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Y no dejan de ser importantes las consecuencias de dicho abandono.<br />
Más allá de las consecuencias económicas directas, hay otras que reclaman<br />
nuestra atención. En los Llanos Occidentales, la superficie bajo bosques<br />
aumentó considerablemente y ya en 1950 duplicaba la estimada <strong>para</strong><br />
1825 48 . Los ganados se agrupaban en cimarroneas ingobernables y se<br />
sometían a los controles naturales, lo cual se traduce en estancamiento o<br />
merma de sus poblaciones.<br />
El país todo sufrió una larga época de estancamiento y puede decirse<br />
que en algunas zonas hubo retroceso según algunos indicadores. Así,<br />
mientras la población del país se duplicó aproximadamente durante ese<br />
mismo lapso, puede comprobarse que la de los estados Barinas y Cojedes<br />
descendió persistentemente desde la guerra federal (1860), hasta el censo<br />
de 1936. Otras entidades llaneras estuvieron sujetas a vaivenes por la<br />
misma época. En concordancia con esos resultados, puede señalarse que<br />
di<strong>ver</strong>sas enfermedades se adueñaron de la región, pero merece destacarse<br />
en especial la presencia endémica del paludismo en todo el Llano, sin que<br />
se sepa a ciencia cierta en que época se aposentó en nuestras sabanas. No es<br />
nada nuevo decir que el siglo XX en Venezuela comienza con el petróleo,<br />
así que introducimos este texto de don Lisandro Alvarado, de 1903, <strong>para</strong><br />
ilustrar la situación del Llano a finales del siglo XIX.<br />
La mortalidad es considerable. Pensar en combatir con éxito<br />
completo el paludismo es pensar en lo excusado. Fuera de la mortalidad, se<br />
ve languidecer la población de los campos con el paludismo crónico, las<br />
úlceras tórpidas de las piernas, la anemia persistente. La consecuencia es la<br />
despoblación y la falta de brazos <strong>para</strong> el trabajo. A este cuadro poco<br />
halagüeño debe añadirse las enfermedades epidémicas, que afectan lo<br />
mismo al hombre que a los de<strong>más</strong> animales. Entre las que son<br />
características, pueden señalarse la fiebre remitente biliosa y la fiebre<br />
hematúrica, la tifomalaria y la disentería; la elefancia apenas se nota en<br />
Apure, donde sorprende su existencia al lado de una baja densidad de<br />
población. En cuanto a los animales, las enfermedades epidémicas que <strong>más</strong><br />
se ceban en ellos son la desrengadera y varias afecciones conocidas con el<br />
nombre genérico de peste. Los estragos que estas dolencias causan en el<br />
48 Veillon, JeanPierre. “Las deforestaciones en los Llanos Occidentales desde 1950 hasta 1975”<br />
incluido como anexo en el libro: Conservación de los bosques húmedos de Venezuela. Sierra Club<br />
Consejo de Bienestar Rural. MARNR, 1977 3ª ed.