Tres cerditos - Apostolos Doxiadis
Apostolos Doxiadis construye en Tres cerditos una absorbente novela de intriga y de aventuras, que es además una original reflexión con tintes de tragedia griega sobre el destino, la suerte y la libre elección. Una fábula en clave moderna sobre la eterna cuestión de cómo poder engañar a la muerte.
Apostolos
Doxiadis construye en Tres cerditos una absorbente novela de intriga
y de aventuras, que es además una original reflexión con tintes de
tragedia griega sobre el destino, la suerte y la libre elección. Una
fábula en clave moderna sobre la eterna cuestión de cómo poder
engañar a la muerte.
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—Bueno, claro, del caché también —dijo Nick con cierta displicencia—.<br />
Pero también de otras cosas.<br />
—Todo, íncluido el cáche, se puede négociar cuando llegue el mómento<br />
—aseguró Koltai—. Pero sigo nécesitando réspuesta a esa prégunta: si todo<br />
lo démas ésta bien y si te párece sátisfactorio, ¿te plántearias vólver a la<br />
pántalla? Así, a bote pronto.<br />
Nick hizo una «pausa dramática», como se dice en el mundo del<br />
espectáculo, y después dijo:<br />
—Bueno, si todos los demás detalles estuvieran resueltos, a bote pronto te<br />
diría que me lo podría pensar.<br />
Koltai soltó un suspiro de alivio.<br />
—Gracias a Dios…<br />
Entonces empezó a hablar a toda velocidad. Las cosas no iban a ser<br />
fáciles, le explicó a Nick. Su nombre había salido en el estudio de mercado<br />
como el mejor para hacer de Jesucristo y Nick ya era el favorito de dos<br />
personas del equipo que estaba tomando las decisiones: de Koltai y de otro<br />
productor. Pero iba a costar convencer a los otros cuatro. Uno de ellos estaba<br />
presionando con fuerza para que fuera Gary Cooper, otro era fan de Tyrone<br />
Power, y los otros dos estaban indecisos. También había presiones desde<br />
fuera, de los inversores financieros independientes. De hecho uno de los que<br />
había puesto dinero, un tejano, un magnate del petróleo que no sabía nada de<br />
películas, tenía una fijación con Errol Flynn. Así que para que los que<br />
apoyaban a Nick pudieran ganar la pugna, necesitaban su total cooperación,<br />
aseguró Koltai.<br />
—Bueno, claro, por supuesto —afirmó Nick, y después añadió—:<br />
Siempre y cuando lleguemos a un acuerdo sobre el caché y… eh… los otros<br />
detalles, claro.<br />
Esta pantomima de Nick, signore, continuó un poco más hasta que al<br />
final accedió a ayudar en todo lo que pudiera y como hiciera falta a Koltai y<br />
al otro hombre del equipo que le apoyaba. Antes de que se separaran esa<br />
noche, el productor le hizo jurar a Nick que no contaría nada sobre ese<br />
proyecto «guígante» a nadie, nadie en absoluto, al menos por ahora. Ni a su<br />
novia, ni a sus familiares más cercanos, ni a sus compañeros de trabajo. «Esto<br />
es una mísion de alto sécreto», fue la expresión que utilizó Koltai. Esas