br />

la política interior de Alemania. En cuanto a la política exterior, la idea fundamental<br />

era combatir el marxismo entronizado en Rusia y obtener territorios soviéticos para<br />

el crecimiento de Alemania. Por lo tanto, ésta ya no buscaría más su expansión en<br />

ultramar ni interferiría la política colonial de Inglaterra y Francia.<br />

En otras palabras, Hitler buscaba zanjar las viejas querellas con el Mundo<br />

Occidental y marchar hacia el Oriente.<br />

Mientras tanto, el marxismo crecía con aspiraciones de dominio universal y se<br />

vigorizaba mediante sus instrumentos de lucha de clases e internacionalización del<br />

proletariado. Consecuentemente, en todo el mundo iban surgiendo partidos<br />

comunistas con ramificaciones de la central de Moscú. En franca oposición con este<br />

sistema, el nacionalsocialismo alemán no era ni podía ser una doctrina de<br />

exportación. Al enfatizar categóricamente los valores de patria, nacionalidad y raza,<br />

se circunscribía a sus propias fronteras raciales. Si un estadista extranjero quería<br />

emular esa doctrina en otro país (como ocurrió en España) tendría automáticamente<br />

que buscar contenidos y formas propias, ya que la esencia del sistema «nazi» residía<br />

en la afirmación y acentuación de la patria y de la raza. Era ésta su mística y su fuerza<br />

dinámica. No internacionalización, sino nacionalización; no una lucha para imponer<br />

mundialmente un régimen, sino una lucha para impedir que el marxismo se<br />

impusiera mundialmente.<br />

En resumen, el nacionalsocialismo propugnaba cierto socialismo como<br />

instrumento de justicia para el pueblo, pero lo condenaba como instrumento<br />

internacional de influencia política. El movimiento de Hitler coincidía con la<br />

aparente finalidad del socialismo teórico en el milenario y justo anhelo de barrer el<br />

abuso de las minorías y llevar la justicia social a las masas del pueblo, pero<br />

proclamaba enfáticamente que esto debería hacerlo cada nación en forma soberana,<br />

según sus costumbres, sus tradiciones, su religión y su idiosincrasia, sin atender<br />

consignas internacionales emanadas de Moscú. Por eso el movimiento de Hitler se<br />

llamó nacionalsocialismo, término que se condensó en el apócope de «nazi».<br />

Naturalmente, en esa forma el nacionalsocialismo desvirtuaba la característica<br />

internacional del bolchevismo y privaba de influencia mundial al núcleo israelita de la<br />

URSS. Los revolucionarios judíos sintieron que tal cosa era frustrarles su invención y<br />

furiosamente insistieron en la internacionalización del proletariado. Sin esa<br />

condición su movimiento político no alcanzaría las metas anheladas, ya que para los<br />

fines políticos hebreos nada significaba que las masas proletarias de cada nación<br />

lograran beneficios, si entretanto se sustraían a su control. De esa manera no podían<br />

ser aprovechadas para los objetos ulteriores de la llamada «revolución mundial».<br />

Así las cosas, el marxismo comenzó a extenderse por todo el mundo, ya que el<br />

dominio del orbe era la meta de su acción, en tanto que el nacionalsocialismo se<br />

circunscribió a una lucha dentro de Alemania. Su acción hacia el exterior sólo se<br />

orientaba en contra de Moscú, que era la sede del movimiento judío-marxista<br />

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