Haga Clic Aqui para abrir este Documento - Programa de Semiótica

sobre filosofía y consideraba que las conclusiones centrales del pensamiento kantiano se
ajustaban precisamente a sus propios intereses, ya fuesen artísticos o científicos, ya
legales o políticos. Por lo tanto aseguran que todo lo que al pensador podía interesarle,
le interesaba desde un punto de vista ético.
Cualquiera sea la línea de crítica y lecturas adoptadas, todos coinciden en que su
epistemología resulta insoslayable para comprender el giro que ha tomado el
pensamiento en relación con los problemas del lenguaje, el sentido, la significación, la
acción y la posibilidad de conocer.
CONCLUSION
¿Fin del juego?
Dispusimos el tablero, elegimos las piezas e intentamos jugar según reglas aprendidas
que le dieran algún sentido a este juego timoneado por las ideas de un Wittgenstein que
se nos devela en su peculiar modo de utilizar el lenguaje en las Investigaciones
Filosóficas.
Las movidas estratégicas fueron conducidas también por el interés en nuestro foco de
investigación desde donde fulguran los interrogantes de una búsqueda en torno de los
problemas de la alfabetización en zonas de fronteras semióticas.
Estos encuadres nos sirvieron de límites difusos para el recorrido que se inició con una
apretada semblanza de L. Wittgenstein situándolo en cierto movimiento de época que
signó de manera muy especial a la Viena de fin de siglo en un contexto de profuso
desarrollo cultural, artístico y científico.
Luego, ya situados en el texto elegido, lo adentramos desde un Prólogo donde
descubrimos principios significativos como: la discontinuidad en el pensamiento del
autor en una continuidad dada por la recurrencia en torno de los mismos temas del
conocimiento en la búsqueda de respuestas, el desafío a un lector que puede sumarse y
reflexionar en la cadena de producción, la necesidad de interacción con otros como
aguijón que estimula el pensamiento, entre otras conceptualizaciones, lo que anticipa
una experiencia de múltiples y enmarañados recorridos.
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido
ciertamente no habrá cesado el rito.
(Ajedrez de Jorge Luis Borges)