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NARRATIVA COTIDIANIDAD
Por Froilán Fernández
El verbo “narrar” conjura una actividad milenaria habitada por las voces de las
colectividades y los individuos. Narrar evoca el juego de la memoria y el olvido, el arte
de seguir contando historias, la supervivencia y el entretenimiento. Podríamos afirmar
que en el origen fue la narración, o la condición de posibilidad de referir una secuencia
de acontecimientos siguiendo pautas formales para la construcción de un orden (relato)
múltiple, denominado “realidad”.
El “oficio de narrador” no se encuentra acotado a un sujeto individual, es un
factor común de la cultura, una necesidad básica fundamental. Imaginar una sociedad
despojada del ejercicio narrativo es configurar el relato de un universo otro,
incomprensible desde nuestro marco cultural. La cultura se define, simultáneamente,
como texto y relato. Y la serie ilimitada de relatos que atraviesan la cultura se constituye
como campo polémico, instancia en que se dirimen concepciones de verdad, creencia,
tiempo y ficción.
El itinerario argumental –no por ello a-narrativo– que esgrimiremos a
continuación está compuesto de una serie de “pasajes”: esbozos transitorios de una
lectura teórico-interpretativa acerca de la narración y espacios de detención efímera en
los que se intenta un primer acercamiento a la relación “¿problemática?” del narrar con
la creencia, la realidad y la “verdad”. El primer pasaje aborda la construcción narrativa
de la realidad en tanto práctica cultural histórica. El segundo pasaje escruta la
intersección del “creer” y la narración. El último de los pasajes visualiza la
“composición hermenéutica” –siguiendo la terminología de Bruner– del edificio
narrativo.
1.
Lo desconocido es una abstracción, lo conocido un
desierto; pero lo conocido a medias, lo vislumbrado,
es el lugar perfecto para hacer ondular deseo y
alucinación.
SAER: El entenado.
En su célebre ensayo El narrador (1936), Walter Benjamin define la narración
como la forma artesanal de la comunicación. Narrar es, según Benjamin, ejercitar la
memoria transitoria, coordinar artesanalmente la voz, el gesto de la mano y el ojo;