Tres cerditos - Apostolos Doxiadis
Apostolos Doxiadis construye en Tres cerditos una absorbente novela de intriga y de aventuras, que es además una original reflexión con tintes de tragedia griega sobre el destino, la suerte y la libre elección. Una fábula en clave moderna sobre la eterna cuestión de cómo poder engañar a la muerte.
Apostolos
Doxiadis construye en Tres cerditos una absorbente novela de intriga
y de aventuras, que es además una original reflexión con tintes de
tragedia griega sobre el destino, la suerte y la libre elección. Una
fábula en clave moderna sobre la eterna cuestión de cómo poder
engañar a la muerte.
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cosas y se fue. Durante un tiempo lo estuvo manteniendo, como si fuera una<br />
especie de mascota, una rica divorciada de San Clemente, pero al poco se<br />
cansó de él y lo echó. La verdad es que se estaba volviendo más insufrible<br />
cada día. La mitad del tiempo se lo pasaba deprimido, con el cerebro<br />
empapado en alcohol y quejándose de lo cruel que era el destino, y la otra<br />
mitad estaba drogado por la cocaína y maldecía a Thalberg y a todos los<br />
imbéciles de los estudios que no sabían apreciar un gran talento cuando lo<br />
veían, y se dedicaba a aburrir a la poca gente que aún le dirigía la palabra<br />
soñando despierto con su grandioso regreso, ese día en el que haría el mayor<br />
éxito de taquilla de la historia del cine y así les demostraría a todos lo<br />
estúpidos que habían sido.<br />
Pero aparentemente la veleidosa suerte no había abandonado del todo a<br />
Nick Frank. Porque poco después de que la divorciada lo echara, le llegó una<br />
oferta sorpresa de México: querían que protagonizara una película para el<br />
mercado latinoamericano. Aparentemente Drago, el pirata había sido un gran<br />
éxito en ese país y también en Venezuela, o en algún otro lugar remoto de por<br />
allí, y por eso le ofrecieron una buena cantidad por hacer la película. Pero lo<br />
mejor era que la película se hacía en español, y eso aportaba una solución<br />
mágica que no sé cómo se llama, una especie de deus ex machina que<br />
resolvía su problema con la voz. Porque, es curioso, pero no sé por qué, allí<br />
incluso las películas sonoras se rodaban mudas y los actores solo tenían que<br />
abrir y cerrar la boca, como en los viejos y buenos tiempos, y las voces se<br />
añadían después, en el estudio. Y así, aunque Nick no hablaba ni una palabra<br />
del idioma, su texto lo iba a grabar un actor local y por tanto su voz no<br />
suponía ni el más mínimo problema.<br />
Su película mexicana, que llevaba en el título la palabra «amor» y algo<br />
más, funcionó bastante bien y entonces él empezó a soñar con una nueva<br />
carrera brillante para Nicholas Franco. Aunque una vez más quedó truncada,<br />
y muy pronto, porque una personalidad de gran importancia de por allí, un<br />
político o algo, lo pilló en la cama con su mujer. ¡Ay, es que Nick no podía<br />
mantenerla mucho tiempo dentro de los pantalones!<br />
Pero bueno… Al menos tuvo suerte de escapar de allí solamente con una<br />
paliza de dos matones y una advertencia: o salía del país a toda velocidad o<br />
acabaría en una zanja. Y así fue como «el legendario actor de Hollywood