Capítulo 7. Del estudio <strong>de</strong> los naturalistas a la biología <strong>de</strong> la conservación.El naturalista es quien se <strong>de</strong>dicada al estudio <strong>de</strong> la naturaleza, no sinpreocupación por el futuro <strong>de</strong> la misma. El concepto no es estático yfue evolucionando. Al principio, si nos remontamos a las obras clásicas<strong>de</strong> algunos griegos y romanos, los naturalistas (como Aristóteles yClaudio Elíano) se preocupaban más por clasificar el mundo animal,tratando <strong>de</strong> echar claridad sobre la fauna real <strong>de</strong> aquella que formabaparte <strong>de</strong> los mitos y leyendas. Así <strong>de</strong>sentrañaban si existía o no el unicornioy cuánto tenían que ver los cuernos <strong>de</strong> rinocerontes, el diente<strong>de</strong>l macho <strong>de</strong> narval o los caballos con todo eso. Antes y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>estos curiosos personajes <strong>de</strong>sfilaron <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> viajes, lugares yespecies hasta dar –en el siglo XVIII- con Carl von Linneo, quien supoestructurar un sistema (el Sistema Natural) para clasificar las especies<strong>de</strong>l mundo con criterios sencillos. Durante unos 2.000 años, hasta fines<strong>de</strong>l siglo XIX, las obras <strong>de</strong> los naturalistas preferían <strong>de</strong>rramar conocimientosy tinta en dar a conocer lugares, animales y plantas. Pero apartir <strong>de</strong>l siglo XX comienzan a incorporarse alegatos <strong>de</strong> conservacióncada vez con mayor tono <strong>de</strong> preocupación. Por eso, los naturalistas<strong>de</strong> hoy, los pocos que van quedando, reparten su interés entre <strong>de</strong>scripcionesy preocupaciones. Estos naturalistas <strong>de</strong> todos los tiemposse caracterizaron por ser autodidactas. Su formación se logra bajo elamparo <strong>de</strong> libros. En algunos casos, con la tutela <strong>de</strong> algún maestro yen todos los casos, mediante la experiencia directa <strong>de</strong>l contacto conla naturaleza y con las personas que conviven con ella. Hoy, quedanpocos porque sus mismos conocimientos fueron sentando las basesfundamentales para el diseño <strong>de</strong> esa ciencia <strong>de</strong> la vida, la biología,que cada día cuenta con mayor diversidad <strong>de</strong> especializaciones. Poresta razón, dada ahora la disponibilidad <strong>de</strong> una carrera formal, laspersonas con vocación naturalista tienen la oportunidad <strong>de</strong> formarse<strong>de</strong> un modo organizado y metódico, integrando, incluso, variables–como la bioestadística- prácticamente <strong>de</strong>sconocidas para todos losnaturalistas que figuran en estas páginas. Dicho <strong>de</strong> otro modo, el métodocientífico y sus <strong>de</strong>rivaciones fueron ocupando un lugar <strong>de</strong> mayorpeso, relegando casi al naturalista <strong>de</strong> hoy a un lugar casi bohemio,cuando no, “pintoresco”.Es justo aclarar que, ahora, no todos los biólogos y naturalistas soniguales. Incluso, se presenta una extraordinaria “hibridación” en lasformaciones <strong>de</strong> unos y otros, dando como resultado –en casos excepcionales-personalida<strong>de</strong>s encliclopedistas como el Prof. Julio RafaelContreras, que a su conocimiento ganado en el terreno se suma suformación académica a un nivel difícil <strong>de</strong> equiparar. Algunos se hanespecializado, como Roberto Straneck, iniciador <strong>de</strong>l estudio y compilación<strong>de</strong> los sonidos naturales (particularmente, <strong>de</strong> las aves argentinas)y a un nivel <strong>de</strong> precisión que ningún académico ha superado.Otros mantienen la línea que podríamos llamar “clásica”, como elnaturalista Juan Carlos Chebez, memorioso talento al servicio <strong>de</strong> lasáreas naturales y especies amenazadas <strong>de</strong> la Argentina, que da continuidadal espíritu y la obra que movilizaron los precursores que <strong>de</strong>sfilanpor estas páginas.98La naturaleza <strong>de</strong> la patriaValor y cuidado <strong>de</strong> la biodiversidad argentinaMIRADAS DE LA ARGENTINA
Capítulo 7. Del estudio <strong>de</strong> los naturalistas a la biología <strong>de</strong> la conservación.Las breves biografías que se presentan más a<strong>de</strong>lante constituyen apenasuna selección <strong>de</strong> personajes poco comunes. Se trata <strong>de</strong> quieneshan estudiado y escrito obras sobre la naturaleza <strong>de</strong> la Argentina. Aveces, como viajeros, expedicionarios militares. Otras, como evangelizadorescon sed humana. En los casos más elocuentes como naturalistasviajeros, normalmente asociados a museos <strong>de</strong> ciencias naturaleso <strong>de</strong> historia natural, como eran <strong>de</strong>nominados más comúnmente ensiglos pasados.Si tuviéramos mayor autoestima como argentinos este tipo <strong>de</strong> personajestendrían no menos que una película llevada al cine con sus vidasnovelescas. Mientras ello no ocurra (y sin per<strong>de</strong>r las esperanzas) necesitamosrescatarlos <strong>de</strong>l olvido, porque pue<strong>de</strong>n mostrarnos cómo sehizo lo pasado e inspirarnos para hacer mejor lo futuro.José Sánchez Labrador, entre la religióny la zoologíaLos misioneros jesuitas llegaron al Cono Sur poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento<strong>de</strong> América. En lo que hoy es la Argentina, Paraguay, Boliviay Brasil) fundaron “reducciones” o “misiones” a modo <strong>de</strong> pueblos ociuda<strong>de</strong>s. Allí, en convivencia con los aborígenes supieron <strong>de</strong>scribirdiversos aspectos geográficos, históricos, antropológicos y naturales <strong>de</strong>ese mundo nuevo. Fueron los primeros tratados en esas materias sobrenuestras tierras. Es el caso <strong>de</strong> los padres Tomás Falkner, Martín Dobrizhoffer,Florián Paucke, Ramón Termeyer, José Jolís, Joaquín Camaño,Segismundo Aperger, José Cardiel, Pedro Lozano Buenaventura Suárezy, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, José Francisco Sánchez Labrador.Sánchez Labrador nació en La Guardia (Toledo, España) el 19 <strong>de</strong> septiembre<strong>de</strong> 1717. Llegó al Río <strong>de</strong> la Plata en 1734, se or<strong>de</strong>nó comosacerdote y -para consolidar la conquista espiritual <strong>de</strong>l Gran Chaco- leencomendaron hallar una ruta que uniese las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Asunción<strong>de</strong>l Paraguay y Santa Cruz <strong>de</strong> la Sierra (Bolivia) para, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, seguircamino hacia Perú. Después <strong>de</strong> muchos años y sacrificios <strong>de</strong>scubrió elcamino, pero a su regreso (junio <strong>de</strong> 1767) le informaron que la or<strong>de</strong>n<strong>de</strong> los jesuitas había sido con<strong>de</strong>nada a la expulsión <strong>de</strong> América. Se embarcóen la fragata <strong>de</strong> guerra La Esmeralda y zarpó rumbo a Cádiz. Conel tiempo se instaló en Ravena, Italia, don<strong>de</strong> escribió sus obras como“El Paraguay Natural”, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scribe con genialidad y <strong>de</strong>talle todo suconocimiento sobre la naturaleza, las ciencias naturales, los animalesy las plantas <strong>de</strong> esta porción <strong>de</strong> Sudamérica. Desafortunadamente, muchos<strong>de</strong> sus libros (ilustrados) siguen sin editarse.Falleció el 10 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1798.La naturaleza <strong>de</strong> la patriaValor y cuidado <strong>de</strong> la biodiversidad argentinaMIRADAS DE LA ARGENTINA99