12.07.2015 Views

Ago. Sept. Oct. Nº 282-283-284 - Biblioteca Virtual El Dorado

Ago. Sept. Oct. Nº 282-283-284 - Biblioteca Virtual El Dorado

Ago. Sept. Oct. Nº 282-283-284 - Biblioteca Virtual El Dorado

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

En esta situación expectante nos encontró el 2 de noviembre.Esa noche, en el parque de Santa Ana, se me acercó el generalPastor J iménez, figura de gran relieve por su actuación en el movimientoseparatista y me dijo estas solas palabras: "Uegó elNashvile". Las que tanto yo como mis amigos y como todo el quede ellas tuvo conocimiento interpretamos así: "Ha llegado al fin elbuque de guerra en que el Gobierno de los Estados Unidos nosenvía las armas necesaras para levantamos contra el Gobierno deColombia, y proclamar la independencia". Esto, desde luego, nopasaba de ser una ilusión, que casi lo echa todo a rodar.Pero sobre el entusiasmo que produjo esa noticia cayó como unjaro de agua fría otra el día 3, a eso de las ocho de la mañana:acababan de llegar a Colón los generales Amaya, Tovar y Castrocon el batallón "Tiradores", fuerte de ochocientas plazas y coninstrucciones de deponer al general Huertas de la J efatu.ra militar,relevar el batallón "Colombia" que estaba de guamición y reprimircomo mejor lo creyera cualquier movimiento de rebelión.Se consideró todo perdido y el desaliento reemplazó al entusiasmoy aumentó al primero otra nueva noticia que cundió comoa las diez de la mañana y yo supe en la casa de comercio delos señores Maduro: los generales Amaya, Tovar y otros se habíanadelantado a sus tropas y llegaban esa misma mañana a la capital.Desde luego el porqué de su proceder y el alcance que tuvieraestaban fuera de mi conocimiento, pero suponía de excepcionalgravedad la situación.Ese memorable día, ya cerca de la una y media de la tarde,cuando después de almorzar regresaba a mi trabajo, me encontré enla plaza de Herrera al señor capitán Azael Tacher, que iba en mibusca de parte del general Díaz a decire que estuviera listo, puesesa tarde me necesitaría.Ya en mi trabajo solicité al señor Timoleón Lupi, primer empleado,jefe de despacho de la casa Maduro e Hijos, un revólver acrédito y cien balas. Al entregarme lo pedido sonrió malciosamentey me dijo: "¿Va usted a la guerra de nuevo?"A eso de las tres y media o cuatro de la tarde el capitán JorgeEnrque Díaz se acercó a decirme que el general Díaz me pedíaque fuera sin pérdida de tiempo a la plaa de Santa Ana. No sé sila razón me la envió directamente el general, o si la enviaron ennombre suyo el coronel Jiménez y don Juan José Méndez, quienesme dijeron después que me habían pasado el mismo aviso, sin queyo recuerde bien cómo lo hicieron. Probablemente fue por mediodel capitán Díaz y en nombre del general del mismo apelldo.42

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!