familias transnacionales colombianas - Observatorio de Migraciones
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FAMILIAS TRANSNACIONALES COLOMBIANAS:<br />
NIVEL DE ACULTURACIÓN Y VIDA FAMILIAR VISTAS DESDE LAS DOS ORILLAS.<br />
Hasta hace pocos años la solución para el problema <strong>de</strong> un adolescente<br />
inquieto era el cuartel y para la mujer el internado. No se tomaba en cuenta las<br />
condiciones <strong>de</strong>l hogar, ni las formas <strong>de</strong>l trato <strong>de</strong>l padre hacia los hijos, ni las<br />
necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> éstos en cualquier sentido. Hoy se consi<strong>de</strong>ra la unidad <strong>de</strong>l grupo<br />
familiar y se sabe que nada pue<strong>de</strong> ocurrir <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> él que no afecte a los<br />
<strong>de</strong>más. Por lo tanto, la conducta más lógica es la que consi<strong>de</strong>ra la dinámica <strong>de</strong>l<br />
conjunto, y busca las opiniones <strong>de</strong> todos para que <strong>de</strong> ellos surjan las soluciones<br />
basadas en las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cambio <strong>de</strong> los individuos y <strong>de</strong> sus relaciones.<br />
d) Diálogo y Monólogo<br />
El monólogo pue<strong>de</strong> significar dominio para ser escuchado o sometimiento<br />
pasivo <strong>de</strong> quién escucha, lo que tiene que ver con el po<strong>de</strong>r que se utiliza en uno u<br />
otro sentido. Un ejemplo muy común se observa en la relación <strong>de</strong> padres e hijos<br />
cuando aquellos obligan a los pequeños a escuchar pero no les oyen sus<br />
argumentos o sus quejas. Lo mismo ocurre en la pareja en la que el dueño <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />
lo utiliza para hacerse oír o para <strong>de</strong>spreciar lo dicho por el otro. Naturalmente se<br />
hace necesario partir <strong>de</strong> las características individuales: Existen personas con una<br />
facilidad marcada para entablar la comunicación, el intercambio y el diálogo;<br />
otras que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la niñez prefieren el monólogo y elu<strong>de</strong>n la comunicación. De<br />
todas maneras lo importante es que la pareja o la familia sean conscientes <strong>de</strong> este<br />
hecho y sepan por qué una persona es así.<br />
Existen muchos otros factores especialmente visibles en la pareja<br />
tradicional: La mujer encerrada en su casa sin otros intereses que los<br />
<strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> ella, <strong>de</strong> los niños, <strong>de</strong> la televisión y rara vez <strong>de</strong> los relacionados con<br />
los hechos externos <strong>de</strong>l transcurrir <strong>de</strong> la ciudad, <strong>de</strong>l país o <strong>de</strong>l mundo, tiene<br />
realmente muy poco que comunicar que sea novedoso y se aparte <strong>de</strong> su rutina. Por<br />
el contrario el hombre que pasa el día en ocupaciones u oficios a los que pue<strong>de</strong><br />
consi<strong>de</strong>rar más importantes que los <strong>de</strong> la vida hogareña y está en contacto con<br />
gentes que le suministran puntos <strong>de</strong> vista, informaciones, opiniones y lo<br />
estimulan a interesarse por hechos colocados por fuera <strong>de</strong> su órbita rutinaria,<br />
pue<strong>de</strong> infravalorar la conversación con su mujer, quién a su vez espera la llegada <strong>de</strong>l<br />
compañero con interés y con ilusión, entre otras cosas como un medio que la<br />
comunica con el mundo exterior.<br />
¿Qué ha pasado hoy? Pue<strong>de</strong> ser una pregunta susceptible <strong>de</strong> respuestas<br />
monótonas y poco interesantes por parte <strong>de</strong> la mujer porque su vida estrecha no le<br />
permite otra opción. En cambio, las respuestas <strong>de</strong>l hombre pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong><br />
trascen<strong>de</strong>ncia, o al menos <strong>de</strong> interés, con el solo relato <strong>de</strong> lo visto, lo oído, o lo leído<br />
en un periódico. A pesar <strong>de</strong> estas circunstancias, el hombre con frecuencia ejerce<br />
su dominio no dando respuestas a las insinuaciones <strong>de</strong> comunicación por parte <strong>de</strong><br />
su compañera, po<strong>de</strong>r que generalmente y evi<strong>de</strong>ntemente la mujer no tiene, por lo<br />
menos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> éste contexto cultural.<br />
La situación varía totalmente cuando ya no se trata <strong>de</strong> la pareja<br />
tradicional, sino <strong>de</strong> aquella en que la mujer ha ingresado en la universidad,<br />
en la profesión o en el trabajo, porque sencillamente la relación <strong>de</strong> asimetría ha<br />
cambiado, y el monólogo enfrentado al <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> diálogo tiene menos posibilida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> imponerse.<br />
Debe subrayarse que todos estos son conceptos generales, que se<br />
aplican con muchas modificaciones según la variedad <strong>de</strong> la pareja y según los<br />
rasgos personales. Es muy común oír <strong>de</strong>cir que la mujer habla en <strong>de</strong>masía, pero<br />
esto no pasa <strong>de</strong> ser uno <strong>de</strong> los tantos estereotipos que se difun<strong>de</strong>n sin analizar la<br />
verdad que hay en ellos y sin conocer las causas cuando realmente se presenta el<br />
hecho. Es posible que algunas mujeres <strong>de</strong> clase media como la <strong>de</strong>scrita<br />
anteriormente, cuyos horizontes intelectuales son tan restringidos, se interesen<br />
solamente en su pequeño mundo y supongan que ese interés es compartido por los<br />
otros. Entonces realmente, la verbalización es abundante, en un intento por dar a los<br />
<strong>de</strong>más la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que es ella la importante, lo mismo que sus cosas. Pero, si se<br />
analizan los contenidos, se encontrarán una serie <strong>de</strong> lugares comunes, con<br />
referencia a lo cotidiano, repetidas una y muchas veces. Esta mujer pue<strong>de</strong> hablar<br />
mucho, pero dice poco y estos dos caracteres unidos aparecen como un exceso<br />
ante quienes no tienen los mismos intereses, especialmente los hombres que son<br />
los autores habituales <strong>de</strong> ese comentario. Por otra parte pue<strong>de</strong> observarse que<br />
la mujer acostumbra a hablar poco o nada <strong>de</strong> su intimidad y <strong>de</strong> su sexualidad.<br />
Des<strong>de</strong> niña la han acostumbrado al silencio sobre éstos temas, silencio que es<br />
una <strong>de</strong> las tantas resultantes <strong>de</strong> la opresión. En cambio el hombre sí pue<strong>de</strong><br />
hablar <strong>de</strong> estos temas, <strong>de</strong> lo que hace y <strong>de</strong> lo que proyecta. En todo caso se<br />
observa una diferencia en las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> comunicación en uno y otro sexo.<br />
e) Empatía y Egocentrismo<br />
Cuando se habla con cada uno <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> una familia, pue<strong>de</strong><br />
apreciarse la forma peculiar como es referido cualquier hecho, cualquier acontecer<br />
cotidiano o interacción, los cuales son vistos y sentidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un ángulo<br />
estrictamente personal, y no pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> otra manera. Es <strong>de</strong>cir, cada persona<br />
se consi<strong>de</strong>ra, obviamente, como la más importante y <strong>de</strong>sea obtener una<br />
ventaja en cualquier situación. En todo lo que se refiere al egocentrismo y a la<br />
posición contraria, la empatía, en la que las personas pue<strong>de</strong>n apreciar el<br />
punto <strong>de</strong> vista ajeno y conce<strong>de</strong>rle un grado mayor <strong>de</strong> razón, así como, la<br />
posibilidad <strong>de</strong> colocarse en el lugar <strong>de</strong>l otro, que encierra alguna forma <strong>de</strong><br />
i<strong>de</strong>ntificación y que se refiere <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego a la comprensión <strong>de</strong>l punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l<br />
otro y a ver las cosas como éste, existen muchos grados, y estos tienen que ver con<br />
el sexo, con la edad, con la posición en la familia y con muchas otras circunstancias.<br />
Hay formas <strong>de</strong> egocentrismo que la cultura fomenta en el hombre; lo<br />
mismo hace con respecto a la mujer. Por ejemplo, en el primero, todo lo que<br />
concierne a sus privilegios, a su libertad, a la manera <strong>de</strong> <strong>de</strong>stinar el dinero. En la<br />
segunda, lo tocante a su intimidad, a sus i<strong>de</strong>as y a sus pensamientos, así como a<br />
sus sensaciones sexuales. El modo <strong>de</strong> vida, naturalmente, fomenta o <strong>de</strong>salienta el<br />
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