familias transnacionales colombianas - Observatorio de Migraciones
familias transnacionales colombianas - Observatorio de Migraciones
familias transnacionales colombianas - Observatorio de Migraciones
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
_52<br />
FAMILIAS TRANSNACIONALES COLOMBIANAS:<br />
NIVEL DE ACULTURACIÓN Y VIDA FAMILIAR VISTAS DESDE LAS DOS ORILLAS.<br />
origen pue<strong>de</strong> llevarnos al enfrentamiento con una parte importante <strong>de</strong> nuestra red<br />
social, incluida la propia familia, y pue<strong>de</strong> terminar en una homogeneización no<br />
<strong>de</strong>seable porque <strong>de</strong>bilita el logro <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidad social diferenciada.<br />
No po<strong>de</strong>mos olvidar que la vía <strong>de</strong> la oposición o rechazo <strong>de</strong> una cultura<br />
o comunidad hacia otra implica una relación circular entre ambas, es <strong>de</strong>cir,<br />
que la aceptación o rechazo que como inmigrantes tengamos hacia el país <strong>de</strong><br />
acogida está condicionada por la aceptación o rechazo que el país <strong>de</strong> acogida<br />
tenga respecto a la comunidad inmigrante. Obviamente yo rechazo con más<br />
probabilidad si me siento rechazado por los otros, si percibo su infravaloración,<br />
bien sea éste un rechazo simbólico, verbal o fáctico, bien sea un rechazo en las<br />
relaciones informales cara a cara o en las institucionales. El rechazo pue<strong>de</strong><br />
manifestarse por acción o por omisión, como suce<strong>de</strong> cuando no se ofrecen<br />
oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> integración, -educativa, sanitaria, laboral o <strong>de</strong> esparcimiento- o<br />
cuando bloquea con la indiferencia el <strong>de</strong>recho a la participación ciudadana.<br />
Conscientes <strong>de</strong> que el pluralismo cultural y las diferencias en aculturación<br />
pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>rivar en situaciones <strong>de</strong> enfrenamiento racial, Carpenter, Zárate y Garza<br />
(2007) utilizan dos estrategias <strong>de</strong> intervención con varios grupos étnicos para<br />
favorecer actitu<strong>de</strong>s mutuamente favorables; una estrategia está centrada en el<br />
grupo, y se ocupa <strong>de</strong> hacer las diferencias culturales visibles, y otra estrategia está<br />
centrada en la persona y busca cualida<strong>de</strong>s y puntos débiles <strong>de</strong> las personas <strong>de</strong><br />
ambos grupos. Ambas preten<strong>de</strong>n reducir el prejuicio entre grupos. Ambos tipos<br />
<strong>de</strong> intervención, aplicados simultáneamente, reducen el prejuicio <strong>de</strong> manera<br />
similar en todos los grupos, siendo sus resultados generalizables. La primera<br />
estrategia es útil para todos los grupos mientras que <strong>de</strong> la segunda sólo se<br />
benefician algunos -americanos blancos, y <strong>de</strong> origen mejicano tanto <strong>de</strong><br />
nacionalidad mejicana como inmigrantes mejicanos- resultado que es un estímulo<br />
para seguir avanzando en esta línea.<br />
Si nos situamos en la perspectiva <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong> acogida, en una<br />
sociedad multicultural, tenemos que analizar nuestras actitu<strong>de</strong>s como individuos<br />
y como grupo. Nuestra posición <strong>de</strong> ciudadano en un país <strong>de</strong>mocrático nos asigna<br />
una responsabilidad individual, a partir <strong>de</strong> la cual se hace difícil sostener el rechazo<br />
a otro ser humano y se hace difícil mirar hacia otro lado cuando percibimos que<br />
se vulneran los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> otros seres humanos. Nuestro estatus <strong>de</strong> ciudadanos<br />
nos permite asociarnos, reivindicar y trabajar con otros por un mo<strong>de</strong>lo social<br />
global más justo.<br />
Pero mi estatus <strong>de</strong> ciudadano, me da también voz y voto para reclamar<br />
políticas sociales justas equitativas y solidarias, políticas económicas que repartan<br />
los recursos y no que agran<strong>de</strong>n las diferencias, políticas sociales que promuevan<br />
un <strong>de</strong>sarrollo global <strong>de</strong>l ser humano y el respeto a todos sus <strong>de</strong>rechos, políticas<br />
educativas que fomenten el conocimiento <strong>de</strong> otras culturas, la tolerancia hacia lo<br />
diferente, la negociación en la resolución <strong>de</strong> los conflictos y el respeto a todo ser<br />
humano, políticas asistenciales que protejan a los más débiles.<br />
No obstante la integración, que en principio se asocia a menores<br />
conflictos entre grupos, se pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r <strong>de</strong> dos modos, como especie <strong>de</strong><br />
“puré” don<strong>de</strong> todas las culturas contribuyen a generar un nuevo mo<strong>de</strong>lo cultural que<br />
incluye elementos <strong>de</strong> todas ellas borrando los limites entre culturas; o bien pue<strong>de</strong><br />
enten<strong>de</strong>rse como una “ensalada” don<strong>de</strong> ningún ingrediente pier<strong>de</strong> su sabor y<br />
don<strong>de</strong> se respetan la diferencias <strong>de</strong> cada grupo. Esta última vía fortalece los límites<br />
entre las culturas lo que resulta especialmente beneficioso para los grupos<br />
minoritarios que fortalecen así su i<strong>de</strong>ntidad étnica. Armonizar la diferenciación con la<br />
asimilación cultural es la vía que aparece como más prometedora.<br />
Dovidio (Dovidio, Gaerter y Validwzic, 1998) y Wolsko, Park, Judd y<br />
Wittenbrink (2000) centra la intervención en dos enfoques relativamente diferentes<br />
pero ambos con efectos positivos: La interculturalidad entendida como la<br />
inclusión <strong>de</strong> la cultura <strong>de</strong>l grupo como parte <strong>de</strong> una categoría superior, -la<br />
humanidad-. Al tiempo que se reconoce el pluralismo cultural centrado en dar a<br />
conocer y valorar a los elementos positivos que cada cultura aporta, <strong>de</strong>tectando<br />
también los elementos comunes y don<strong>de</strong> las diferencias se basan en unos<br />
principios i<strong>de</strong>ológicos más que culturales.<br />
Si nos situamos en la perspectiva <strong>de</strong> todos los grupos culturales, lo<br />
importante es que la aproximación se produzca en torno a los <strong>de</strong>rechos<br />
humanos, logrando como indica Elizal<strong>de</strong> (2003), un <strong>de</strong>sarrollo sostenible que es<br />
el <strong>de</strong>sarrollo que no se centra sólo en satisfacer las necesida<strong>de</strong>s materiales y<br />
económicas, sino que trata <strong>de</strong> dar respuesta a todas las necesida<strong>de</strong>s humanas <strong>de</strong><br />
todos los seres humanos, <strong>de</strong> nuestras generaciones y <strong>de</strong> las generaciones futuras.<br />
Este es sin duda el mejor modo <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r la globalización.<br />
2.4_ Políticas sociales a favor <strong>de</strong> la aculturación<br />
La integración <strong>de</strong> los y las emigrantes encuentra en el biculturalismo la vía<br />
<strong>de</strong> solución más a<strong>de</strong>cuada, pero ya que consi<strong>de</strong>ramos que este biculturalismo es<br />
un proceso interactivo entre la cultura minoritaria y la mayoritaria, <strong>de</strong>be resaltarse<br />
la relevancia <strong>de</strong> las políticas sociales y educativas existentes, tanto a nivel<br />
local, como a nivel autonómico o nacional, políticas que <strong>de</strong>ben dirigirse tanto<br />
a la población inmigrante como a la propia población autóctona. Se necesitan<br />
programas formativos y <strong>de</strong> prevención, programas específicos dirigidos hacia los<br />
sectores <strong>de</strong> riesgo y programas <strong>de</strong> intervención y asesoramiento para los sectores<br />
más <strong>de</strong>sfavorecidos.<br />
Las políticas sociales <strong>de</strong>berían concretarse, en programas <strong>de</strong><br />
formación <strong>de</strong>ntro y fuera <strong>de</strong> la educación formal, en programas <strong>de</strong> formación<br />
en idioma, y cultura en general, y en formación profesional, asesoramiento legal,<br />
laboral e información sobre los recursos sociales, materializándose en apoyos<br />
paliativos en los sectores <strong>de</strong> menos recursos y/o socialmente excluidos.<br />
Se requieren programas <strong>de</strong> información y formación <strong>de</strong>stinados a todos<br />
los ciudadanos, a <strong>de</strong>sarrollar tanto en escuelas, como en asociaciones, en<br />
centros <strong>de</strong> ocio, en la calle o en los medios <strong>de</strong> comunicación. Pero a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> la información y formación hacia la tolerancia es necesario fomentar e<br />
incentivar la formación <strong>de</strong> grupos interculturales <strong>de</strong> diversos intereses, <strong>de</strong>portivos,<br />
53_