Promoción de la Salud en las Américas - Universidad Veracruzana

La salud es tanto un derecho humano fundamental como una inversión social sólida. Los
gobiernos necesitan invertir los recursos en las políticas públicas saludables y promoción de
la salud para mejorar el estado de salud de todos sus ciudadanos. Un principio básico de la
justicia social es asegurarse que el pueblo tenga acceso a los elementos esenciales para una
vida saludable y satisfactoria. Al mismo tiempo, esto aumenta la productividad social general
en términos tanto sociales como económicos. Las políticas públicas saludables en corto plazo
conducirán a beneficios económicos de largo plazo de acuerdo a los estudios de caso
presentados en esta Conferencia. Nuevos esfuerzos deben realizarse para vincular las
políticas económicas, sociales y sanitarias en la acción integrada.
Equidad, acceso y desarrollo
Las desigualdades en la salud tienen sus raíces en las inequidades en la sociedad. El cierre de
la brecha de salud entre las personas con desventajas sociales y educacionales y la gente con
más ventajas requiere de una política que mejore el acceso a los bienes y servicios de salud,
y desarrolle entornos propicios. Dicha política daría una alta prioridad a los grupos menos
privilegiados y vulnerables. Además, la política pública saludable reconoce la cultura única
de las poblaciones indígenas, las minorías étnicas y los inmigrantes. El acceso equitativo a
los servicios de salud, en particular la atención de salud a la comunidad, es un aspecto vital
de la equidad en la salud.
Nuevas desigualdades en la salud pueden surgir por el cambio estructural rápido causado por
las tecnologías emergentes. El primer objetivo de la Región de Europa de la OMS, al
acercarse a lograr la salud para todos es que:
"en el año 2000 las diferencias reales del estado de salud entre países y entre grupos dentro
de los países deben ser reducidas al menos 25% al mejorar el nivel de la salud de las
naciones y de los grupos mas desfavorecidos. "
En vista de las grandes brechas de salud entre los países, que se ha examinado en esta
Conferencia, los países desarrollados tienen una obligación de asegurarse que sus propias
políticas tengan un efecto de salud positivo en las naciones en desarrollo. La Conferencia
recomienda que todos los países elaboren políticas públicas saludables que aborden
explícitamente esta cuestión.
Responsabilidad para la salud
Las recomendaciones de esta conferencia sólo se comprenderán si los gobiernos a niveles
nacionales, regionales y locales adoptan medidas. La formulación de la política pública
saludable es como importante a los niveles locales y nacionales del gobierno. Los gobiernos
deben establecer metas de salud explícitas que se enfoquen en la promoción de la salud.
La responsabilidad pública para la salud es un nutriente esencial para el crecimiento de las
políticas públicas saludables. Los gobiernos y todos los otros controladores de los recursos
son en último término responsables ante su gente por las consecuencias de salud de sus
políticas, o la falta de políticas. Un compromiso con la política pública saludable significa
que los gobiernos deben medir e informar al efecto de salud de las políticas en el idioma que
todos los grupos de la sociedad comprenden fácilmente. La acción de la comunidad es
central para fomentar políticas públicas saludables. Teniendo en cuenta la educación y el
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