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1700 habla de indios montados a caballo y manejando armas de fuego,
obtenidas de ingleses u holandeses que remontaban el Orinoco con sus
mercancías. Esto sucedía en un hato barinés en la Zona de El Real. Pero es
que ya, en el último tercio del siglo XVII comenzaban a sostenerse algunas
misiones en los Llanos, también hubo hatos para esa época, pero muchos
de ellos sin continuidad en el tiempo.
Durante el período que hemos estado considerando (1500­1700 ap.)
sucedieron muchas cosas en los Llanos, pero las dos que queremos destacar
son: 1) la disminución brutal de la población indígena y 2) la
multiplicación espontánea de los ganados. La conjunción de ambas hizo
posible que la región se convirtiera en zona de refugio para todo perseguido
por la sociedad colonial, o simplemente inconforme con la rigidez de sus
castas y los abusos de poder. Pero también hizo más factible y deseable la
ocupación territorial plena por esa misma sociedad colonial. Lo anterior
significa conflictos y, entre otras cosas ilumina el carácter marginal de los
llaneros en esa sociedad, pues ellos vendrían a ser precisamente todo ese
conglomerado heterogéneo (indios, negros, mestizos, blancos) que, por
rechazo a dicha sociedad, buscó refugio en la llanura. Pero no es ese el
tema que ahora nos ocupa. Aquí nos interesan los cambios inducidos en esa
geografía por la invasión de cuadrúpedos europeos y la simultánea
aparición, nada causal, de un nuevo tipo humano perfectamente adaptado a
esa geografía modificada, el llanero.
Es claro que todo lo que sucedió en el lapso señalado influyó
grandemente en la historia posterior de esos territorios y sus habitantes, fue
un momento decisivo en su acontecer. Podemos suponer que fue entonces
cuando se gestó el Llano tal como fue conocido después, y como se
entiende todavía hoy. Todo, o casi, el vasto territorio comprendido entre las
cordilleras andina y costanera, por una parte, y el Orinoco y su afluente el
Meta, por la otra, se habían mantenido al margen de la sociedad colonial;
pero pese a no participar de la vida interior de aquella sociedad, fue
marcada por ella y se le incorporaría luego de la transformación que aquí
consideramos, es decir, de su transformación en zona ganadera y su
redoblamiento por un nuevo personaje, portador de una cultura propia,
surgida de ese mismo proceso: el llanero.
Nos conviene volver sobre nuestros pasos e intentar mirar más de
cerca todo esto. Tratemos de ubicarnos de nuevo en el momento de la
llegada de los europeos e intentemos ver cómo era entonces todo ese
espacio que va desde la montaña de San Camilo, en Apure, hasta el