Marco_Teorico_DHL
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I. La revisión del desarrollo<br />
Esto implica el regreso de la pregunta sobre las cuestiones nucleares de la economía:<br />
los objetivos y los procedimientos. La economía vuelve a recuperar su adjetivo de<br />
“política” y con ello el reconocimiento de que la dimensión normativa forma parte<br />
constitutiva de ella. No hacemos referencia únicamente a las corrientes críticas con<br />
el capitalismo como sistema, sino recordar que dentro del sistema ha habido siempre<br />
autores que han entendido que ciertas preguntas forman parte de la economía, incluso<br />
del capitalismo. Supone volver a hacerse preguntas que ya expresara Keynes, en<br />
1933, cuando decía que “el capitalismo individualista, en cuyas manos nos encontramos, no es<br />
un éxito. No es inteligente. No es bello. No es justo. No es virtuoso y no ofrece los bienes necesarios.<br />
En resumen, nos disgusta y estamos empezando a despreciarlo. Pero cuando nos preguntamos qué<br />
hay que poner en su lugar, nos encontramos tremendamente perplejos”. Esta recuperación no es<br />
marginal o irrelevante sino que aparece claramente expresada por economistas críticos<br />
como Stiglitz, Rodrik, Sachs, Krugman, entre otros, al defender que la ética y la<br />
moralidad, la cultura y el contexto necesitan reintroducirse en la economía.<br />
Esto nos lleva a precisar cómo entendemos la dimensión normativa, cuál es la referencia<br />
ética válida y cómo se introduce en el discurso, de manera más específica en<br />
lo que afecta al desarrollo. Desde el desarrollo humano, que se analiza en el capítulo<br />
siguiente, se hace una propuesta radical para incluir la ética como referente del desarrollo<br />
que implica cambiar los objetivos mismos y establecer nuevas prioridades.<br />
La revisión de los objetivos del desarrollo<br />
Revisar el desarrollo supone diseñar el futuro y empezar a construirlo. El futuro no se<br />
construye improvisando, hay que tener un diseño de lo que se desea, lo que se busca.<br />
No quiere decir que haya que formular un modelo final, cerrado y acabado, pero sí se<br />
necesita una propuesta del futuro que se considera que merece la pena que sirva de<br />
guía o referente para irlo plasmando. ¿Desde dónde elaborar ese diseño? En el contexto<br />
actual, la crisis cuestiona elementos centrales del modelo económico dominante,<br />
y requiere dar una repuesta a las cuestiones centrales.<br />
A la hora de revisar los objetivos del desarrollo existen diferentes niveles de radicalidad<br />
o profundidad del planteamiento. Sin llegar a proponer un paradigma alternativo,<br />
es interesante comprobar posiciones cuya crítica va más allá de meros retoques<br />
y plantea una redefinición de los objetivos del desarrollo. Un ejemplo interesante de<br />
esta línea es la propuesta de Woolcock (2009:5), economista del Banco Mundial, que<br />
afirma que, ante el descrédito empírico y ético de la teoría de la modernización, se<br />
necesita un marco filosófico coherente que ayude a fijar el marco del contorno de<br />
los debates y la investigación y que ofrezca las bases intelectuales para imaginar alternativas<br />
plausibles y soportables. Sin embargo, considera que no hoy no disponemos<br />
de esa filosofía. Parte de un concepto de desarrollo que define como el conjunto<br />
de los procesos internos y externos que modelan, en una sociedad dada o para un<br />
particular grupo social, el bienestar, la justicia y las oportunidades de sus miembros,<br />
pero especialmente de los más pobres y marginalizados. Como puede verse hay una<br />
decidida preocupación normativa, lo que lleva a tener que buscar nuevos objetivos.<br />
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