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delta del Orinoco. Se trata de contestar una pregunta: ¿era entonces un<br />

espacio homogéneo? No basta con que los conquistadores así lo<br />

consideran, pues ellos no distinguían mucho entre unas y otras culturas<br />

aborígenes y la plenitud de esos territorios parece haberlos impresionado<br />

grandemente desde el primer momento. Si aceptamos las “Areas culturales<br />

de la Venezuela Pre­hispánica”, tal como fueron presentadas por Miguel<br />

Acosta Saignes 40 , tendríamos que aceptar que existía un cierto mosaico<br />

cultural donde ade<strong>más</strong> de Caribes, Otomacos y Caquetíos, grupos de<br />

recolectores, cazadores y pescadores deambulaban por buena parte de los<br />

bajos Llanos. No se ignora que Sanoja y Vargas, en cambio, consideran<br />

culturalmente homogénea (afectadas por un proceso general de<br />

simplificación cultural).<br />

Todo el espacio considerado 41 ; pero no podemos, en primer lugar,<br />

ignorar la presencia de los Otomacos en la confluencia de Apure y<br />

Orinoco; ni entendemos sus dudas sobre la presencia caquetía en calzadas y<br />

montículos, las cuales, por lo de<strong>más</strong>, parecen haber sido despejadas hoy<br />

por las <strong>más</strong> recientes investigaciones arqueológicas en la región 42 . Pero, en<br />

todo caso, si los Caquetíos de Coro y los de Barquisimeto tenían canales de<br />

riego en uso a la llegada de los europeos, y una organización social de las<br />

<strong>más</strong> elaboradas y complejas halladas en nuestro territorio, por qué dudar<br />

que sus parientes del Llano fueran capaces de construir calzadas,<br />

montículos y campos elevados. El conocimiento de la relación planta­agua<br />

parece un hecho en todos los pueblos agricultores de cualquier parte del<br />

planeta y está presente tanto en los que acuden a obras de riego, <strong>para</strong><br />

superar condiciones de relativa aridez, como en los que afrontan problemas<br />

de exceso de agua y buscan proteger sus siembras de aniegos o<br />

enchumbamiento.<br />

Respecto al medio, cabe pensar que algunas de las diferencias que<br />

hoy se pueden apreciar entre Oriente y Occidente, fueran <strong>más</strong> marcadas en<br />

aquella época. Testimonios como el de Nicolás Federman y su Historia<br />

40 Acosta Saignes, Miguel. Estudios de Etnología Antigua de Venezuela. Uni<strong>ver</strong>sidad Central de<br />

Venezuela. Caracas 1954 pp 21­68.<br />

41 Sanoja, Mario y Vargas, Iraida. Modos de Producción Venezolanos. Monte Ávila Editores.<br />

Caracas, 1979 pp. 157­158.<br />

42 Redmon, Elsa y Spenser, Charles S. Investigaciones Arqueológicas en el Piedemonte Andino y los<br />

Llanos Altos de Barinas”. En: Asociación Venezolana de Arqueología. Boletín # 5. 1990 pp. 4­24.

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