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BORREGOdermund

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DESPEJE DEL FLANCO DERECHO<br />

BORREGO : Derrota mundial<br />

Para mediados de 1938 todo el servicio diplomático y la prensa oficial alemana<br />

se hallaban empeñados en reiterar que Alemania no tenía propósito ninguno de<br />

lesionar los intereses de los países occidentales. Después de veinte años Hitler<br />

conservaba la misma política expuesta durante sus primeras actuaciones públicas.<br />

Las viejas rencillas con Francia habían sido zanjadas, por parte de Alemania, con el<br />

restablecimiento de la soberanía alemana en los territorios del Sarre y la Renania y<br />

con la renunciación a las provincias de Alsacia y Lorena. Concluido ese ajuste en su<br />

frontera con Occidente, Hitler cambió su atención hacia la provincia austríaca del<br />

sur. Y una vez lograda su anexión inició resueltamente el viraje de todos sus<br />

dispositivos hacia el gran encuentro con la URSS.<br />

Fue entonces cuando Hitler trató de poner las bases para asegurar en el sureste<br />

el flanco derecho de su marcha hacia el Oriente. En el sureste se hallaba<br />

Checoslovaquia. Era un Estado pequeño pero relativamente muy poderoso desde el<br />

punto de vista militar. Checoslovaquia había sido inventada a raíz de la terminación<br />

de la guerra de 1918 y para formarla fue necesario obsequiarle una parte del territorio<br />

alemán y dos millones de habitantes alemanes. Hitler reclamaba la devolución de<br />

esos contingentes y este fue el principio de un nuevo incidente.<br />

El Presidente Benes, de Checoslovaquia, había recibido en 1936 una invitación<br />

de Hitler para resolver amistosamente sus dificultades; es más, se le reveló el secreto<br />

de que Alemania esperaba grandes acontecimientos en Rusia (un golpe de Estado<br />

antibolchevique) y de que desearía un armonioso arreglo germano-checoslovaco, a fin<br />

de tener las manos libres para alentar la esperada rebelión antisoviética. Pero Benes<br />

se colocó entonces de parte de Stalin, rechazó la amistad de Alemania y se apresuró a<br />

poner sobre aviso a Moscú, según lo dice Churchill en sus Memorias.<br />

Con este acto Benes prestó un enorme servicio al bolchevismo y en gran parte<br />

frustró la ayuda alemana a los rusos anticomunistas. (Cuando años más tarde Benes<br />

creyó que recibiría una recompensa, sufrió la más terrible decepción y vio cómo la<br />

URSS absorbía íntegramente a Checoslovaquia y aplastaba todo vestigio de<br />

autonomía nacional. Su error le costó la vida). Era evidente que Alemania no podía<br />

atacar a la URSS mientras no conjurara la amenaza que Checoslovaquia ejercía<br />

contra el «bajo vientre» del sur de Alemania, que era una de sus regiones más<br />

vulnerables. De ahí la gran importancia de ese pequeño país; no se trataba de<br />

sojuzgar o no a una nación débil, sino de evitar que ésta fuera aprovechada como<br />

punto de apoyo para meterle zancadilla a una acción alemana contra Rusia.<br />

Checoslovaquia tenía una alianza con Stalin. También tenía otra con Inglaterra<br />

y Francia. A Hitler no le interesaba que debido al problema checo se hicieran más<br />

tensas sus relaciones con Moscú, pero sí quería evitar a todo trance una dificultad con<br />

Inglaterra y Francia. Precisamente por eso Hitler buscó por todos los medios posibles<br />

que el conflicto con Checoslovaquia se arreglara mediante la amistosa intervención<br />

de Inglaterra y Francia, mas no con la de Rusia, y por eso invitó a Chamberlain<br />

(Premier británico) y a Daladier (Premier francés), para discutir ese problema.<br />

Esto dio lugar a que se celebrara la conferencia de Munich, a la que asistieron<br />

Chamberlain, Daladier, Mussolini y Hitler, pero no Stalin. Hitler enfatizaba de este<br />

modo que «Alemania quiere aproximarse a todos los Estados, menos al imperio<br />

soviético», según lo había dicho en el Reichstag el 20 de febrero de 1938. Asimismo<br />

refrendaba lo escrito en «Mi Lucha»: «Paramos la eterna expedición alemana hacia el<br />

Sur y el Occidente de Europa, y dirigimos la mirada hacia el gran país del Oriente»<br />

(Rusia). Mientras Hitler y Chamberíain conferenciaban en Godesberg, el Presidente<br />

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