pulse aqui para ver más información

comenzó a experimentar el tráfico de negros, impidieron un mayor
desarrollo agrícola de esas zonas. Plantaciones de tabaco, añil y cacao, para
nombrar sólo lo más importantes en aquel momento, eran inimaginables sin
mano de obra esclava, de cualquier manera la nueva provincia de Barinas
fue capaz en escasos treinta años de existencia (1786­1813) de adquirir un
cierto desarrollo agrícola.
En 1812 se inician definitivamente las guerras de independencia y el
Llano, que nació levantisco­ los llaneros siempre lo fueron­ va a ser fuente
inagotable de ganado, caballos y soldados. La guerra, en Venezuela fue
violenta y total, guerra a muerte como la decretó Bolívar. Demos la palabra
al historiador inglés antes citado:
“Las vastas extensiones de pastos, quemadas por el sol de la estación
seca, y en la húmeda convertidos por la lluvia en insalubres pantanos y
lagos, eran el hogar de una casta salvaje y guerrera, una mezcla racial de
origen indio, blanco y negro, endurecida por el salvaje medio y con
capacidad de un gran aguante a caballo.” 46
Puede decirse que el Llano llevó las más pesadas cargas de la guerra
y fue su escenario innumerables veces. Cuando ella terminó, o se alejó
hacia otros países, los campos lucían abandonados. La población de
vacunos se había reducido grandemente, al igual que la de caballos pero, en
cambio, muchos de los llaneros continuaban combatiendo en los ejércitos
que llevaron la guerra hasta el Sur 47 . Y cuando finalmente Venezuela se
erigió en República independiente, hubo intentos de recuperación pero todo
resulto inútil, pues antes de que ningún logro pudiera concretarse volvieron
las guerras: locales, regionales, nacionales, una seguida de la otra hasta el
final del siglo. Se entenderá que, aparte de los efectos de un abandono
continuado, nada hay que buscar como modificación o intervención
humana en el Llano durante ese largo y violento siglo XIX.
46 Lynch, John. Ob. Cit.p 230.
47 Tal parece que para los llaneros había más peligro en las cotidianas pero arriesgadas tareas del
hato, que en las vicisitudes de la guerra. No es un juicio ligero, medítese en las condiciones reales en
las que se desenvolvía su trabajo en esos tiempos. Los dos eran trabajo, pero el de la guerra, tal vez,
menos peligroso. Al lado de ellos, los esclavos prefirieron la esclavitud a la guerra.