Tres cerditos - Apostolos Doxiadis
Apostolos Doxiadis construye en Tres cerditos una absorbente novela de intriga y de aventuras, que es además una original reflexión con tintes de tragedia griega sobre el destino, la suerte y la libre elección. Una fábula en clave moderna sobre la eterna cuestión de cómo poder engañar a la muerte.
Apostolos
Doxiadis construye en Tres cerditos una absorbente novela de intriga
y de aventuras, que es además una original reflexión con tintes de
tragedia griega sobre el destino, la suerte y la libre elección. Una
fábula en clave moderna sobre la eterna cuestión de cómo poder
engañar a la muerte.
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tontorronamente, aunque él era cualquier cosa menos tonto.<br />
—Bueno, no sé nada de tu negocio, pero tal vez… —respondió.<br />
Leo le interrumpió.<br />
—Lo que tengo en mente no tiene que ver con mi negocio. Ni con el tuyo<br />
—dijo—. Es solo un negocio, simple y llanamente.<br />
—Bueno… Si es algo que yo pueda hacer y que sea… eh… legal…<br />
Leo se hizo el ofendido.<br />
—Rico, sé que hace poco tiempo que me conoces, pero ¿te ha dado en<br />
algún momento la impresión de soy el tipo de persona que te propondría algo<br />
que no fuera cien por cien legal?<br />
Ginsburg suspiró.<br />
—Mi scusi —dijo—. Discúlpame. No, claro que no, amigo, no me has<br />
dado esa impresión. Considéralo un comentario fuera de lugar por mi parte o<br />
más bien una broma.<br />
—No te preocupes —contestó Leo—. Yo soy una persona que siempre se<br />
toma bien las bromas.<br />
Entonces fue cuando Leo le reveló que era uno de «los Frank» y que su<br />
empresa era parte del imperio que había construido su hermano (pero con<br />
mucha ayuda por parte de Leo, según su versión). Después le describió el<br />
trabajo que quería que hiciera. Ginsburg, dirigido por él, se acercaría a los<br />
potenciales proveedores sudamericanos y les ofrecería interceder en su<br />
nombre para que Northern Copper les comprara a ellos a un buen precio<br />
(bueno para los vendedores). Obviamente pediría algo a cambio, una parte,<br />
un porcentaje, que se pagaría cuando se completara el negocio. Para los<br />
latinos Ginsburg sería un «consultor comercial freelance», le dijo Leo. Pero<br />
para él sería su representante oficial en Sudamérica (aunque todo tenía que<br />
hacerse de forma extraoficial). De hecho, sería el hombre que tendría todo el<br />
poder necesario para cerrar cualquier trato.<br />
Ginsburg le hizo la primera pregunta que un hombre sensato haría, lo que<br />
le hizo ganar puntos extra a ojos de Leo.<br />
—Es una oferta espectacular, amigo mío, pero ¿por qué yo? Tienes que<br />
conocer a mucha gente en el mundo de los negocios.<br />
Leo sonrió.<br />
—No quiero a alguien que conozca —aseguró Leo—. Porque si lo