12.07.2015 Views

Ago. Sept. Oct. Nº 282-283-284 - Biblioteca Virtual El Dorado

Ago. Sept. Oct. Nº 282-283-284 - Biblioteca Virtual El Dorado

Ago. Sept. Oct. Nº 282-283-284 - Biblioteca Virtual El Dorado

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ticas a la Asamblea. Así es en cierto modo, pero reslÙta preferibleesto a que continúen los tristes espectáculos que el ejercicio de esafacultad ofrece casi siempre. Tendría una función política menos laAsamblea, pero tendría en cambio mayor respetabilidad ya que escasi siempre a consecuencia de la elección de designados por lo queofrecen nuestras asambleas las más lastimosas exhibiciones del carácter.Suprimida la causa se suprime el efecto.Representación diplomática y consularConsideran algunos como dinero perdido el que se emplea enmantener legaciones y consulados y ello entraña un grave error.Estamos muy lejos de los tiempos en que las naciones vivían aisladasunas de otras, encerradas dentro de sus fronteras como la crisálidaen su caplÙlo, indiferentes a la vida exterior a cada una de ellas,considerando que les bastaba su cuarta de tierra y su pedazo decielo para vivir. Hoy las crisálidas han roto el capullo, las nacionesse sienten con alas y no quieren ni pueden vivir aisladas, ajenas alconcierto sociaL. Quieren estudiarse unas a otras, conocer sus tendenciasy medios de acción, su capacidad para el bien y aun para elmal y es imposible sustraerse a este movimiento, a esta evoluciónque tiende al mejoramiento de la vida en todos sus órdenes. No esmalo, pues, frecuentar la sociedad de las naciones y hacer buenasrelaciones en ella; lo malo es lo contrario: aislarse, vivir en lasombra y en el olvido, sin amigos y sin conocidos que no puedanayudar en un caso necesario.Los peligros del aislamiento los ha sufrido Panamá y sus hijosno debemos olvidados tan pronto. Cuando en 1916 se nos obligó adesarmar nuestro Cuerpo de Policía, consideramos de un rigorinusitado la medida y tratamos de ganar para nuestra causa losbuenos oficios del A B C. Pero ¿qué sabían lãs naciones que locomponen de Panamá ni de sus problemas si ni en Santiago deChile, ni en Río de J aneiro, ni en Buenos Aires teníamos siquieraun cónsul nativo de nuestro país? Llegaba Panamá a ellos no comola chicuela encantadora que es parte de la familia, a la que todosconocen y tratan y quieren, sino como una arrapieza salida de laoscuridad y del arroyo para pedir algo, con frases entrecortadas ~ininteligibles, que desde luego no le fue concedido.y lo mismo ocurrió en 1921 cuando nuestro conflcto conCosta Rica. Enviamos de aquí y de allí en demanda de ayuda y dejusticia a unos cuantos ciudadanos llenos de patrióticos anhelos, detalento y de buenas intenciones. Pero esos ciudadanos no eran226

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!