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HUMBERTO FEBRES:
Barinés nacido en Caracas en 1929. Estudio en la Escuela Federal
Graduada Soublette de Barinas. Ensayista, poeta, historiador, Ingeniero
agrónomo egresado de la Universidad de Lima y la Universidad Central de
Venezuela. Fue catedrático en la Facultad de Ciencias de la Universidad
Central de Venezuela. Regresó a Barinas y fundó el Instituto de
Investigaciones del Llano y Los Llaneros. Murió en 1997. Dice de él
Leonardo Ruiz Tirado: "En su tránsito profundo y deslumbrante,
Humberto, fue un verdadero mago de la palabra, un lector de todas las
culturas, lo cual llegó a hacerle un erudito de tantas cosas".
Febres escribió mucho y publicó poco, posiblemente por su
exigencia estética con sus propios escritos, al final de su vida, lo que fueron
extensas obras de creación literaria las comprimió en esquelas. Conocemos
de él su ensayo En Negra Orilla del Mundo (1995), donde profundiza en la
Leyenda de Florentino y El Diablo del poeta Alberto Arvelo Torrealba.
Después de su muerte sus amigos se han encargado de recoger sus escritos
en los discos duros de sus computadoras, su bien guardada Poesía (1997) y
la Síntesis histórica de Barinas (1999). Agrega sobre sus escritos Ruiz
Tirado: " El trabajo de lenguaje se prolonga en Humberto Febres desde su
corta obra poética y narrativa, hasta distintos ordenes, que para los efectos
son uno solo, en que parecen bifurcarse sus escritos sobre la cultura, sobre
historia y arqueología sobre literatura y filosofía".
EL LLANO
Humberto Febres Rodríguez.
Hay en realidad una historia no escrita o que está por escribirse. Una historia
inspirada en los grandes ríos, las llanuras y cordilleras; obra de un pueblo fuerte y
numeroso. Una historia sin mentalidad colonial, aunque con ímpetu colonizador. En
esa historia el Orinoco vendría a ser como el Nilo para los egipcios y Venezuela el don
del río tal vez hallaríamos entonces sus fuentes remotas y desconocidas.
Enrique Bernardo Nuñez.
Llano y llanero integran nuestro tema de estudio. Aquí nos
corresponde ocuparnos del Llano, pero esta vez más como personaje que
como escenario; él también tiene su acontecer, no escapa a la marcha del
tiempo. Pero no se trata de escribir una historia lineal de un raro sujeto,
presuntamente inanimado, ni de aventurarnos en los arduos senderos de la