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Proyecto Arqueológico Cerro Baúl
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c.500-600 d.C), no obstante a las similitudes estilísticas que inicialmente apuntaban hacia una ocupación del
periodo Tumilaca (1999: 38,45). Basado en las similitudes del planteamiento del complejo de La Cantera con el
estilo Templo de Tiwanaku del sitio M10 de Omo y las afinidades de los artefactos, ellos concluyeron que el sitio
representó un “rustico antecedente” del complejo M10 (Owen et al. 1999: 45)
Generalmente, el resultado de nuestras excavaciones y las consiguientes interpretaciones concuerdan con
aquellas que vienen de investigaciones previas. El sector I consiste en un complejo arquitectónico principal el
cual está ubicado colina abajo por un conjunto poco visible de restos de piedras alineadas que actúan como
pequeños muros de contención de terrazas (de 10 a 15 cm de alto); de este modo puede ser dividido de un modo
general en parte norte, central y sur. El complejo principal (correspondiente a la parte central) ocupa enteramente
el ancho de la pampa hasta el punto donde está situado, al grado que la actividad de acarreo y erosión en la
quebrada al este amenazó socavar el límite este de la estructura. Contrariamente a algunas sugerencias, no hay
evidencias, como vestigios de estructuras de terrazas a lo largo de los límites de la pampa, lo cual sugiere que
las terrazas y el complejo principal representan dos fases sucesivas. Aunque las muestras cronométricas tiene
que ser todavía procesadas, la posición relativa de las estructuras sugiere contemporaneidad. Las diferencias de
la distribución de los artefactos en superficie y bajo ésta, pero las similitudes en los tipos de artefactos, indican
que todas las partes del sitio fueron probablemente ocupadas de manera general al mismo tiempo pero
probablemente tuvieron diferentes funciones. Una preponderancia de basura doméstica en la parte norte indica
que las terrazas fueron probablemente habitadas, pero la ausencia de elementos a excepción de las capas
superficiales poco profundas de la parte central implica que no fue ocupada intensivamente.
El complejo arquitectónico principal del Sector I consiste en tres plazas abiertas que, de norte a sur cubre
aproximadamente 894, 240 y 465 metros cuadrados. Estas plazas principales son definidas por muros de doble
cara de piedra sin cantear y revestir que fueron asentadas en un mortero de lodo suave que ha sido muy
erosionado, aunque está presente en algunas partes. Los muros tienen una altura media de 48.4 centímetros,
pero uno, con cinco hiladas de piedra, se eleva hasta 102 centímetros; el ancho medio es de 65.2 centímetros.
Las excavaciones revelaron que no se prepararon cimientos antes de la construcción de los muros. Los muros
existentes debieron haber servido como un zócalo para una superestructura de adobe, una sugerencia también
notada por Owen et al. (1999: 38); no se encontraron evidencias directas de adobes preservados en la
temporada de 1997, ni en la del 2002; el incremento de cantidades de sedimento fino y arcilla y agregados de
estos materiales mezclados con cuarzo, arena e inclusiones orgánicas en la cuadrícula 56 de la unidad 36
pueden indicar adobes disueltos por la degradación de dichos muros.
Espacios secundarios fueron creados en base a alineaciones angostas de piedra colindantes a los muros
principales del complejo. Estas alineaciones generalmente son pobremente construidos, de no más de dos
hiladas de piedra sin mortero aparente, y los espacios así definidos son pequeños, que van de 3 a 5 metros de
ancho. Nuestras unidades de prueba, así como las de Owen, las cuales fueron adyacentes a alineaciones
secundarias, mostraron que estos alineamientos no estuvieron unidos a los muros de la plaza principal del
complejo, sugiriendo una construcción subsecuente. Los derrumbes asociados sugieren que los muros
principales tuvieron substancialmente mayor altura que estos alineamientos. La consistente variación entre los
dos tipos sugiere que los muros principales y secundarios son funcionalmente y tal vez temporalmente distintos,
y que los muros secundarios nunca pudieron haber tenido una función arquitectónica.
Muchas anomalías magnéticas potencialmente de interés cultural fueron localizadas usando un Gradiómetro
Geométrico Magnético G-858G. Cinco anomalías fueron seleccionadas para prueba o por su posición relativa a
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Patrick R. Williams Mario Ruales M.
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