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Eran pozos alegres,
guardadores de estrellas y luceros,
con silencios profundos de inmensa eternidad.
Tenían un mundo mágico durmiéndose en sus aguas
y un encanto viviendo en sus hondos misterios.
Junto a ellos pasaba el viento
Arreando los colores de las mariposas,
las luces de los cocuyos
y la miel rumorosa de las colmenas!
Yo aprendía a soñar con sus silencios.
Se me llenaban los ojos de esperanza
y oyendo cantar a los pájaros
aprendía su lección jubilosa
y me la guardaba amorosamente en mi corazón.
Era un mundo de humildad el de los pozos silenciosos!
Un mundo hecho de noble infancia,
de ternura infinita,
de suave paraíso en mi pequeño universo.
Comprendía la razón de su silencio.
Y me sentía feliz.
Porque mis pozos eran bondadosos.
Y sabía,
que si se enturbiaban en la tarde
se dormían tranquilos en la noche
para amanecer como un cristal!
De amor eran sus sueños!
DÉCIMA DEL ARPA SOLA
Aquí abajo el tibio alero
de esta casa campesina,
hay un arpa que no trina
y aunque triste, yo la quiero.
a Roger Rojas Tarazona