Haga Clic Aqui para abrir este Documento - Programa de Semiótica

En 1914 volvió a Viena donde leyendo la revista cultural Der Brenner que desde 1910
se publicaba en Innsbruck, dirigida por Ludwig von Ficker, tuvo oportunidad de
conocer los textos traducidos de Kierkegaard a quien más tarde va a considerar como
“el filósofo más grande del siglo XIX”.
Algunos críticos hablan de su relativa ignorancia de los filósofos clásicos más antiguos,
lo que estaba equilibrado por la rica y varia familiaridad que tenía con las figuras
principales del escenario alemán y austríaco. Y los lemas que escogió para sus dos
libros más importantes los tomó de autores que difícilmente podrían haber sido más
vieneses: Kürnberger, para el Tractatus (T.L); Nestroy, para las Investigaciones.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial Wittgenstein se encontraba en Noruega y se
alistó en el ejército austro-húngaro. Continuó apuntando en una serie de cuadernos sus
reflexiones filosóficas, de modo que, al final de la guerra, cuando cayó prisionero de los
italianos, tenía el manuscrito de su T.L. prácticamente terminado.
El texto más antiguo que se conserva de W. es de 1913. Son unas notas dictadas a un
estenógrafo, con posterioridad a su primer viaje a Noruega con su amigo David Pinsent.
El texto “Notas sobre Lógica” fue corregido por él y por B.Rusell. Luego, en 1914 lo
visita su profesor Moore en Noruega, al que le dicta un texto luego conocido como
“Notas dictadas a Moore”, producción que se conoce como el segundo texto de
Wittgenstein.
En 1925 visitó a sus amigos ingleses gracias a las gestiones de Keynes y de Ramsey,
puesto que él decidió desprenderse de toda su herencia. En 1927 conoció al matrimonio
rea y Charlotte Bühler. rea trabajaba entonces en una concepción de la comunicación
humana que presentó en su obra sobre la Crisis de la Psicología, y posiblemente abrió
así nuevos derroteros a su superación del enfoque centrado en el lenguaje real. Se le
abría el foco de observación “comunicacional” – lo que lo llevaría a la idea de los
“juegos de lenguaje”, además de poder “hablar” (aunque en otros lenguajes) de los
verdaderos problemas a partir de su “nuevo” interés por la filosofía; que ciertamente no
desapareció nunca del todo. Ese interés se manifestó varias veces en esos años de
postguerra: mantuvo contacto epistolar con sus amigos ingleses, se encontró en 1922
con Russell en La Haya, recibió la visita de Ramsey en 1923 y pudo discutir con M.
Schlick, quien lideraba el Círculo de Viena – donde el Tractatus fue objeto de largas
discusiones. Fue a través de la amistad con Schlick que se operó la influencia de
Wittgenstein sobre el Círculo.