familias transnacionales colombianas - Observatorio de Migraciones
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FAMILIAS TRANSNACIONALES COLOMBIANAS:<br />
NIVEL DE ACULTURACIÓN Y VIDA FAMILIAR VISTAS DESDE LAS DOS ORILLAS.<br />
muchas mujeres que trabajan fuera <strong>de</strong> casa las <strong>de</strong>leguen en mujeres inmigrantes<br />
subcontratadas. Así, empleadas domésticas <strong>de</strong> origen inmigrante realizan el trabajo<br />
reproductivo <strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong> clase media y media-alta <strong>de</strong> los países<br />
industrializados, mientras ellas relegan a su vez su trabajo reproductivo en otras<br />
mujeres, <strong>de</strong> su familia o no emparentadas, más pobres que ellas mismas, que<br />
permanecen en el país <strong>de</strong> origen (Hochschild, 2001).<br />
Pero no siempre es la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> empleadas domésticas el<br />
<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nante <strong>de</strong> la migración femenina. También pue<strong>de</strong> ser el resultado<br />
<strong>de</strong> la “huida” o “liberación” <strong>de</strong> relaciones opresivas (Sorensen, 2005), siendo<br />
en este caso un instrumento no solo <strong>de</strong> supervivencia, sino <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo personal.<br />
Conflictos <strong>de</strong> pareja o <strong>de</strong>l grupo familiar, un divorcio o una separación, una situación<br />
<strong>de</strong> maltrato físico y/o psicológico, o <strong>de</strong> alcoholismo <strong>de</strong>l cónyuge, pue<strong>de</strong>n constituir<br />
también el catalizador clave <strong>de</strong> la migración (Hondagneu-Sotelo, 1994).<br />
Se acusa a veces a la mujer migrante <strong>de</strong> provocar la <strong>de</strong>sintegración familiar,<br />
siendo ésta la mayoría <strong>de</strong> las veces una apreciación sesgada y completamente<br />
falsa, ya que muchas <strong>de</strong> esas mujeres habían tomado la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> irse luego <strong>de</strong><br />
una ruptura familiar prece<strong>de</strong>nte, o la ausencia <strong>de</strong> una paternidad responsable.<br />
Otra razón <strong>de</strong> migración femenina es reunirse en el país receptor con los<br />
hijos que emigraron primero para ayudarles a cuidar <strong>de</strong> su prole. Se trata <strong>de</strong>l caso<br />
ya mencionado <strong>de</strong> la “abuelas golondrina”.<br />
Y no <strong>de</strong>be olvidarse como <strong>de</strong>stino laboral <strong>de</strong> la migración femenina, la<br />
prostitución, no siempre consentida.<br />
Las oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> trabajar legalmente son distintas para los hombres<br />
que para las mujeres. Son los puestos <strong>de</strong> trabajo con menores cualificaciones los<br />
que se suelen consi<strong>de</strong>rar a<strong>de</strong>cuados para las mujeres. Tarán y Geronimi (2004)<br />
alertan sobre la discriminación laboral femenina, ya que la mayor parte <strong>de</strong> las<br />
oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> empleo para las mujeres migrantes se encuentra en sectores no<br />
regulados (trabajo doméstico, industria <strong>de</strong>l sexo) y a menudo ellas cuentan con<br />
menos preparación que los hombres para hacer frente a las condiciones <strong>de</strong> trabajo<br />
y <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los países <strong>de</strong> <strong>de</strong>stino.<br />
Los hombres, una vez que se ha legalizado su situación, tienen más<br />
oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> encontrar empleos mejor remunerados que los <strong>de</strong> sus mujeres, lo<br />
que en muchos casos les permite volver a ser los proveedores económicos<br />
principales <strong>de</strong>l hogar en el país receptor. Por otro lado, a veces, esto conduce a una<br />
reducción en la jornada <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> sus mujeres, contrariamente a lo que pasa con<br />
las mujeres que emigran como cabezas <strong>de</strong> familia en los dos países, que se<br />
encuentran sometidas a una doble jornada laboral. Esto último dificulta<br />
enormemente a las mujeres que están solas la posibilidad <strong>de</strong> realizar la<br />
reagrupación familiar con los hijos (Posso Quiceno, 2008).<br />
Por otra parte, las restricciones a la entrada, admisión y empleo afectan <strong>de</strong><br />
distinta manera a los hombres que a las mujeres. Por ejemplo, la mayor parte <strong>de</strong> los<br />
canales legales <strong>de</strong> migración ofrecen oportunida<strong>de</strong>s a sectores que tradicionalmente<br />
son ocupados por hombres (construcción y agricultura), con el resultado <strong>de</strong> que las<br />
mujeres gozan <strong>de</strong> un menor acceso a la migración legal <strong>de</strong> mano <strong>de</strong> obra en<br />
comparación con los hombres. Esta situación parece marginalizar a las mujeres<br />
migrantes y aumentar el grado <strong>de</strong> exposición a las peores formas <strong>de</strong> abusos.<br />
Pedone (2006) capta ciertas atribuciones sesgadas vinculadas al hecho <strong>de</strong><br />
la feminización migratoria. En algunos foros sociales, políticos, mediáticos y<br />
educativos se responsabiliza a la mujer <strong>de</strong> todo tipo <strong>de</strong> consecuencias negativas<br />
(<strong>de</strong>ficiente rendimiento escolar, mal comportamiento social <strong>de</strong> sus hijos, ya sean<br />
niños o adolescentes, ruptura matrimonial) y se conceptúa la migración como<br />
abandono, confundiendo intencionadamente fragmentación y <strong>de</strong>sintegración familiar.<br />
Parafraseando a Pedone, frente a la visión <strong>de</strong>l varón emigrante como un<br />
aventurero que empren<strong>de</strong> un peligroso viaje para aportar el sustento y asegurar el<br />
bienestar <strong>de</strong> su familia, se perfila la madre que abandona a aquellos que tiene<br />
bajo su cuidado (los niños y los ancianos) y a la que se responsabiliza <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>sintegración familiar, <strong>de</strong> la estigmatización <strong>de</strong> sus hijos en los contextos escolar<br />
y social y <strong>de</strong> la ruptura con su pareja, incluso en casos en los que a veces la propia<br />
ruptura ha sido el <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nante.<br />
También se culpabiliza a la mujer migrante cuando la reagrupación<br />
familiar no llega a producirse. Sin embargo, en un gran número <strong>de</strong> casos la<br />
reagrupación no se materializa porque los familiares que se han hecho cargo <strong>de</strong> los<br />
hijos en el país <strong>de</strong> origen no dan su consentimiento e influyen en los niños y<br />
adolescentes, convenciéndoles para que no accedan a reunirse con sus padres en<br />
el país <strong>de</strong> acogida.<br />
Sin embargo, frente a todos estos elementos culpabilizadores que se<br />
atribuyen a la mujer migrante, los estados están encantados <strong>de</strong> recibir las remesas<br />
enviadas mayoritariamente por estas mujeres. En Colombia, el país en el que se<br />
ha centrado nuestro estudio, entran más <strong>de</strong> 3000 millones <strong>de</strong> dólares<br />
anualmente, <strong>de</strong> los cuales un 54, 3 % es remitido por mujeres. El Estado se<br />
beneficia, y al mismo tiempo cierra los ojos ante la problemática latente <strong>de</strong> las<br />
precarias condiciones <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las mujeres y sus <strong>familias</strong>. En otras palabras, las<br />
abandona a su suerte.<br />
7.2_ Cambios en el reparto <strong>de</strong> las funciones productiva y<br />
reproductiva<br />
Aunque se habla repetidas veces <strong>de</strong>l fortalecimiento <strong>de</strong> la posición <strong>de</strong><br />
la mujer en las <strong>familias</strong> trasnacionales y <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> que los procesos<br />
migratorios contribuyan a favorecer la igualdad <strong>de</strong> género, hay quienes disienten<br />
<strong>de</strong> que la simple lejanía <strong>de</strong>l esposo o la simple asunción <strong>de</strong>l rol productivo por parte<br />
<strong>de</strong> la mujer o su integración en una sociedad más igualitaria produzcan un auténtico<br />
fortalecimiento y conduzcan inevitablemente a la obtención <strong>de</strong> un estatus <strong>de</strong> género<br />
más igualitario.<br />
Cuando es el varón el que emigra, se argumenta que aumentará la<br />
autonomía <strong>de</strong> la mujer en la gestión <strong>de</strong> recursos. Es un hecho que en esa<br />
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