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familias transnacionales colombianas - Observatorio de Migraciones

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FAMILIAS TRANSNACIONALES COLOMBIANAS:<br />

NIVEL DE ACULTURACIÓN Y VIDA FAMILIAR VISTAS DESDE LAS DOS ORILLAS.<br />

egocentrismo. El egocentrismo se empeña en conservar su posición, <strong>de</strong>bido a las<br />

ventajas que le representa. Si es alguno en particular o una parte <strong>de</strong> la familia, ya<br />

sean los padres o los hijos, quienes preten<strong>de</strong>n seguir <strong>de</strong>rivando ventajas a costa <strong>de</strong><br />

los otros, con seguridad esto redundará en situaciones <strong>de</strong> injusticia y <strong>de</strong><br />

resentimiento.<br />

6_ LA FAMILIA EN ESTA ORILLA. UN SISTEMA DE PROTECCIÓN<br />

Una <strong>de</strong> las funciones que asume la familia en todas las culturas es la<br />

<strong>de</strong> actuar como sistema <strong>de</strong> protección para garantizar no sólo la crianza y<br />

<strong>de</strong>sarrollo personal <strong>de</strong> los hijos e hijas, sino también para facilitar su proceso<br />

<strong>de</strong> socialización, es <strong>de</strong>cir, para lograr que sus miembros se integren <strong>de</strong> modo<br />

activo en la comunidad (Gimeno, 1999). En el caso <strong>de</strong> las <strong>familias</strong> inmigrantes esta<br />

doble función pue<strong>de</strong> verse obstaculizada cuando las expectativas que tenga la<br />

familia respecto al <strong>de</strong>sarrollo humano no coincidan con la cultura <strong>de</strong>l país <strong>de</strong> <strong>de</strong>stino<br />

y cuando la familia <strong>de</strong>sconoce las claves que facilitan la socialización, como el<br />

idioma. No obstante, ya hemos hecho referencia a la importancia que tiene la<br />

asimilación <strong>de</strong> la cultura <strong>de</strong> origen también en el nuevo proceso <strong>de</strong> socialización.<br />

Esta doble función <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo y socialización, es más fácil <strong>de</strong> lograr<br />

cuando la familia comparte un sistema <strong>de</strong> valores y creencias, unas normas<br />

y unos rituales, cuando priman las relaciones afectivas y hay una buena<br />

comunicación, y cuando hay acuerdo en la distribución <strong>de</strong> roles, tareas,<br />

responsabilida<strong>de</strong>s. Por el contrario, bajos niveles <strong>de</strong> acuerdo, divergencias mal<br />

resueltas, conflictos, estrés y escasos recursos hacen difícil que la familia cumpla<br />

sus funciones y generan bajos niveles <strong>de</strong> bienestar subjetivo.<br />

La familia transnacional, a pesar <strong>de</strong> estar escindida en ambas orillas,<br />

tiene que seguir actuando como un sistema <strong>de</strong> protección y, aunque la<br />

separación incrementa el estrés y reduce los recursos personales, pue<strong>de</strong> seguir y<br />

<strong>de</strong> hecho sigue actuando como un sistema <strong>de</strong> protección o <strong>de</strong> resiliencia que se<br />

apoya en los escasos recursos, el proceso <strong>de</strong> aculturación, las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

integración que pue<strong>de</strong>n generarse en la escuela, en el trabajo o en la calle.<br />

Walker consi<strong>de</strong>ra que la familia actúa como un sistema <strong>de</strong> protección<br />

ante el estrés <strong>de</strong>l inmigrante (Walker, Wingate, Obasi y Joiner, 2008), siendo el<br />

clima familiar a<strong>de</strong>cuado un factor <strong>de</strong> protección frente al estrés aculturativo.<br />

Szapocznik, Scopetta, Kurtines y Aranal<strong>de</strong> (1978) muestran que la cohesión, el<br />

apoyo y la satisfacción en la vida familiar, van asociados al bienestar psicológico en<br />

los adolescentes. Por el contrario, pue<strong>de</strong>n aparecer entre padre e hijos los conflictos<br />

intergeneracionales como consecuencia <strong>de</strong> niveles <strong>de</strong> aculturación diferentes.<br />

Birman y Taylor-Ritzler (2007) encuentran que las relaciones familiares<br />

juegan un rol mediador que atenúa la angustia que genera en los adolescentes el<br />

proceso <strong>de</strong> aculturación. Para estos emigrantes la aculturación en su cultura<br />

<strong>de</strong> origen, cuando está relacionada con buenas relaciones familiares, ejerce<br />

un efecto positivo en el ajuste psicológico. En realidad el clima familiar es más<br />

a<strong>de</strong>cuado cuando la familia, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> mantener la cultura <strong>de</strong> origen anima a sus<br />

hijos para que se integren en el lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>stino y para que valoren e interioricen los<br />

valores y las costumbres <strong>de</strong> la cultura <strong>de</strong> acogida. La relación entre ambas variables<br />

no es siempre una constante, sino que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la valoración que la cultura <strong>de</strong><br />

acogida haga <strong>de</strong> la familia, como en el caso <strong>de</strong> a cultura rusa, que al igual que la<br />

china y la latina establecen fuertes vínculos familiares y <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n altos niveles <strong>de</strong><br />

cohesión, lo que a veces choca con la mayor autonomía <strong>de</strong> la cultura americana;<br />

entonces la familia pue<strong>de</strong> ser un obstáculo para la socialización.<br />

Estudiando a diferentes minorías étnicas en USA, todas <strong>de</strong> origen asiático,<br />

Le y Stockdale (2008) encuentran que la disonancia en aculturación predice actos<br />

graves <strong>de</strong> violencia entre iguales y afecta especialmente a jóvenes <strong>de</strong> segunda<br />

generación. En cambio, la i<strong>de</strong>ntidad étnica no es un buen predictor <strong>de</strong> la violencia<br />

entre iguales ni <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lincuencia grave. Esta disonancia intergeneracional,<br />

genera problemas <strong>de</strong> comunicación y <strong>de</strong>teriora la relación, <strong>de</strong>bilitando el rol<br />

<strong>de</strong> la familia como primera red <strong>de</strong> apoyo y afectando el control parental; sin<br />

el control ni el apoyo <strong>de</strong> los padres, los adolescentes se refugian en el grupo <strong>de</strong><br />

iguales y sus normas y valores son las que prevalecen. Aunque estos datos explican<br />

porcentajes muy bajos <strong>de</strong> varianza, <strong>de</strong>ben ser tenidos en cuenta en programas <strong>de</strong><br />

intervención comunitaria.<br />

Sabemos que, en general, los adolescentes tien<strong>de</strong>n a valorar mucho la<br />

aceptación entre sus grupos <strong>de</strong> iguales, ya que con ellos comparten intereses,<br />

ilusiones y activida<strong>de</strong>s, por eso cuando existen problemas intergeneracionales en la<br />

propia familia, los padres pier<strong>de</strong>n autoridad sobre sus hijos, lo que a su vez <strong>de</strong>riva<br />

en comportamientos problemáticos (Wall, Power y Arbona, 1993).<br />

En torno a esta hipótesis, Castillo, Cano, Chen, Buckler y Ods (2008)<br />

encontraron (en un grupo <strong>de</strong> inmigrantes latinos en Estados Unidos) que las<br />

diferencias culturales en la valoración <strong>de</strong> la vida familiar pue<strong>de</strong>n constituir<br />

un factor <strong>de</strong> conflicto; las <strong>familias</strong> americanas <strong>de</strong> raza blanca tien<strong>de</strong>n a valorar<br />

más la autonomía personal y fomentan que sus hijos sean más in<strong>de</strong>pendientes<br />

respecto a su familia <strong>de</strong> origen, mientras que la cultura latina valora más la cohesión<br />

tanto respecto a la familia como respecto a otros grupos <strong>de</strong> pertenencia. Estas<br />

diferencias culturales se dan también entre padres e hijos <strong>de</strong> las <strong>familias</strong> latinas,<br />

generando distanciamiento y conflictos intrafamiliares. Castillo <strong>de</strong>nomina a esta<br />

divergencia intrafamiliar en el proceso <strong>de</strong> aculturación, marginación intragrupal<br />

(Castillo, 2007)-. Suce<strong>de</strong> que los hijos asimilan en mayor medida que sus<br />

padres los valores, normas y costumbres <strong>de</strong> la cultura mayoritaria,<br />

abandonando las tradiciones y el legado cultural familiar, por lo que reciben<br />

críticas y reprobaciones <strong>de</strong> sus padres, que tienen otras expectativas.<br />

Estos resultados no son directamente extrapolables a toda la población<br />

latina, pues tenemos que diferenciar las <strong>familias</strong> que mantienen un a<strong>de</strong>cuado<br />

control parental <strong>de</strong> las que no lo logran. Existen sectores <strong>de</strong> la población latina<br />

en los que los hijos apren<strong>de</strong>n a obe<strong>de</strong>cer los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> los padres sin cuestionarlos,<br />

y en don<strong>de</strong> existe una buena adaptación escolar y social (Le y Stockdale, 2008). En<br />

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