11.07.2015 Views

Descargar - Viento Sur

Descargar - Viento Sur

Descargar - Viento Sur

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

A mi entender, tras esta confesión, que no esconde cierta frustración ante la dificultaddel empeño, está la voluntad de un revolucionario obsesionado por encontrar unasalida satisfactoria a lo que muchas veces parece imposible: que dos entidades históricasdistintas, como son la clase social y la nación, generadoras de ideologías biendiferenciadas en su origen, como son el socialismo y el nacionalismo, alcancen unpensamiento y una estrategia de síntesis, al calor de la lucha de liberación.Personalmente entiendo muy bien,el toque de amargura que destila la confesión deConnolly. Defender ideas similares significa muchas veces sentirse un tanto "extraño"en ambientes donde sólo, o fundamentalmente, se respira una de las dos ideologías:ser considerado, entre los internacionalistas de cultura cosmopolita, como demasiadoinclinado hacia las causas patrias y, por tanto, de un internacionalismo unpoco contaminado, quizás híbrido; y, por el contrario, ser visto como poco patriota,demasiado internacionalista, por quienes valoran sobre todo y ante todo la causanacional y consideran el resto como cuestión de conveniencia.Esta sensación se ha agudizado en los últimos tiempos a consecuencia de los sucesosdel Este y notablemente tras la batalla de Sarajevo. Una guerra cruel 12, aparentementeirracional y sin salida, aflige los corazones de quienes observan el drama (conmayor o menor grado de impotencia) y tiende a distanciar entre sí a gentes que antestenían muchos puntos de acuerdo a la hora de aproximarse al fenómeno nacional onacionalista.Poco a poco, en gentes claramente de izquierda, históricamente solidarias con lasnaciones sin Estado y proclives a reconocerles el derecho de autodeterminación, seempieza a dar un enfriamiento, psicológico y político ante el hecho nacional.Malos derroteros toma el nacionalismo, se dice. Cada día se parece menos al que enla década de los sesenta se orientó hacia el anti-imperialismo, incluso hacia el socialismo.El nacionalismo actual inflama pasiones incontroladas y en su seno tienencabida las ideologías y actitudes mas dispares, las xenófobas también. Además, cuandoestalla el conflicto, nacionalismos de diferente signo se pelean sin cuartel, y lasizquierdas, internacionalistas y humanistas, son barridas del mapa y sustituidas por elexclusivismo de la nacionalidad, que borra toda otras identidades e intereses de clase,género, etc. Incluso hay quien se comienza a cuestionar si cabe mantener la distinciónentre nacionalismos opresores y oprimidos, ya que unos y otros ocupan indistintamenteel mismo lugar, según les toque ser minoría o mayoría nacional.Que ocurra esto es en parte lógico: hay cosas que alucinan tras comprobarse a dóndeconducen, y obligan a profundizar en el fenómeno. Sin embargo, puede haber unpeligro que me preocupa: tirar por el desagüe del baño al niño junto con el agua sucia.A pesar de los problemas existentes, hay que evitar por todos los medios el alejamientoy desenganche de la izquierda radical (tanto la que forma parte de la naciónoprimida como de la opresora) respecto a la lucha de liberación nacional. La izquierdarevolucionaria no puede arrojar la toalla en este tema, por más difícil que se leponga.Los vientos dominantes en el mundo nacionalista actual, en gran parte debido a latraumática experiencia del Este, ciertamente van en detrimento del antiimperialismo2/ Aunque no más que otras, aparentemente más limpias, donde los bandos están más delimitados y las causas, enapariencia, más claras.VIENTO SUR Número 5/Ocluhre 1992 63

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!