Marco_Teorico_DHL
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<strong>Marco</strong> teórico y metodológico del Desarrollo Humano Local<br />
plantea de cara a la estrategia de cooperación, el hecho de que se insista en que no<br />
será posible hacer una cooperación eficaz sin mayores y mejores capacidades, abre<br />
una nueva visión sobre el papel que corresponde a los distintos agentes, individuales<br />
y colectivos. Por otro lado, la importancia que se concede a las interacciones entre<br />
los niveles y el funcionamiento del conjunto del sistema, obliga a plantearse un análisis<br />
dinámico, que rompe el esquematismo de enfoques anteriores. Las relaciones<br />
de los agentes con el entorno, cómo los primeros modifican el segundo y, viceversa,<br />
cómo el segundo condiciona a los primeros, se sitúan en el centro del análisis del<br />
desarrollo.<br />
En todo caso, la propuesta del DC así definido no posee ningún carácter normativo,<br />
se limita a señalar un proceso que debe darse para que una sociedad cambie, pero sin<br />
marcar ningún criterio que permita evaluar la dirección del cambio o sus objetivos. De<br />
hecho se presenta como una solución técnica a un problema técnico, como es encontrar<br />
una respuesta a la ineficacia de la ayuda (Clarke y Oswald, 2010:3).<br />
4. El desarrollo de las capacidades desde el desarrollo humano<br />
Ya se ha dicho que una seña de identidad del desarrollo humano es su dimensión<br />
normativa, por lo que si se considera al DC como una herramienta para ese enfoque,<br />
no puede entenderse sin referencia a su capacidad de ofrecer resultados de desarrollo<br />
humano. Es decir, el DC se tendrá en cuenta si es capaz de conseguir objetivos de<br />
justicia. Dicho de otra manera, el DC por sí mismo puede ser tanto positivo como<br />
negativo para el desarrollo humano. El aumento de las capacidades de una persona,<br />
organización o sociedad no supone que sea siempre un resultado positivo para<br />
el desarrollo humano. Más aún habrá determinados desarrollos de capacidades que<br />
redunden en funcionamientos perjudícales desde esa perspectiva. La consideración<br />
normativa del DC es, pues, obligada.<br />
Por otra parte, entre quienes asumen el enfoque de las capacidades de Sen como punto<br />
de partida y base teórica, se ha producido un interesante debate en cuanto a cómo<br />
entender el alcance de las capacidades. Esta discusión se origina desde los primeros<br />
años de la aparición de los Informes del PNUD, donde la definición del desarrollo humano<br />
parecía reducirse a los resultados en las personas, siendo las instituciones meros<br />
instrumentos para alcanzar éstos. Igualmente, ha sido objeto de debate la formulación<br />
del enfoque de las capacidades de Sen, por considerar que no concedía suficiente fuerza<br />
a la dimensión social. A lo largo de las dos últimas décadas, el número de cientistas<br />
sociales que usan el enfoque de las capacidades ha crecido enormemente, lo que ha<br />
llevado a que el enfoque haya sido objeto de diferentes interpretaciones. Nos interesa<br />
resaltar específicamente las posiciones en torno a esta cuestión de cómo se entiende<br />
la dimensión social. Pueden destacarse dos interpretaciones principales, una evaluativo-liberal<br />
y otra político-relacional, que se hallan en una tensión creativa dentro de un<br />
marco amplio unificado que puede llamarse la “tradición de las capacidades”. En el<br />
Cuadro 11 se presentan las diferencias entre las dos interpretaciones.<br />
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