Promoción de la Salud en las Américas - Universidad Veracruzana

“desconcentrar” las áreas urbanas. Hay un patrón de disminución de la desconcentración
urbana entre países, ya que a medida que los ingresos aumentan, más personas se trasladan a
los suburbios y se desarrollan ciudades secundarias. Una gran diversidad de variables
políticas, o determinadas políticamente, afectan la desconcentración urbana, incluidas la
democratización y la descentralización fiscal en aumento. La inversión interregional en
infraestructura de transporte, tanto en vías fluviales como terrestres, ayuda a reducir la
concentración urbana porque abre mercados a ciudades en zonas remotas y estimula la
desconcentración en otras áreas de la nación (Davis et al., 2003).
Las cúspides del poder urbano en Latinoamérica se fundaron sobre estructuras urbanas
indígenas (como en la Ciudad de México y Santiago de Chile), y el poder político sobre la
riqueza económica de las regiones fue la base principal del poder de la ciudad. Esta
centralización política y económica se ha mantenido por siglos. Las aproximaciones iniciales
para eliminar el poder económico del centro fueron “condenadas al fracaso” debido a la
ubicación centralizada del poder. Hoy en día, sin embargo, es posible que el desarrollo esté
cediendo paso a una red de ciudades económicamente complementarias a medida que se
alcanza una mayor madurez industrial. Inicialmente, el centro metropolitano funciona en
medio de una región nacional retrasada, pero este fenómeno de centro y periferia está siendo
reemplazado gradualmente por un centro nacional dinámico complementado por ciudades
secundarias ubicadas de tal manera que la periferia se incorpora poco a poco dentro del
proceso de modernización (Miller, 1969).
El desarrollo nacional y el crecimiento económico en Latinoamérica se han guiado por las
políticas de asignación de recursos y las decisiones de los gobiernos nacionales centrales, es
decir, las economías locales pueden ser modificadas o son modificadas por el control que
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