23.04.2013 Views

XUugMC

XUugMC

XUugMC

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

96<br />

Wilson Miño Grijalva<br />

alcanzado hasta el 17% a comienzos de los años ochenta. Después de la debacle del<br />

sistema bancario se incrementaron los activos de las grandes cooperativas y creció el<br />

número de las controladas, sobre todo en los primeros años de la postcrisis. 158<br />

A pesar del repunte postcrisis, antes del año 2000, durante el período de gran<br />

inuencia y auge de las ideas neoliberales, se cuestionó la escasa competitividad de las<br />

cooperativas de ahorro y crédito latinoamericanas en el ámbito del mercado nanciero,<br />

en referencia a las sociedades anónimas, a las cuales se las consideraba como las más<br />

ecientes. Ciertos autores, como el desaparecido especialista, Dieter Hübenthal,<br />

consideraban en esos años que no era el modelo cooperativista el que estaba en<br />

cuestionamiento cuanto el modelo latinoamericano de cooperativismo, descendiente<br />

de una defectuosa implantación del modelo de las credi-unions norteamericanas. La<br />

argumentación de este autor implícitamente disponía como referente al modelo clásico<br />

alemán de los bancos populares o cooperativas de ahorro y crédito, cuyo modelo se<br />

mantiene hasta la actualidad y es uno de los pilares del sistema nanciero y que en el<br />

escenario neoliberal era más pertinente en un momento de dicultades y sobrevivencia<br />

de las cooperativas y de retiro estatal.<br />

El modelo norteamericano usó a las cooperativas como instrumento de determinadas<br />

políticas de desarrollo externamente denidas, a n de paliar los crecientes conictos<br />

sociales. Así el objetivo original de brindar servicios nancieros ecientes y ecaces a<br />

los socios, frecuentemente fue reemplazado por otros relacionados al crédito barato, la<br />

transmisión de fondos externos, la sumisión a políticas estatales especícas. Asimismo,<br />

las cooperativas fueron interpretadas como entidades de bien común. Esta visión fue<br />

introducida de manera particular por la Iglesia y los sindicatos. Lo que determinó que las<br />

cooperativas registraran una débil orientación y presencia en el mercado, desventajas<br />

competitivas, relegación a nichos, racionamiento del crédito, sistemas de ahorro poco<br />

desarrollados, predominio de modelos de capitalización forzosa y dominio en la cartera<br />

de crédito de los “deudores netos”. 159<br />

Al mismo tiempo, en este período el sector cooperativo enfrentaba a un sector<br />

bancario predominante y reforzado por el Estado y los organismos internacionales. No<br />

obstante, sus aspectos de solvencia y su inserción en la población económicamente<br />

activa fueron importantes. Sin embargo, su trascendencia en el sistema nanciero<br />

adquirida hasta 1982, a nivel de depósitos, préstamo y activos, disminuyó drásticamente,<br />

como en el caso del Ecuador. No obstante, en el balance global de la época el sistema<br />

cooperativo ha demostrado aspectos más consistentes con un proyecto social de país,<br />

como la equidad en la distribución del crédito y su alcance territorial.<br />

158 Hay que destacar que para algunas cooperativas grandes el hecho de mercadearse como controladas<br />

por la Superintendencia de Bancos era sinónimo de prestigio y garantía para el público…no todas<br />

podían ingresar a esa categoría. De ahí que se conformó una asociación.<br />

159 Dieter Hubenthal, “Las Cooperativas de Ahorro y Crédito en América Latina: ¿Un modelo en crisis?”,<br />

en Guiseppina Da Ros (Editora), Realidad y Desafíos de la Economía Solidaria, Iniciativas comunitarias y<br />

cooperativas en el Ecuador, Quito, Ed. Facultad de Economía PUCE-Abya-Yala, 2001, p. 88

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!