BORREGOdermund
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BORREGO : Derrota mundial<br />
CAPÍTULO III<br />
Occidente se interpone<br />
(1933 - 1939)<br />
Lo que Podía Esperarse de Berlín y de Moscú.<br />
Pueblos lanzados a los Brazos de sus Enemigos.<br />
Inglaterra, Valladar Contra la Marcha Hacia Moscú.<br />
El Trono del Oro Empuja a Occidente.<br />
Profundas Raíces en el Alma Colectiva.<br />
Zanjando las Viejas Rencillas con Francia.<br />
El Talón de Aquiles del Nacionalsocialismo.<br />
Despeje del Flanco Derecho.<br />
A Cuatro Horas del Derrumbe Interior.<br />
Cerrojo en el Camino a Moscú.<br />
Engañar es más Eficaz que Dinamitar.<br />
LO QUE PODÍA ESPERARSE DE BERLÍN Y DE MOSCÚ<br />
Dos ideologías se hallaban frente a frente. De un lado el marxismo con públicas<br />
pretensiones de dominio universal. Del otro, el nacionalismo alemán, con específicas<br />
y públicas ambiciones de abatir al marxismo israelita y de crecer territorialmente a<br />
costa de la URSS.<br />
Francia, Inglaterra, Estados Unidos —todo el Occidente— representaban un<br />
tercer grupo de fuerzas. ¿Qué ofrecía el marxismo soviético a estos países<br />
occidentales? Sus intenciones eran bien claras y populares: anunciaba la «revolución<br />
mundial» para establecer el marxismo en todo el orbe. Es decir, la aniquilación de los<br />
sistemas políticos, ideológicos y religiosos que desde hace siglos imperan en<br />
Occidente[1].<br />
¿Y cuál era la actitud del nacionalsocialismo alemán frente a los países<br />
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