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“Avances en la restauración de sistemas forestales. Técnicas de implantación”<br />
ESTÁNDARES PARA LA CERTIFICACIÓN DE PROYECTOS DE<br />
RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS FORESTALES<br />
Lourdes Hernández<br />
Consultora en Bosques de WWF España. Gran Vía de San Francisco, 8D. 28005 Madrid. Correo Electrónico:<br />
lhernandez@wwf.es<br />
Resumen<br />
La práctica totalidad de los sistemas forestales españoles están, con carácter general, y en términos de<br />
pérdida de superficie boscosa y de biodiversidad, alejados de su óptimo ecológico (Hernández y Romero, 2011).<br />
Los importantes bienes y las vitales funciones que desempeñan, entre otros, como elemento esencial en la lucha<br />
contra el cambio global, hacen de su conservación y restauración una excelente inversión económica y social.<br />
Sin embargo, los modelos de restauración impulsados hasta la fecha en España no están contribuyendo en la<br />
medida deseada a la recuperación de ecosistemas forestales que además estén más adaptados a posibles futuros<br />
impactos relacionados con el cambio climático. WWF España, en colaboración con técnicos e investigadores de<br />
reconocido prestigio en el ámbito de la restauración, ha impulsado un Estándar para la Certificación de Proyectos<br />
de Restauración de Ecosistemas Forestales. El objetivo consiste en consolidar una metodología común,<br />
coherente con las condiciones ecológicas de las zonas de actuación, que redunde en una mejora de la<br />
funcionalidad de los sistemas forestales y en un mayor consenso entre los intereses sociales, económicos y<br />
ambientales.<br />
Palabras clave: certificación, funcionalidad, recuperación, sistemas forestales.<br />
LOS SISTEMAS FORESTALES EN<br />
ESPAÑA<br />
Los bosques ocupan en España unos<br />
13,1 millones de hectáreas, algo menos del<br />
26% de la superficie del territorio nacional,<br />
y apenas el 29% de la superficie potencial<br />
que podrían ocupar (SAIZ et al., 2009).<br />
Aproximadamente la mitad de la superficie<br />
forestal española (unos 26 millones de<br />
hectáreas) está desarbolada y de esta<br />
superficie un 60% (más de 7 millones de<br />
hectáreas) sufren procesos de erosión<br />
hídrica grave o muy grave, siendo la<br />
Comunidad Valenciana, Andalucía y<br />
Murcia las comunidades autónomas más<br />
afectadas (ROJO, 1990). La agricultura, la<br />
ganadería, las malas prácticas de<br />
explotación forestal, el desarrollo de<br />
cultivos forestales, la construcción de<br />
infraestructuras y la expansión urbanística<br />
han transformado el territorio, dejándonos<br />
un paisaje forestal profundamente alterado.<br />
En los últimos años el abandono de<br />
actividades tradicionales ha repercutido en<br />
un aumento de la superficie forestal.<br />
Concretamente, desde 1990 se han<br />
abandonado más de tres millones de<br />
hectáreas. Sin embargo, se trata de un<br />
crecimiento teórico, puesto que sobre el<br />
terreno corresponden, en gran medida, a<br />
tierras compactadas, erosionadas, que en<br />
muchos casos han perdido su capacidad de<br />
regeneración natural, dando lugar a estados<br />
menos maduros de la evolución del<br />
ecosistema, de menor calidad ecológica.<br />
Además, los bosques están muy<br />
fragmentados. Los incendios forestales<br />
afectan cada año a una media de 120.000<br />
hectáreas, aproximadamente la mitad de las<br />
cuales son arboladas, dejando unos sistemas<br />
mermados en calidad a pesar de que los<br />
inventarios nacionales reflejen un aumento<br />
de la superficie forestal.<br />
El bajo nivel de gestión planificada en<br />
el territorio forestal es una de las<br />
principales causas de este panorama de<br />
reducción de biodiversidad, fragmentación<br />
de los bosques y erosión. A pesar de que la<br />
Ley de Montes así lo exige, apenas el 13%<br />
de la superficie forestal cuenta con planes<br />
de gestión, prácticamente inexistentes<br />
también en los espacios de la Red Natura<br />
2000. Los bosques, como albergues de<br />
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